jueves, 26 de noviembre de 2015

Donar medicamentos, por sí solo, no sirve de nada

(Diario El Inefable) “Muchas personas tiene la impresión de que la responsabilidad social de la industria farmacéutica consiste únicamente en entregar medicamentos a la gente que vive en áreas con carencias de esos productos y que de otro modo no podrían acceder a ellos. Pero el aumento de la oferta de medicamentos por sí sola no les ayudará, dada la escasa capacidad clínica o diagnóstica de estos países”, comenta Noreen Parsons, un especialista en hacer llegar la ayuda de la industria farmacéutica a los más necesitados.

“El principal factor limitante –continúa- para acceder a un tratamiento es la falta de infraestructura sanitaria”. En efecto, en los países en vías de desarrollo es necesario levantar infraestructuras sanitarias para que estas donaciones puedan tener algún impacto. Un ejemplo dramático, según comenta, se da en Etiopía ya que para algunas enfermedades, como el cáncer de mama, apenas hay especialistas que puedan atender a toda la población: “las mujeres no pueden hacerse mamografías, no hay un acceso fácil a la quimioterapia ni a agentes hormonales, no existen programas de detección sistemática de cáncer ni registros, no hay un protocolo nacional de tratamiento, ni tampoco instalaciones en las que determinar el estatus de receptores hormonales y marcadores tumorales”.

Por consiguiente, el primer paso a la hora de facilitar ayuda sanitaria a los países necesitados es dotarlos de unas adecuadas instalaciones sanitarias y unos profesionales que puedan ejercer en las mismas; aunque un paso previo más necesario aún, sería dotarlos de algo tan obvio como agua corriente, electricidad y acceso a los alimentos básicos.

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