martes, 12 de julio de 2016

Lo malo de la transparencia... es que deja ver muchas cosas

(AZprensa) La industria farmacéutica ha iniciado una campaña propagandística de “transparencia”, dando a conocer el dinero que da a los médicos para que nadie piense que los están comprando para que receten sus productos. Mala cosa; ya dice un refrán “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”... y los refranes son un compendio de sabiduría.

Para empezar, lo único que hacen público es el importe global: 496 millones de euros. Pero si quieres saber a qué médicos han pagado, tienes que ir a la web de cada uno de los laboratorios en donde será prácticamente imposible encontrar nada, entre otras cosas porque para que aparezcan los nombres de los médicos éstos han debido dar antes su autorización, algo que casi nadie hace. Y aún hay más: Los laboratorios se refieren al dinero que destinan a cursos de formación, investigación clínica, etc., pero no al dinero destinado a comidas, reuniones, regalos y atenciones, etc.

Para colmo, la mayoría de ensayos clínicos se hacen para comprobar propiedades ya sabidas de los fármacos, es decir, para convencer a los médicos de lo buenos que son esos fármacos y que así los receten. Para colmo, la mayoría de esos cursos de formación están dirigidos a los intereses de los laboratorios ya que en ellos quedarán patentes las ventajas de sus productos aunque también se hable de otras cosas.

Y seguirán proliferando los pagos a médicos para que hablen como ponentes en seminarios, jornadas, conferencias, convenciones, simposios patrocinados, etc. De esta forma el médico consigue hacerse un “nombre” dentro de su profesión y ya se sabe que –volviendo al refranero- “De bien nacidos es ser agradecidos”, y ese agradecimiento han de dárselo al laboratorio que les ayudó a impulsar su carrera. La forma de agradecérselo ya sabéis cuál es: la receta de sus productos.

En su descargo sólo puedo añadir que los laboratorios no son ONGs sino empresas comerciales (como las de alimentación -y hay mucha gente muriendo de hambre-; como las constructoras -y hay muhca gente sin techo-; etc.) y por consiguiente su objetivo es "el beneficio económico a través de la mejora de salud de los ciudadanos". El problema es que no saben transmitir bien a la sociedad lo que realmente son.

1 comentario:

Marta Cuesta dijo...

Bueno... esto es un tema bastante delicado... Yo me quedé a cuadros el día que un doctor nos dijo en su consulta que los laboratorios están obligados por ley a revelar el 80% de los componentes de un medicamento...

¿Y el otro 20%? ¿Y si hay que darle a alguien una medicación y ese 20% le provoca incompatibilidades? Si el 20 es un placebo no hay ningún problema... PEro la verdad es que a todos nos gustaría saber lo que nos tomamos, sobre todo a los médicos que son quienes tienen que recetarnos...

En fin, que como bien has dicho los refranes contienen un montón de sabiduría