viernes, 31 de mayo de 2013

Ejemplo dramático de recuperación tisular

Los folletos de Dinatrofón para su promoción a los médicos, solían incluir imágenes reales del antes y después del tratamiento en numerosas indicaciones. Sin embargo una de las más impactantes publicadas no se correspondía a seres humanos sino a conejos y ponía en evidencia la increíble capacidad de regeneración de los tejidos que provocaba este fármaco tri-hormonal.

Se habían seccionado haces de fibras nerviosas a los conejos y después se les administraba Dinatrofón a unos mientras que otros se dejaban sin tratar, como testigos. A los 180 días se analizaban los tejidos de unos y otros. En los animales tratados se veía cómo al final de tronco grueso seccionado aparecían numerosas fibras neoformadas distribuidas en abanico. Por el contrario, en los animales testigo, el tronco seccionado ofrecía una marcada degeneración de la porción distal.

En este mismo estudio, y al analizar en profundidad dichos tejidos, se apreciaba visualmente la estrecha relación que existe entre la regeneración neuronal (N) y la neoformación capilar (C).

Los efectos reparadores de Dinatrofón, ampliamente demostrados en la clínica, quedaban constatados a nivel histológico gracias a este estudio. Este modelo experimental puso de manifiesto una regeneración de fibras nerviosas y capilares muy significativa, inducida por el medicamento. Se demostraba en este estudio la existencia de:
Una proliferación activa de las fibras nerviosas;
Una proliferación clara de células de Schwann;
Y una marcada neoformación de los capilares que va paralela a la regeneración de las fibras nerviosas.


Los datos de este estudio, que se distribuyó primero de forma completa a los médicos y resumida después, eran prueba palpable de cómo Dinatrofón ayudaba a “crear tejido”...

jueves, 30 de mayo de 2013

Constructor de tejido

Uno de los productos más singulares lanzados al mercado por laboratorios Sideta fue el Dinatrofón, fármaco inyectable que reunía tres hormonas, una masculina y dos femeninas sabiamente equilibradas para ayudar a la regeneración de los tejidos y mejorar el estado general de los pacientes en numerosísimas indicaciones:
3-propionil, 17 β-nicotiloil, 1,3,5(10)-estratrieno: 1,3 mg.    β
17 β-undeciloil, 19-nor, 4-androsteno, 3-ona: 50 mg
17 -heptiloil, 4 pregneno, 3,20-diona: 80 mg

El producto se definía como “eutrófico tisular” ya que actuaba como histotrófico, antiateromatoso y corrector de los balances metabólicos, y de hecho era capaz de restablecer el equilibro trófico de todos los tejidos. La explicación es que para construir tejido vivo no basta con aumentar la cantidad de materiales plásticos disponibles; también es necesario que las células sean capaces de una proliferación activa y que su lecho vascular vehiculice al máximo dichos materiales (proteínas, electrolitos, sustancias minerales); en definitiva, estamos hablando de potencial histotrófico.

Para demostrar la eficacia de este fármaco que se presentaba en envase de tres ampollas para inyección intramuscular (completamente indolora, por cierto) se incluían en la literatura médica imágenes reales de casos concretos que mostraban visualmente esa regeneración de los tejidos. Una de ellas era una úlcera trófica que, tras seis inyecciones mostraba claramente el camino de la recuperación. Otra era sobre la enfermedad de Perthes, mostrándose su aspecto inicial y dicho aspecto tres meses después, observándose la normalización de la estructura, del contorno y del volumen de la epífisis afectada.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Quitar el picor sin efecto sedante

Durante largo tiempo la actividad antipruriginosa de los antihistamínicos habituales ha estado atribuida a sus efectos sedantes. No obstante, con la mequitazina (Mircol) se ha constatado que existe esta actividad antipruriginosa sin modificación de la vigilancia. De esto se deriva la demostración de una actividad más selectiva de Mircol sobre los pruritos relacionados con la liberación de mediadores de origen inmunitario o extra-inmunitario. Además, este antihistamínico actúa sobre otros mediadores de la alergia como la acetilcolina.

Con una acción prolongada durante 12 horas, sin necesidad de recurrir a artificios galénicos, Mircol ofrece una acción antihistamínica y antiserotonínica al actuar de forma específica sobre los receptores H1 de la piel y de las mucosas respiratorias, y por su ausencia de afinidad por los receptores H1 centrales, no produce sedación y no interfiere la actividad psicofísica.


Por todo ello está indicado tanto en las afecciones alérgicas de las vías respiratorias (polinosis, rinitis, rinoconjuntivitis, sinusitis) como en las dermatosis pruriginosas alérgicas (dermatitis agudas, urticarias, eczemas, prurito)...

martes, 28 de mayo de 2013

No es lo mismo 12 horas que desayuno y cena

Son muchos los medicamentos que se administran en dos tomas, con lo cual el médico suele recomendar que el paciente los tome “en el desayuno y en la cena” puesto que, en general, tomar un medicamento con algo de alimento en el estómago mejora la tolerancia digestiva. En general esto suele ser correcto, aun cuando lo normal es desayunar sobre las siete o las ocho de la mañana y cenar sobre las nueve o diez de la noche. Esto significa que el intervalo habitual entre desayuno y cena no es de 12 horas sino que puede llegar hasta las 15 horas, lo que a su vez acorta el intervalo entre la toma nocturna y la del despertar siguiente pudiendo dejarlo en nueve horas en vez de las 12 recomendadas. Para la mayoría de los productos no suele tener excesiva importancia esta alteración, pero para otros productos sí. Ese es el caso del antihistamínico “Mircol” (mequitazina).

Mircol es un antihistamínico, indicado en todo tipo de procesos alérgicos, que se debe administrar cada 12 horas y, por consiguiente, el médico no debe caer en el error de recomendarlo “en el desayuno y en la cena”. En primer lugar porque su tolerancia digestiva es perfecta se tome o no junto a los alimentos; pero sobre todo porque cada cápsula de “Mircol” mantiene al paciente protegido de reacciones alérgicas durante 12 horas, no mucho más. Puede haber, en efecto, un margen de 10, 15 o incluso 30 minutos en que no se verá afectada la protección que ejerce este fármaco pero, desde luego, si en vez de cada 12 horas se toma cada 14 o cada 15 horas, el paciente notará cómo vuelven a resurgir los síntomas alérgicos.

lunes, 27 de mayo de 2013

Sanidad para ricos, sanidad para pobres


Con el país arruinado y una Sanidad que paga todo para no perder votos... las cuentas no salen. Y entonces ¿qué hacen para intentar que les cuadren las cuentas o que el descalabro económico de la Sanidad pública no sea tan escandaloso? Pues muy sencillo: quitan medicamentos de la financiación pública y van dejando solo unos cuantos genéricos y poco más.

Cada vez es más frecuente escuchar cuando se va a la farmacia, frases como esta: “Este producto ya no está financiado (no lo recetan en la Sanidad pública) y ahora cuesta el doble o el triple o...”.

Lógicamente, si los medicamentos eran tan baratos era porque el Gobierno no admitía un precio mayor si lo que querían los laboratorios era que estuviese a disposición de los médicos de la Sanidad pública para que lo recetasen. Y los laboratorios aceptaban... con gran disgusto de su casa central (en el caso de las multinacionales).

