sábado, 2 de julio de 2016

Tabaco y sol, enemigos de tu piel

(AZprensa) El tabaquismo y la radiación ultravioleta son factores determinantes en la aceleración del envejecimiento de la piel. De hecho, fumar durante 10 años seguidos acelera hasta dos años y medio el desgaste de la piel. Por eso, las ganas de estar tumbados bajo el sol o realizar actividades al aire libre durante la época estival pueden empeorar considerablemente el aspecto de la piel, sobre todo en el caso de los fumadores.

Cada calada contiene alrededor de dos billones de radicales libres responsables del proceso continuo de oxidación y envejecimiento prematuro. Fumar provoca la disminución de la circulación sanguínea en todos los tejidos, influyendo negativamente en la elasticidad y aspecto de la piel, este desgaste hace más visibles los músculos faciales por la erosión de su envoltorio, en la aparición de marcas de expresión, especialmente alrededor de la boca. Además, las arrugas ganan en profundidad, la piel presenta una mayor sequedad, los poros se dilatan, aparecen quistes de millium, manchas en la dermis y la piel tiene una menor capacidad de recuperación ante quemaduras solares. Este envejecimiento de la piel se ve acelerado con la exposición al sol.

En este sentido la doctora Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética, señala “poca gente es consciente de los problemas estéticos que supone tanto el consumo de tabaco activo como el sufrimiento pasivo del humo del tabaco”. Y añade “por todos es conocido que fumar ocasiona importantes daños a los órganos internos, pero también es importante destacar los perjudiciales efectos del tabaquismo sobre el aspecto de la piel, el olor corporal, la circulación, o la boca, que han sido ampliamente documentados en diversos estudios científicos”.

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