lunes, 10 de marzo de 2014

Las inversiones se van

(AZprensa) Franz Humer (en la imagen), presidente saliente de Roche, ha hecho unas declaraciones llenas de sentido común pero que, sin embargo, pocas veces se atreven a hacer los directivos, casi siempre bastante sumisos ante los abusos de las Autoridades sanitarias. Humer ha dicho que los países de la Unión Europea deben valorar la innovación que aporta el sector farmacéutico con medidas que la faciciliten en vez de torpedearla como es lo habitual, porque “si esas inversiones se van, es difícil que vuelvan”. Y los Gobiernos deberían saber que hay muchos países, por ejemplo en Africa y Asia, que acogen esas inversiones en donde a las compañías (no sólo farmacéuticas sino de cualquier tipo) les resulta mucho más barato fabricar. “Es necesario –ha añadido- que Administraciones e industria diseñen de una nueva fórmula que valore la innovación por su efectividad y su aportación social". Pero ¿le harán caso? Lo más probable es que no.

También en esta misma línea, el director general de la Federación Europea de Industria Farmacéuticas (Efpia), Richard Bergström, ha remarcado la necesidad de que los gobiernos den algunos pasos para compensar la continua presión sobre los precios que tanto daño está haciendo a la industria farmacéutica: "En Europa –ha dicho- tenemos la capacidad humana, tecnológica y a nivel de equipamientos para liderar el sector de la investigación en ciencias de la vida. Solo hay que incentivar la inversión en I+D para retener a la industria y a los científicos en nuestros países. La mejor forma de hacerlo es garantizar el acceso de los pacientes a la innovación. De esa forma se estarían enviando las señales correctas para que las compañías mantuvieran su actividad investigadora en el continente europeo".

En cualquier caso, queda preguntarse si los Gobiernos y las Autoridades sanitarias europeas y nacionales harán caso a la alerta que han lanzado Humer y Bergström. Lo más probable es que no, al menos en España.

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