Pasaban los años y subía el coste de los salarios, el coste de fabricación, de los materiales de acondicionamiento del envase... pero el Gobierno no admitía ninguna subida de precio... y no contento con eso, iba y bajaba más los precios. Y los laboratorios tragaban.

Después, el Gobierno no paraba de autorizar genéricos a precios de risa, restringía la lista de productos que se podían recetar en la Sanidad pública, y obligaba a que –en caso de igualdad de precio entre producto original y copia- el farmacéutico diese... ¡la copia! Y los laboratorios tragaban.

Ahora, el Gobierno ha vuelto a reducir más aún la lista de productos que se pueden recetar en la Sanidad pública... y por fin los laboratorios, al ver cómo sus productos pierden esa fuente de recetas pero ganan la posibilidad de ponerles el precio que ellos quieran y no el precio que el Gobierno les había obligado... pues suben el precio para ponerlo en consonancia con lo que debería costar; pero claro, era tan bajo el precio de donde partían que por fuerza el nuevo precio supone una subida descomunal.

¿Qué nos encontramos ahora? Pues, por una parte, una Medicina para ricos, los que pueden ir al médico privado o de la sociedad y comprar luego en la farmacia el medicamento que les haya recetado, que ya lo estará con su precio actualizado. Y por otra parte, una Medicina para pobres, los que no pueden ir a la privada ni a la sociedad sino solo a la pública y allí les recetarán paracetamol o ibuprofeno (da igual cuál sea la enfermedad que tengan) y tal vez, si el médico ve que con alguno de esos dos fármacos no es suficiente, les recete algún otro genérico. Y ser genérico significa que lleva muchos años en el mercado y por lo tanto es un producto antiguo, posiblemente (no siempre es así) superado por otros más modernos a los que sí tendrán acceso los ricos. Pero, en cualquier caso, el médico de privada tiene muchísimos fármacos donde elegir para recetar el que considere mejor para cada paciente, mientras que el médico de la Sanidad pública sólo puede recetar alguno de los fármacos que vengan en el listado (cada vez más reducido) de fármacos financiados por el Gobierno...

domingo, 26 de mayo de 2013

Los Directores Generales acaparan suspensos


Según un estudio de opinión presentado no hace mucho tiempo por la consultora internacional Krauthammer, los Directores Generales aprueban en sus labores de gestión, pero suspenden en humildad, en sincera autoevaluación y en su capacidad para buscar y recibir opiniones sinceras y formación en las áreas donde no lo están haciendo bien.

Por ejemplo, sólo un 37% de los empleados ve a su Director General como un modelo a seguir, sólo un 40% cree que su Director General está abierto a las opiniones y sólo un 47% se siente inspirado por el ejemplo de su Director General para mejorar.

¿Qué os sugieren estos datos? 

sábado, 25 de mayo de 2013

Los hay que no quieren tener voz


No hace mucho estaba buscando fuentes de información sobre un tema concreto y acudí a la web de dos laboratorios farmacéuticos (Novo Nordisk y Boehringer-Ingelheim). En dichas web aparecía –afortunadamente- la tan deseada sección “Sala de Prensa”. Hice ¡clik! y cuál no sería mi sorpresa cuando vi que me pedían que me registrase para poder tener acceso a sus contenidos. Pero, ¡vamos a ver! si resulta que los contenidos que van a ver los periodistas son para hacerlos públicos ¿a cuento de qué viene restringir el acceso a los mismos? ¡No pasa nada porque los vean otras personas! Si a fin de cuentas, en el mejor y más deseable de los casos lo van a leer en cualquier otro medio de comunicación, ¿no será mejor que puedan leerlo también en la fuente original?

Si dicha área da acceso a los profesionales a otros tipo de servicios “sólo para periodistas” como puede ser un banco de imágenes, etc, puede ponerse el filtro sólo para eso pero nunca llegar a estos extremos en que se dice textualmente “Solo podrá consultar las Notas de prensa si se encuentra registrado en el Área de prensa”.

Esto significa que esos laboratorios no quieren que un ciudadano cualquiera lea su nota de prensa, pero sí admiten que la lea un periodista para que éste la retoque y cambie como le de la gana y sea esa última versión sesgada del periodista la que finalmente lea el ciudadano. (Como diría Mota: “Si es que son mu tontos”).

Evidentemente, no me registré (ni quería perder tiempo ni quería tener que recordar otros nuevos password para el futuro) y borré de la lista de fuentes de información a esas compañías. Por desgracia ellas no son la excepción, sino la norma...

viernes, 24 de mayo de 2013

¿Antialérgicos alergenos?


Aunque parezca mentira, algunos colorantes utilizados en las cápsulas de los medicamentos pueden causar reacciones alérgicas en algunos pacientes. Esto ya lo alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS) nada menos que en 1980 y es algo que los grandes laboratorios (los que no venden sus productos a precio de saldo) se han tomado muy en serio.

Hablando, pues, de antialérgicos, cuando yo lancé Mircol (mequitazina), un antihistamínico que se sigue vendiendo con éxito hoy en día a pesar del tiempo transcurrido (lo que prueba su eficacia), destaqué en su promoción a los médicos que:

Siguiendo las recomendaciones de la OMS, las cápsulas de Mircol no contienen ningún colorante sensibilizante, algo de especial importancia tal como señaló hace ya muchos años el Dr. Aldrige (“Dyes and preservatives in oral antihistamines”, British Journal of Dermatology, 1980, 102, 545) cuando dijo: “Algunos de los antihistamínicos utilizados en el tratamiento de la urticaria contienen colorantes en los que se ha detectado su capacidad para exacerbar la sintomatología”... 

jueves, 23 de mayo de 2013

La cápsula que identificaba a un antialérgico


(AZprensa) De pequeño tamaño y muy fácil de tragar, la cápsula naranja y blanca de Mircol ha sido y sigue siendo compañera inseparable de los pacientes alérgicos cada mañana y cada noche. Su dosis habitual, por tanto, es de una cápsula por la mañana y otra por la noche, aunque en caso necesario (proceso muy agudo) pueden tomarse tres cápsulas al día (repartidas en tres tomas) aun cuando pronto se comprobará que puede bajarse de nuevo la dosis a dos cápsulas al día. Es importante señalar, aunque no se indique en el prospecto, que el máximo control del proceso alérgico no se consigue hasta la tercera toma, de ahí que el paciente deba ser paciente –nunca mejor dicho- en esos primeros momentos o comenzar con tres cápsulas al día para pasar al día siguiente a las dos cápsulas/día habituales. Igualmente importante es mantener el espacio de 12 horas entre una cápsula y otra, de ahí que sea más conveniente indicar “una cápsula cada 12 horas” en vez del habitual “una por la mañana y otra por la noche” puesto que en este último caso habrá un gran número de pacientes que quedará desprotegido durante varias horas si el intervalo entre tomas pasa de 12 horas a 14 e incluso 15 horas como con frecuencia mantienen muchas personas entre su desayuno y su cena.

En cuanto a los niños, el producto puede administrarse igualmente aunque su presentación en cápsulas no facilita la tarea. No obstante sí que pueden abrirse las cápsulas y repartir su contenido en dos o tres tomas, para lo cual lo más conveniente será mezclarlo con yogur o cualquier otro alimento de ese tipo que facilite tragarlo...


