sábado, 13 de agosto de 2016

Cincuenta años después traeremos rocas del espacio

(AZprensa) La última vez que el ser humano viajó al espacio y regresó de él con rocas de un mundo lejano fue en diciembre de 1972, gracias a la misión Apolo XVII, la última de las siete que consiguieron aterrizar y regresar después a nuestro planeta. Han pasado ya 44 años y ahora, por fin, la NASA ha anunciado que va a lanzar una sonda –esta vez sin tripulación- hacia un asteroide lejano, la cual aterrizará, tomará muestras y regresará a la Tierra para que podamos analizarlas aquí.

La nave OSIRIS-REx (Regolith explorer) es del tamaño de un automóvil pequeño y se lanzará el próximo 8 de septiembre  para estudiar en detalle el asteroide Bennu. Según los responsables de la NASA “esta misión representa una valiosa oportunidad para aprender más sobre los orígenes de nuestro sistema solar, las fuentes de agua y moléculas orgánicas en la tierra y los riesgos y recursos en el espacio cercano a la tierra”.

Bennu es un asteroide de unos 490 metros de diámetro que tarda 436 días en completar una órbita alrededor del Sol y que, en algunos momentos de la misma, se coloca por dentro de nuestra propia órbita, aunque sin peligro de colisión ya que está en diferente plano orbital.

La sonda recogerá unos 60 gramos de polvo de este asteroide con un brazo robótico y lo traerá de vuelta a la Tierra para que sea analizado aquí. La llegada al asteroide está prevista para el año 2019 y el regreso para el año 2023, y es que las distancias en el Universo nos demuestran lo pequeños e insignificantes que somos, aunque no por eso menos atrevidos.

En la imagen, el asteroide Bennu y un esquema de su órbita

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