miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los abogados, pesadilla para los científicos

(Diario El Inefable) El robot de análisis de proteínas de Microtech permite analizar más proteínas y a una concentración mucho menor, lo que da lugar a mejoras en la productividad y en la eficiencia. Este ha sido un claro ejemplo de colaboración entre científicos, en este caso Gyorgy Marko-Varga y Thomas Laurell. Al cabo de numerosos estudios y experimentos realizados de forma conjunta los dos científicos sintieron que estaban en el camino de encontrar la solución, por lo que establecieron un primer acuerdo de colaboración para desarrollar el prototipo robótico para el análisis de proteínas.

A ello contribuyó el experto en alianzas científicas, Hans Hultberg, para quien el factor principal para que el resultado de una colaboración sea satisfactorio es el establecimiento de una buena relación entre las partes y “en este caso teníamos dos grupos que se habían encontrado casualmente y que ya estaban trabajando en equipo. Creo que la proximidad a la Universidad, a poca distancia de las instalaciones, es una de las claves de este éxito”. No obstante, y como siempre sucede, los mayores escollos surgieron “al tener que firmar contratos e involucrar abogados para hacer algo que antes había sido un proyecto conjunto placentero e inspirador”, explica Laurell, para añadir que el establecimiento de los términos de “propiedad intelectual” fue uno de los aspectos más controvertidos. En cualquier caso, la colaboración resultó fructífera y el nuevo robot ha ayudado en numerosas áreas de investigación, en especial para encontrar biomarcadores con mayor eficacia y rapidez.

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