Así era (y son) los laboratorios farmacéuticos por dentro.

“La industria farmacéutica por dentro”: https://amzn.to/3tvDp0x

miércoles, 22 de mayo de 2013

El amplio campo de las alergias


(Diario El Inefable) A lo largo de numerosos dípticos y años se ha ido presentando Mircol (mequitazina) a los médicos españoles, estos lo han recetado y los pacientes que han comprobado su eficacia y ausencia de producción de somnolencia, han querido seguir tomándolo cada vez que lo han necesitado.

A lo largo de este tiempo ha demostrado su eficacia como antihistamínico y antiserotonínico, actuando de forma específica sobre los receptores H1 de la piel y de las mucosas respiratorias, con una acción prolongada durante 12 horas sin necesidad de artificios galénicos, con actividad antipruriginosa demostrada y respetando la vigilancia por su ausencia de afinidad por los receptores H1 centrales.

De esta forma, Mircol combate la alergia sin producir sedación y no interfiere, por tanto, la actividad psico-física y el paciente puede continuar con su vida habitual.

En la imagen uno de los folletos de presentación a los médicos en donde se destaca el amplio campo de alergias que pueden tratarse con este fármaco...

martes, 21 de mayo de 2013

Mircol en el mundo


(Diario El Inefable) En este apartado de análisis y comentarios sobre diversas piezas de material promocional dirigido a médicos y farmacéuticos, analizamos en esta ocasión un original díptico sobre los diferentes nombres con que es conocido en el mundo el antihistamínico Mircol:

Presente en numerosos países de los cinco continentes, el antialérgico Mircol (mequitazina) recibe, no obstante, diversos nombres, según el país de que se trate. Por eso realicé este pequeño elemento publicitario para recordar a médicos y farmacéuticos (sobre todo a aquellos que suelen atender a los turistas) cuáles son esos nombres comerciales con que se conoce a este productos en cada país. Hay un hecho claro y es que las personas que toman Mircol para combatir sus problemas de alergias, quieren seguir con ese fármaco y no cambiar a otro, cuando padezcan un episodio posterior de alergia. Por eso es importante que médicos y farmacéuticos conozcan –por ejemplo- que decir “Metaplexan” es lo mismo que decir “Mircol” al igual que un paciente francés acostumbrado a tomar “Primalan” para combatir su alergia no querrá que le receten otra cosa, salvo cuando le expliquen que se trata del mismo producto aunque con distinto nombre comercial.

He aquí, pues, una relación de los nombres con que se conoce a Mircol en diversos países:

Alemania = Metaplexan
Argentina = Instotal
Bélgica = Mircol
Brasil = Primalan
Camerún = Primalan
España = Mircol
Francia = Primalan
Holanda = Mircol
Portugal = Primalan
Reino Unido = Primalan
Suiza = Vigigan

lunes, 20 de mayo de 2013

En el amplio campo de las alergias


La fotografía que tomé de una ciudad del interior de Andalucía durante el verano y un detalle cercano de la piel, se unían en este díptico de presentación a los médicos del antialérgico Mircol, para simbolizar el amplio campo de indicaciones que se pueden cubrir con este antihistamínico.

Mircol es una terapéutica eficaz de los estados y síndromes alérgicos en sus fases agudas y crónicas, bien se trate de afecciones alérgicas de las vías respiratorias superiores o de dermatosis pruriginosas alérgicas.

Entre las primeras, destacan por su frecuencia la polinosis, rinitis alérgica, tos espasmódica, faringitis, traqueitis y sinusitis. Entre las segundas, podemos citar la urticaria aguda y crónica, prurito, dermatitis agudas, urticarias, eczemas agudos y crónicos, y dermatosis de contacto, medicamentosas y alimenticias.

Pero además, la alergia puede afectar a los ojos, de ahí la utilidad de Mircol en el tratamiento de la conjuntivitis alérgica, rinoconjuntivitis y blefaritis (indicaciones poco conocidas pero donde resulta igualmente eficaz). De igual forma, tampoco cabe menospreciar su utilidad como tratamiento coadyuvante en asma bronquial, bronquitis, bronquiolitis e influenza...

domingo, 19 de mayo de 2013

Medicamentos a precio de saldo


Determinar el precio de un artículo es una tarea muy complicada. Uno podría pensar que sólo hay que ver cuánto cuesta fabricarlo y hacerlo llegar a los puntos de venta y luego añadir a eso un porcentaje razonable de beneficio. Sin embargo el precio de las cosas no viene marcado por lo que “cuestan” sino por lo que “valen”, y ese valor lo da una cosa que se llama “demanda”. Un artículo puede “costar” mucho, pero si nadie lo quiere no “vale” nada.

Hecha esta pequeña consideración vamos a entrar en el precio de los medicamentos. Cuando un laboratorio quiere comercializar un fármaco presenta el máximo precio posible para conseguir una determinada cuota de mercado que sea capaz de hacer rentable su comercialización. Pero en el caso de los medicamentos se da un añadido que no tienen otros sectores, o al menos con esta importancia; me refiero a la investigación.

Cuando un medicamento llega al mercado ha dejado atrás 10 años de investigación que habrán costado más de 800 millones de euros. Además, como no están solos en el mercado sino que la competencia es muy dura, sólo uno de cada tres fármacos comercializados llegará a ser un éxito comercial capaz de retornar el beneficio necesario para hacerlo rentable. En este sector hay que conseguir el suficiente beneficio que permita amortizar todo lo que costó la investigación y deje además recursos para seguir investigando. Por cierto, no hay que olvidar tampoco que, según está la protección industrial en este sector, una vez transcurridos 10 años desde el descubrimiento de la molécula, es decir, unos 10 años después de haberlo puesto en el mercado, cualquier otro laboratorio puede copiar el producto y, por lo tanto, ofertarlo a un precio mucho más bajo (se han ahorrado toda la investigación y todo el riesgo que esta conlleva).

Bien, decíamos que han presentado el precio máximo posible, que deberá aprobar el Gobierno ya que más del 90% de las ventas de los medicamentos se consiguen vía Sanidad pública. El Gobierno es quien aprueba el precio al que él mismo deberá comprar el producto. ¿Qué hace pues? No necesita estudiar la documentación presentada, sólo fijarse en cuál es el país europeo que ha fijado el precio más bajo a ese mismo producto. Cuando lo encuentra dice: “ese es mi precio” y no importa para nada ni la documentación presentada ni que el nivel de vida de ese otro país de referencia sea muy diferente al nuestro.

Así las cosas, la central internacional del laboratorio se lleva las manos a la cabeza y dice que no lo lanza en España y que se j… los españoles. La filial nacional trata de calmar los ánimos y a base de negociaciones –y muchos meses e incluso años, durante los cuales los pacientes de otros países mejoran de su enfermedad gracias a ese fármaco y los españoles tiene que conformarse con otro más antiguo y menos eficaz- consigue que le mejoren un poquito el precio.

