miércoles, 14 de diciembre de 2016

Así ahorran las clínicas dentales

(AZprensa) ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué son tan baratas algunas clínicas dentales (o al menos así se anuncian aunque luego la experiencia real venga a demostrar que el coste final le sale a sus clientes igual o más caro que en otras)? Pues el secreto tiene dos patas: los empleados y los materiales.

Como no hace falta ser odontólogo para abrir una clínica dental (pueden abrirla sociedades de intermediación) estos subcontratan odontólogos sin experiencia los cuales tienen que darse ellos mismos de alta como autónomos, pagar sus impuestos, etc. y si enferman sencillamente dejan de trabajar y de cobrar de esa clínica, la cual subcontratará a otros; no disfrutan siquiera de vacaciones remuneradas ni pagas extra ni nada, porque son autónomos aunque trabajen para esa clínica. Y aprovechándose de la enorme bolsa de paro existente en la odontología, les ofrecen unos salarios de miseria. Por eso hay tanta rotación de personal en algunas clínicas dentales.

El otro factor de ahorro son los materiales: o bien los compran al por mayor buscando los más baratos (no los mejores) o bien –si quien ha abierto esa clínica es un protésico dental- los fabrican ellos mismos. Esto no se da en ninguna especialidad médica. Un médico puede prescribir cualquier medicamento pero no puede venderlo al paciente; en cambio en una de estas clínicas sí pueden vender y colocar a sus clientes los implantes y prótesis que ellos mismos fabrican. Pero es que en el mundo de los implantes hay grandes diferencias en cuanto a calidad, diseño y procedencia, y no todos se comportan igual ante el hueso de una persona.

Y todo esto no lo decimos solo nosotros sino que simplemente hacemos de altavoz de las reclamaciones del presidente del Consejo General de Dentistas, Óscar Castro, tal como ha denunciado hace unos días en una amplia entrevista concedida a Acta Sanitaria y que resulta tan impactante que hemos creído un deber contribuir a su divulgación.

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