Cuando por fin se lanza ese producto en España, el periodo de unos 10 años en que debería estar protegida su patente se ha reducido a ocho. Unos pocos años después (o incluso meses), el Gobierno dice por decreto que hay que rebajar los precios y ese fármaco se ve afectado por la medida y tienen que bajarle el precio. (Menos mal que ya no se pone el precio en los envases, porque todo el proceso de reetiquetado para adaptarse al nuevo precio más barato impuesto por el Gobierno, debían asumirlo los propios laboratorios). Antes de que hayan finalizado esos ocho años, el Gobierno habrá introducido una o dos nuevas medidas de recorte a los laboratorios, con lo cual –bien de forma directa sobre el precio del fármaco o bien de forma indirecta sobre las ventas globales del laboratorio- volverán a recortar los ingresos del laboratorio.

Al final de esos ocho años, saldrán numerosas copias y genéricos, y entonces la marca original tendrá que decidir entre seguir vendiéndolo al mismo precio pero sabiendo que sus ventas van a bajar drásticamente, o rebajar nuevamente el precio para ponerse al nivel de los copiadores.

Pero aquí no acaba la cosa. Una cosa es “vender” y otra muy distinta “cobrar”. Y por si no les habían “sacudido” bastante a los laboratorios durante todo este tiempo, ahora les imponen la “morosidad”. La sanidad pública oferta y oferta constantemente nuevas prestaciones, los pacientes acuden y acuden a la consulta, los médicos desbordados por tantos pacientes recetan y recetan, la Sanidad pública hospitalaria compra y compra… pero no paga. Bueno, sí acaba pagando, pero… a los 300 días o incluso a los dos años!

Por supuesto, durante todo este tiempo, los médicos continúan formándose para seguir estando a la altura de los mejores profesionales del mundo… eso sí, su empresario (la Sanidad pública) no les paga la formación, eso corre a cuenta de los laboratorios.

Y luego resulta que ante la opinión pública, los laboratorios son los malos. Cualquier ciudadano tiene muy buen concepto de los medicamentos, también de los médicos, e incluso del sistema sanitario, pero ¿y de los laboratorios? Me temo que todo lo contrario.

Mientras uno se siga aprovechando de su posición dominante y otros acepten resignados su papel de víctimas, la situación no cambiará. Bueno, sí cambiará algo: los laboratorios continuarán despidiendo gente, recortando sus inversiones en publicidad (de las que viven todas las revistas y editoriales del sector), recortando sus ayudas a la formación de los médicos (a ver quién les paga ahora tanta formación como recibían) y trasladando sus centros de investigación y producción a otros países...

sábado, 18 de mayo de 2013

La credibilidad de los laboratorios


Recuerdo que en un Congreso de Periodismo Sanitario celebrado hace unos años en Zaragoza, una periodista manifestó sus recelos sobre cualquier información proveniente de los laboratorios farmacéuticos; eso sí, se creía firmemente cualquier información proveniente de un político, de un centro sanitario o de cualquier otra institución pública o privada. Se le respondió que no había por qué recelar más de unos que de otros, que las informaciones pueden ser igualmente válidas provengan de unos o de otros y no hay por qué estigmatizar a los laboratorios, y que es labor del periodista determinar la credibilidad de las mismas. También hubo quien manifestó su sorpresa y decepción por el hecho de que un comentario de ese tipo proviniese, precisamente, de periodistas que se supone conocen el sector salud.

Por mi parte, creo que dicho comentario fue muy acertado y reflejaba una realidad. La mayor parte de los allí asistentes (periodistas sanitarios) no compartíamos su punto de vista, pero estoy seguro que fuera de aquellas cuatro paredes, la mayor parte de la población piensa así. Y, desde luego, así seguirá siendo mientras los periodistas (especializados o no) sigan omitiendo en sus informaciones el nombre de los laboratorios cuando dan noticias positivas y destacándolo cuando dichas noticias son negativas. Así seguirá siendo, mientras los departamentos de marketing impongan sus directrices a los responsables de la comunicación de los laboratorios. Y así seguirá siendo mientras los directivos de los laboratorios rehúsen las comparencias ante los periodistas y el flujo ágil de información con los mismos. 

viernes, 17 de mayo de 2013

Cuando pica la alergia


Durante largo tiempo la actividad antipruriginosa de los antihistamínicos habituales ha estado atribuida a sus efectos sedantes, de ahí que alguien pudiese dudar de la eficacia de Mircol en las urticarias, toda vez que se insistía en su ausencia de producción de somnolencia, esto es, ausencia de efecto sedante.

Sin embargo, con Mircol (mequitazina) se ha constatado que existe esta actividad antipruriginosa sin modificación de la vigilancia. De esto se deriva la demostración de una actividad más selectiva de la mequitazina sobre los pruritos relacionados con la liberación de mediadores de origen inmunitario o extra-inmunitario. Y por si todo esto fuera poco, la mequitazina actúa igualmente sobre otros mediadores de la alergia, tales como la acetilcolina.

Por todo ello, si la urticaria es una reacción alérgica y Mircol actúa de forma específica sobre los receptores H1 tanto de las mucosas respiratorias como de la piel, está claro que en el “campo” de las alergias de la piel (tal como simbolizaba la portada de este díptico para su presentación a los médicos) este debe ser un tratamiento de primera elección.

La imagen de una valla publicitaria de Mircol sobre un terreno que no es otro que la piel –en este caso de una modelo- llama la atención sobre la utilidad de utilizar Mircol no sólo en las alergias respiratorias sino también en las dermatosis pruriginosas alérgicas, tales como dermatitis agudas, urticarias, eczemas, prurito esencial, etc...

jueves, 16 de mayo de 2013

Valoración del efecto sedante


(Diario El Inefable) Dentro de los análisis y comentarios que el informativo digital "Diario El Inefable” (antes “AZprensa, el blog”) está realizando sobre la publicidad médica, ofrecemos en esta ocasión el relativo a un folleto sobre el antihistamínico Mircol (mequitazina):

Las neuronas histaminérgicas cerebrales están implicadas en el control del estado de vigilancia y si el antihistamínico Mircol no produce el efecto sedante habitual en muchos antialérgicos es porque, a diferencia de estos últimos, Mircol alcanza muy difícilmente a los receptores histaminérgicos H1 del cerebro..

En la mayor parte de los casos (administración de diversos antihistamínicos clásicos) se puede constatar una ocupación de los receptores H1 del cortex cerebral de más del 50%, sin embargo Mircol, al no atravesar la barrera hematoencefálica, constituye una excepción.

Una de las pruebas realizadas para valorar el efecto sedante de diversas sustancias farmacológicas, tales como los antihistamínicos, es la de medir el porcentaje de Mepyramina tritiada fijada a receptores H1 cerebrales después de la administración de diversas sustancias, tras haber hecho lo mimo tras la administración de un placebo.

En el caso concreto de Mircol (mequitazina) se comparó con otros antihistamínicos y así se vio, por ejemplo, que tras la administración de dexclorfeniramina sólo había un 31% de Mepyramina tritiada fijada a los receptores cerebrales; esto significaba que el 69% ya había sido alcanzado por la dexclorfeniramina. Porcentajes similares se obtenían tras la administración de bromfeniramina, cinnarizina, ciproheptadina o difenhidramina; en cambio, tras la administración de Mircol, el 100% de la Mepyramina tritiada se había fijado a los receptores cerebrales, prueba inequívoca de que estos no habían sido ocupados por este antialérgico.

Esta prueba también se realizó con otras sustancias de acciones distintas pero de la misma familia clínica, tales como la prometazina y la levomepromazina. El resultado fue que los porcentajes de fijación fueron similares a los de otros antihistamínicos clásicos, lo que demostraba a su vez la fiabilidad del método utilizado.

Por si aún quedaba alguien que pensase que todos los antihistamínicos son iguales (tal como planteaba en la portada de este folleto para la presentación de Mircol a los médicos), estos datos venían a corroborar las singulares características de la mequitazina...

miércoles, 15 de mayo de 2013

La clave está en su molécula


(Diario El Inefable) Esta fue una de las campañas de mayor éxito del antialérgico Mircol. La argumentación que se seguía en la misma era la siguiente:
No sólo la primavera es una estación propicia para las alergias al polen; también lo es el verano. Por eso, en este díptico que diseñé para presentar a los médicos el antialérgico Mircol destacaba en portada que en los meses de verano muchas personas solo tienen dos alternativas: padecer alergia o controlarla a expensas de padecer la somnolencia típica que proporcionan muchos antihistamínicos. Para ilustrarlo, ofrecía la ilustración de un campo de verano, en estilo impresionista, y en medio de ella un paciente adormecido y encerrado en una urna de cristal para aislarse del mundo exterior.
 
En el interior se detallaba la eficacia de este fármaco, comparándolo con otros antihistamínicos de referencia y se destacaba la ausencia de producción de somnolencia característica de Mircol.

Para explicar el por qué de este hecho, se exponía que Mircol (mequitazina) posee una acción antihistamínica y antiserotonínica prolongada, ya que el su molécula, mequitazina, se une al núcleo fenitiazínico una cadena lateral (heterociclo saturado), quinuclidina, que la hace muy resistente a las enzimas metabolizantes. Por esta originalidad de la molécula, Mircol no produce la somnolencia habitual de las sustancias antialérgicas...

martes, 14 de mayo de 2013

El día que Laboratorios Angelini arruinaron el sabor de Tantum Verde


(AZprensa) Esta ha sido la sorpresa de muchas personas cuando en estas fechas (quizás antes también) han ido a la farmacia a comprar Tantum Verde. Incomprensiblemente, los Laboratorios farmacéuticos Angelini han cambiado algo en la formulación del colutorio “Tantum Verde”, de tal forma que han arruinado el excelente saber que tenía antes. El “Tantum Verde” es preparado para enjuagues bucales a base de benzidamina, un antiinflamatorio y antálgico con acción histoprotectora que ayuda a la regenración y cicatrización de los tejidos inflamados, a lo que une en la formulación un antiséptico y todo ello con un agradable sabor a menta... pero eso era hasta ahora en que han decidido cambiar algo y aquél agradable sabor se ha convertido en un desagradable sabor.

Curiosamente los Laboratorios Angelini son los descubridores de la benzidamina (conocida popularmente como “Tantum”) y existen y han existido de ella numerosas formulaciones (crema, comprimidos, asociaciones... hasta caramelos). Cuando –hace unas décadas, Angelini no estaba presente en España, licenció esos productos a través de otros Laboratorios, siendo el primero de ellos Latino-Syntex, en donde tuve oportunidad de lanzar al mercado muchas de sus formulaciones y en donde siempre tuve presente que un buen medicamento no sólo debe ser eficaz y bien tolerado sino que además es importantísimo que sea bien aceptado por el paciente, para lo cual se necesita: que sea agradable para el paciente (buen sabor si es por vía oral, buena calidad cosmética si es crema...), que sea fácil de administrar, que tenga una cómoda posología... e incluso que su envase y presentación sean atractivos puesto que el efecto placebo también es importante. Cuando Latino-Syntex desapareció, los productos de Angelini fueron a otros laboratorios, y en el caso de “Tantum Verde” se mantuvo su excelente sabor. Finalmente Angelini se estableció en España y recuperó “Tantum Verde” y al principio todo iba bien... hasta ahora en que no se sabe por qué razón han hecho que este fantástico producto tenga un sabor de lo más desagradable...

Nota importante: Esta noticia se ha escrito en mayo de 2013; sin embargo, cuando en marzo 2016 este mismo periodista ha vuelto a comprar Tantum Verde ha podido comprobar con satisfacción cómo se había recuperado el sabor original. Por consiguiente Tantum Verde sigue siendo un remedio eficaz y también -otra vez- agradable de utilizar.

lunes, 13 de mayo de 2013

Test de tiempos de reacción


La producción de somnolencia inducida por muchos antialérgicos es uno de los efectos secundarios más conocidos y frecuentes, y uno de los que más interfiere con la normal actividad diaria de los pacientes. Esa producción de somnolencia no solo dificulta la concentración para los trabajos manuales de precisión o los trabajos intelectuales, sino que también retarda el tiempo de reacción ante determinados estímulos, algo fundamental en aquellas personas que deben conducir un vehículo, manejar cierto tipo de maquinaria, practicar deporte, etc.

Para medir en qué grado retarda esos tiempos de reacción la administración de un antialérgico, se realiza –entre otros muchos- el comúnmente conocido como “Test de tiempos de reacción”. Mediante esta prueba, se administra a un grupo de voluntarios un comprimido del antialérgico a estudiar y otro comprimido idéntico en apariencia pero sin ningún efecto. Una vez se ha esperado el tiempo suficiente para que el antialérgico haya hecho su efecto en aquellos voluntarios a quienes se administró, se les pide que opriman un botón cada vez que vean encenderse una luz. Se repite este ejercicio muchas veces con cada voluntario y al final se obtiene la media de respuesta, medida en centésimas de segundo, y se compara entre todos los participantes, momento en el cual se descubre quienes habían recibido un tipo de comprimido y quienes habían recibido el otro.

Esta prueba se utilizó para comprobar si el antialérgico Mircol (mequitazina) enlentecía la capacidad de reacción ante estímulos externos, algo que de producir somnolencia –como es habitual en muchos antihistamínicos- quedaría en evidencia. Pues bien, este test, como muchos otros que se realizaron, demostró que no había diferencias significativas entre aquellos voluntarios que habían recibido el comprimido del antialérgico y aquellos otros que recibieron un placebo, constatándose una vez más la total ausencia de somnolencia de este antihistamínico...

domingo, 12 de mayo de 2013

ADN: las nuevas huellas dactilares


Actualmente las huellas dactilares siguen demostrando su utilidad para identificar a los individuos. En efecto, después de más de un siglo de experiencia, las huellas dactilares se han confirmado como un elemento diferenciador de los individuos; tanto es así, que incluso los gemelos idénticos, cuyos genes son idénticos, presentan huellas dactilares diferentes.

Dentro del campo de la criminología, la utilidad diaria de este medio de identificación sigue manteniendo su plena validez. Ahora bien ¿qué ocurre en una investigación de este tipo cuando no se dispone de huellas dactilares? Es aquí donde adquieren valor las nuevas técnicas de identificación por ADN.

El término “dactiloscopia del ADN” fue acuñado por Sir Alec Jeffries, de la Universidad de Leicester (Reino Unido), para definir la técnica que permite la identificación genética. Hoy en día está alcanzando tal éxito que la biología molecular se está convirtiendo en algo tan familiar como las huellas dactilares o el grupo sanguíneo y no es raro encontrar con frecuencia referencias a la misma en cualquier medio de comunicación.

En Estados Unidos, por ejemplo, se realizan al año unas 150.000 pruebas de ADN. Aunque las correspondientes a pruebas de paternidad abarcan el mayor porcentaje de las mismas, hay también en aquél país más de 5.000 pruebas concernientes a procesos criminales.

Primeras aplicaciones

Fue en 1986 cuando la prueba del ADN se utilizó por primera vez, concretamente en un caso de violación y asesinato, permitiendo la exculpación del sospechoso y la imputación de los cargos a otro. Desde entonces han ido surgiendo algunas compañías –actualmente no pasan de media docena- que han desarrollado estas técnicas de identificación y las ponen al servicio de sus clientes. Las materias analizadas pueden ser muy diversas, aunque las más habituales son la sangre, saliva, semen y tejidos.

Cellmark Diagnostics, por ejemplo, es una compañía que tiene los derechos sobre las investigaciones y productos químicos desarrollados por Sir Alec Jeffries, para cortar fragmentos especiales de ADN. Entre sus casos más famosos se cuenta el de un asesinato en el que se condenó al homicida sin que llegase a aparecer el cuerpo de la víctima. Se trataba de una mujer de Missouri (Estados Unidos) que no se presentó en el juicio que se celebraba para determinar la custodia de sus hijos y nunca más se la volvió a ver. Sin embargo, veinte meses después, se encontró su coche con muestras de sangre y perdigones en su interior que evidenciaban un asesinato. Los científicos de Cellmark analizaron el ADN de los dos hijos de la pareja y del marido, a partir de los cuales pudieron deducir el probable patrón del ADN de la esposa. Tras comparar este probable patrón con el de la sangre encontrada en el coche, concluyeron que las probabilidades de que la sangre encontrada en el coche perteneciera a la esposa era de 150.000 a uno. De esta forma, y a pesar de que no se había encontrado ningún cadáver, el marido fue condenado.

Un delicado proceso

Normalmente en estos procesos las muestras que se pretenden analizar son entregadas a la compañía en cuestión la cual, bajo el control de abogados y consultores científicos, realiza el análisis.

La primera tarea suele consistir en la separación de un 10 por ciento de cada muestra para guardarla y tenerla disponible en caso de que fueran necesarias pruebas adicionales. Después se inicia la delicada tarea de extraer hilos submicroscópicos del ADN procedente del tejido analizado, cortando las hebras en fragmentos y marcando las seleccionadas con átomos radioactivos. Al colocar sobre esos fragmentos un trozo de película para rayos X, los átomos radioactivos dejan unas manchas en los lugares donde se haya expuesto la película.

El ADN formado por esas largas hileras de cuentas moleculares, es prácticamente el mismo en todos los seres humanos, pero en algunas zonas de esos collares moleculares, la secuencia de las cuentas varía de un ser humano a otro. Esas secciones, que son polimórficas, son las que hacen que un fragmento de ADN de una persona sea más corto o más largo que el mismo de otra persona. Así, cuando los biólogos cortan el ADN con sus tijeras químicas, se pueden observar las diferencias polimórficas en esos fragmentos de ADN. No obstante, y para que la identificación se considere como fiable, se necesitan normalmente entre 5 y 8 fragmentos polimórficos.

Aunque su aplicación en la criminología supone tan sólo un porcentaje minoritario, es evidente que su repercusión en los medios de comunicación es muy elevada y ha contribuido a la popularidad de la misma. Sin embargo es en las pruebas de paternidad donde la identificación genética encuentra su mayor aplicación hoy día; y todo ello sin olvidar que hoy en día se están abriendo nuevos caminos para su utilización en otras áreas de enorme interés como, por ejemplo, la detección precoz de enfermedades...

sábado, 11 de mayo de 2013

Test de evocación verbal


Para medir el grado de interferencia que los antihistamínicos ejercen sobre la capacidad de concentración intelectual, se utiliza –entre otros- el “Test de evocación verbal”. Mediante el mismo se administra a un grupo de voluntarios un comprimido del antialérgico objeto del estudio o de un comprimido inerte o placebo. A las dos horas se les somete a esta prueba mediante la cual se les dice una letra o una sílaba y a continuación deben escribir todas las palabras que recuerden comenzando por esa letra o esa sílaba. Al final del tiempo establecido se cuenta el número de palabras y se comparan los resultados obtenidos por aquellos voluntarios que tomaron el fármaco y aquellos otros que tomaron un comprimido con igual apariencia pero sin ningún tipo de efecto.

Este tipo de test también se llevó a cabo para constatar la ausencia de producción de somnolencia del antihistamínico Mircol (mequitazina) y no se observaron diferencias significativas entre aquellos que habían tomado el fármaco y aquellos otros que simplemente recibieron placebo...

viernes, 10 de mayo de 2013

Test de barras


Siendo la producción de somnolencia uno de los efectos secundarios más habituales e indeseados de los antialérgicos, era lógico que se diseñasen diversos test para comprobar el grado de producción de somnolencia de los citados antihistamínicos.

Uno de estos test era el denominado “Test de barras” y que permitía comprobar si el grado de atención se veía interferido por el antialérgico, en cuyo caso afectaría a muchas actividades diarias de los pacientes, tales como la costura, mecanografía, trabajos minuciosos, utillaje de precisión, lectura, etc.

En este test se administraba un comprimido del antialérgico objeto del estudio o un comprimido de igual apariencia pero sin ningún efecto (placebo) al azar y de forma ciega (es decir, sin conocer de antemano qué personas recibían uno u otro comprimido). A las dos horas, tiempo más que suficiente para que el fármaco hubiese ejercido su acción y, en consecuencia, también su posible efecto adverso –la somnolencia-, se sometía a esos voluntarios a este test consistente en mostrarles una sucesión de letras, tras lo cual se les pedía que fuesen tachando una letra determinada. Del número de errores cometidos en el transcurso de esta prueba se deduciría si el antialérgico objeto de estudio interfería con su capacidad de atención y concentración.

A la vista de este test se observó que no había diferencias significativas entre aquellos voluntarios a quienes se había administrado Mircol y aquellos otros a quienes se administró el placebo...

jueves, 9 de mayo de 2013

Alergia o... somnolencia


Tal como destacaba en este díptico para presentar el antialérgico Mircol a los médicos, al llegar la primavera muchas personas sólo tienen dos alternativas: seguir padeciendo su alergia o controlarla a costa de padecer la somnolencia provocada por el antihistamínico.

En la imagen se veía una ilustración de un paciente aislado del mundo primaveral por una campana de cristal, ya que así es como se sienten muchos pacientes al llegar la primavera; el simple hecho de pensar en salir al exterior les llena de terror y si necesitan hacerlo debe ser a costa de padecer la somnolencia típica que proporcionan muchos de los antihistamínicos que se recetan para combatir la alergia. Obsérvese cómo el paciente está encerrado dentro de una campana de cristal y aislado de la floreciente primavera del exterior, mientras sujeta una almohada entre sus manos porque sabe que si toma otro antialérgico para salir al exterior... ¡tendrá que llevarse también la almohada!

Pero es que además, para que un antihistamínico tenga acción completa no sólo debe poseer actividad antihistamínica sino también antiserotonínica, tal como sucede en el caso de Mircol. Los doctores Gervais, Blamoutier, Muller y Houbart compararon la actividad antihistamínica y antiserotonínica de este antialérgico –a los siete días de tratamiento- con tres productos de referencia y en todos los casos la superioridad de Mircol (mequitazina) fue manifiesta...

miércoles, 8 de mayo de 2013

Un clásico sin somnolencia


Un estudio del Prof.Schwartz (Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica, INSERM) permitió valorar hace tres décadas el efecto sedante de diferentes antihistamínicos, administrando estos a las dosis habituales recomendadas para los mismos en terapéutica. Para ello procedió a la medición del porcentaje de H3-Mepyramina fijada  en los receptores H1 cerebrales, unas mediciones que se llevaron a cabo en diversas regiones del cerebro: tronco cerebral, hipotálamo, hipocampo, cuerpo estriado, cortex, cerebelo y resto.

Mientras que con el antihistamínico Mircol (mequitazina) sólo se ocupaba entre el cero y el 7% de estos receptores, lo que garantizaba una ausencia total de somnolencia tras la administración del fármaco a dosis terapéuticas, con la dexclorfeniramina se llegó al 69%, con la tripolidina al 70%, con la difenhidramina al 60%, con la cinnarizina al 60% y con la prometazina al 70%. Quedaba en evidencia que con los antihistamínicos clásicos se ocupaba más del 50% de los receptores H1 cerebrales a diferencia de Mircol, de ahí que en la literatura médica para la presentación del mismo a los médicos se pudiese afirmar de manera categórica que este antialérgico no produce somnolencia y por consiguiente no interrumpe la actividad diaria normal y puede recetarse a todo tipo de pacientes, cualquiera que sea su trabajo o actividad...

martes, 7 de mayo de 2013

Exportaciones para "lelos"


Como ampliación del post de ayer, me gustaría añadir esto:

Algunos mayoristas compran ciertos productos (de gran venta y precio alto en otros países pero con precio muy bajo aquí) a los laboratorios en España para luego revenderlos a otros países a un precio más bajo que el que pagan los mayoristas allí. Así, gana el mayorista de aquí, gana el mayorista de allí, y pierde el laboratorio que ve cómo, por ejemplo, en vez de comprarle sus productos en Inglaterra para venderlo allí los compran en España para venderlos allí. Pero además, en ese trasiego del producto, al que hay que cambiar estuche y prospecto, manipular, transportar, conservar, etc. ¿quién asume las garantías de todo ese proceso? Nadie. Si luego algo sale mal la culpa será del laboratorio que lo fabricó.

Ante estas prácticas, los laboratorios españoles sirven a los mayoristas menos de lo que estos les piden para dificultarles así el que estos puedan exportar. Y los mayoristas cada vez piden más para que así, aunque les sirvan menos de lo pedido tendrán suficiente para exportar.

¿La consecuencias? Con cierta frecuencia se produce desabastecimiento en las farmacias ya que el mayorista no sirve a la farmacia lo que esta le ha pedido. El mayorista se justifica diciendo que el laboratorio no le ha servido lo que él ha pedido, pero no dice nada sobre las cantidades de ese medicamento que está vendiendo fuera porque así consigue mayor margen de beneficio. El laboratorio dice que sirve todo lo que buenamente puede fabricar para no explicar la verdadera razón: que no quiere que sus productos se destinen a la exportación sino que se utilicen para abastecer al mercado nacional. ¿Y el Gobierno? (Me refiero a “los” Gobiernos, o sea, todos) Pues el Gobierno mira para otro lado; le importan un pimiento el paciente, le traen sin cuidado los tejemanejes que hagan los mayoristas, al laboratorio ni lo mira ya que este siempre se muestra sumiso, y lo único que le preocupa es ahorrar para que le cuadren las cuentas aunque mande a su Sanidad pase a ser de segunda categoría.

Así que en esto de las “exportaciones paralelas” hay muchos “lelos”: los primeros, los ciudadanos, a quienes solo recetarán productos genéricos (de aquellos principios activos que tengan genéricos) y escatimarán la receta de aquellos medicamentos que aún no tengan ningún genérico en el mercado; y los segundo “lelos” de la historia serán, como siempre, los pringaos de los laboratorios que aceptan humillación tras humillación y puñalada tras puñalada, sin rechistar, porque les han adjudicado el papel de “malo dela película” y no se atreven a contradecir al poder en temor a las represalias que puedan ejercer sobre él...

lunes, 6 de mayo de 2013

Un antihistamínico universal


Para la consecución del galardón “Medalla de oro a la exportación” conseguida por el laboratorio Sideta, contribuyó de forma decisiva uno de sus productos líderes, el antihistamínico Mircol (mequitazina). Ya en el año de su lanzamiento en España (1979) este antialérgico se encontraba comercializado en Antillas, Argentina, Camerún, Chipre, Corea del Sur, Costa de Marfil, Gabón, Hong Kong, Líbano, Malí, Marruecos, Senegal, Taiwán y Togo. Además, en aquellos momentos (1979) se encontraba en curso de comercialización en Argelia, Brasil, Chile, Colombia, Filipinas, Grecia, Guatemala, Irak, Israel, Italia, Japón, Kuwait, República Dominicana, San Salvador, Siria, Tailandia, Túnez y Venezuela. Por consiguiente España fue uno de los primeros países en donde se comercializó. 

¡Qué diferencia con la situación actual! Ahora, España es siempre uno de los últimos países en donde se comercializa cualquier nuevo medicamento ya que los precios que concede la sanidad pública son tan bajos (casi siempre los más bajos de Europa) que no resulta muchas veces rentable para el laboratorio investigador su comercialización. Una situación que entraña además otro atentado para la creación de empleo y para la sanidad de la población: muchos mayoristas compran en España grandes cantidades de ese producto que tiene nel precio más bajo de Europa, luego le cambian el prospecto y el estuche y lo venden a sus países de origen; de esta forma obtienen los mayoristas de aquí un buen margen de beneficio y para los mayoristas de allí aún les sale más a cuenta comprar ese producto a intermediarios de España que al laboratorio de su país. Por supuesto, en esta práctica que se llama “exportaciones paralelas”, la garantía y el control sanitario brillan por su ausencia, pero el Gobierno sólo mira que le salga más barato y lo demás le importa un pimiento. Los únicos que ganan con todo esto son esos mayoristas irresponsables que, sin aportar ningún valor añadido a la cadena de comercialización (en realidad todo lo contrario) se llevan un buen pellizco...

domingo, 5 de mayo de 2013

Premio a la exportación


Para un laboratorio pequeño, aunque tenga productos líderes en sus respectivos grupos terapéuticos, conseguir premios es difícil ya que el mundo de las influencias –que es quien los promueve- está reservado solo para los grandes. Por eso, conseguir, como lo hizo Sideta, la medalla de oro a la exportación, suponía una gran satisfacción por el reconocimiento público a su esfuerzo que ese premio representaba.

En tal sentido, en el año 1979 se concedió este galardón al laboratorio español Sideta (Sociedad Ibérica de Estudios Terapéuticos Aplicados) y no era cuestión de que tal reconocimiento pasase desapercibido; no solo hay que ser buenos, además hay que decirlo. Por consiguiente decidí que a partir de ese mismo momento, todos los folletos del laboratorio llevasen este sello en la parte inferior de la contraportada. Era un digno colofón para cualquier presentación de nuestros productos a los médicos el hacer saber que este pequeño laboratorio español era un destacado exportador de medicamentos, algo que beneficiaba a la economía española en su conjunto...

sábado, 4 de mayo de 2013

Receptores H1 cerebrales


La ocupación de los receptores H1 cerebrales implicados en el control vigilia-sueño por los antihistamínicos –algo común en los antihistamínicos clásicos a excepción de la mequitazina- explica las diferencias observadas en cuanto a la producción de somnolencia tras la administración de estos medicamentos.

En el caso de Mircol (mequitazina) su nula afinidad por los receptores H1 cerebrales demuestra que carece de efecto sedante y por consiguiente se puede afirmar con rotundidad (y así se ha demostrado en los estudios clínicos realizados y en los muchos años de experiencia con este fármaco) que no produce somnolencia. Pero cuando decimos “nula afinidad” ¿a qué nos referimos exactamente? Pues ni más ni menos que a unos porcentajes que oscilan entre el cero por ciento y el siete por ciento; de ahí que Mircol, al tener tan difícil alcanzar los receptores histaminérgicos H1 del cerebro y no atravesar la barrera hemato encefálica, constituye una clara excepción entre los antihistamínicos clásicos. De hecho, en los estudios clínicos realizados se vio que para que se alcanzase una ocupación del 50% de estos receptores (lo cual produciría la somnolencia típica de otros antihistamínicos) había que administrar una dosis 10 veces superior a la dosis recomendada, algo a todas luces innecesario y por supuesto no recomendable. Una sola cápsula cada 12 horas, es la dosis habitual con la que se consiguen todos sus beneficios terapéuticos...

viernes, 3 de mayo de 2013

Afinidad por los receptores H1 periféricos


(Diario El Inefable) Antes de entrar en detalle sobre las cualidades de los antihistamínicos, convendría recordar que el bloqueo de los receptores H1 histaminérgicos a nivel de la musculatura lisa y de los vasos, es el mecanismo de acción que induce la actividad terapéutica de los antihistamínicos. En el caso de la mequitazina, su afinidad por los receptores H1 periféricos llega hasta el 62% lo que se traduce en una gran eficacia antialérgica.

Después de su administración, las tasas sanguíneas son máximas desde la primera hora y se mantienen todavía estables a la 12ª hora. Esto es debido a su gran afinidad por las proteínas plasmáticas e hísticas (se fija en la fracción sólida de las células) y a seguir el ciclo entero-hepático. En consecuencia, una sola administración oral cada 12 horas es suficiente para controlar la alergia.

Pero además, su estructura molecular original, la protege de las degradaciones metabólicas, garantizando la eficacia de su actividad terapéutica durante 12 horas; mientras que su biotransformación se produce sin acumulación hepática, aun con dosis repetidas.

En sayos clínicos realizados, comparando Mircol (mequitazina) con dos antihistamínicos clásicos, tales como la dexclorfeniramina y la clemastina, ponían en evidencia la superioridad de este antialérgico.

Lanzado en nuestro país por los laboratorios Sideta (Sociedad Ibérica de Estudios Terapéuticos Aplicados), hoy día sigue estando disponible en las farmacias españolas a través del laboratorio Medilab...

jueves, 2 de mayo de 2013

¿Son igual de eficaces todos los antihistamínicos?


Un pequeño laboratorio farmacéutico español tuvo el privilegio de lanzar en España uno de los mejores antialérgicos o antihistamínicos de que puede disponerse incluso aún hoy. No hace mucho alguien me dijo “pero ese producto es muy antiguo” (dando a entender con ello que por el hecho de ser antiguo debía ser poco eficaz) a lo que yo respondí “¿y acaso no es también antigua la aspirina? Y sin embargo todos reconocen la gran eficacia de este fármaco centenario”. Pues bien, el antialérgico del que vamos a hablar en los próximos post tiene unas cuantas décadas lo cual, lejos de empañar su imagen como algo ya pasado, lo que hace es resaltar más aún su imagen de medicamento útil. A una afirmación de este tipo debió Ronald Reagan buena parte de su éxito al salir elegido como presidente, cuando su rival le echó en cara su edad y este respondió que sí, que tenía razón, que él tenía muchos años de “experiencia”, y por consiguiente los ciudadanos preferirían a alguien como él, con experiencia.

La imagen que ilustra este post es la portada del folleto con el que se lanzó en España el antialérgico Mircol (mequitazina). A nivel científico es evidente que el diente de león (imagen central) no provoca ningún tipo de alergia, pero también es cierto que el diente de león se asocia de inmediato con la primavera, el polen, y los consiguientes problemas alérgicos. Por eso se eligió esa imagen gráfica como eje central de la campaña...

miércoles, 1 de mayo de 2013

Un pequeño gran laboratorio


A lo largo de mi trayectoria profesional he trabajado en grandes laboratorios internacionales, tales como AstraZéneca (que llegó a ser el tercer laboratorio más importante del mundo), Bristol Myers Squibb y Latino-Syntex. Sin embargo también pasé una parte de mi trayectoria profesional en un laboratorio pequeño que, no obstante, tenía productos líderes: la Sociedad Ibérica de Estudios Terapéuticos Aplicados, comúnmente reconocida por sus siglas “SIDETA”. Este laboratorio pertenecía al grupo químico francés Pechiney que, en 1971 se unió a Ugine Kuhlmann, convirtiéndose en Pechiney Ugine Kuhlmann (PUK) y, aunque tenía presencia en numerosos países, su volumen de facturación en el área farmacéutica era pequeño. Su catálogo de productos no era muy amplio pero, eso sí, muchos de sus productos eran líderes de sus respectivos grupos terapéuticos. Por consiguiente se conocían más sus productos que el propio laboratorio que los comercializaba. Yo mismo constaté la diferencia entre lanzar un nuevo producto desde un gran laboratorio y hacerlo desde uno pequeño. En el primer caso disponía de grandes recursos económicos así como de un amplio plantel de médicos fieles a quienes, con sólo decirles el visitador médico “vengo a presentarle este nuevo producto”, se obtenía de inmediato un notable nivel de ventas. Por el contrario, en el segundo caso, el presupuesto de promoción era mucho más reducido, los médicos no recibían tantas atenciones como las que recibían de laboratorios grandes y, en consecuencia, no se sentían tan obligados a recetar lo que ese pequeño laboratorio les presentaba aun cuando tuviese pinta de ser un gran producto.

En el caso de Sideta sí que eran la mayoría muy buenos productos y por eso se mantuvo de forma competitiva durante muchos años hasta que finalmente fue adquirido, primero por Rhone Poulenc Rorer, y finalmente sus productos se fueron vendiendo a otros laboratorios quedando dispersados por el mercado con desigual fortuna ya que, mientras algunos todavía siguen recetándose y vendiéndose bien en las farmacias, otros acabaron desapareciendo al faltarles el presupuesto necesario para la promoción que asegurase su promoción a los médicos y, en definitiva, la generación continua de recetas.

Durante los próximos post iré presentando y comentando muchos de esos productos así como diversas curiosidades y datos poco conocidos en torno a los mismos...