viernes, 27 de enero de 2017

A la industria farmacéutica le da vértigo ser transparente

(AZprensa) Una vez más (y van...) la industria farmacéutica sale al paso de las críticas de malas prácticas comerciales y dice (otra vez) que su compromiso con la transparencia es firme y a tal fin ha organizado a través de su patronal, Farmaindustria, una reunión para demostrar la validez de su Código de Buenas Prácticas que, en junio del año pasado, significó la publicación de datos de pagos a médicos que se engloban en cuatro apartados: donaciones (sólo se pueden hacer a organizaciones sanitarias, no a personas individuales), apoyo para actividades formativas y reuniones científico-profesionales, retribuciones por servicios profesionales y colaboraciones en materia de I+D.

Sin embargo, como esos datos publicados en junio no eran completos, ahora han añadido que todas las colaboraciones que los laboratorios hagan con profesionales sanitarios desde el pasado 1 de enero se publicarán de forma individualizada en junio de 2018 (esto es, dentro de año y medio). Esto ha generado un debate en torno a la privacidad de datos personales de los médicos que reciben dichas ayudas e incluso las protestas de las sociedades científicas por meter en el mismo saco las ayudas a la formación que a su juicio repercuten directamente en beneficio de los pacientes. La Agencia Española de Protección de Datos, que antepone el interés general al individual para la publicación de esta información, sostiene que para hacerlo bastará con informar a los profesionales en los contratos o documentos que formalicen su relación con el laboratorio, pero exige que la publicación de datos individualizados no sirva a otra finalidad que la perseguida por esta iniciativa y, por consiguiente, no debe facilitarse la indexación de la información publicada en los sitios web a través de motores de búsqueda.

Así, pues, lo único que puede consultar cualquier ciudadano son los criterios que debe cumplir la industria para colaborar en actividades formativas y reuniones científico-profesionales, las relaciones con las asociaciones de pacientes, etc., todo lo cual está disponible en su web: www.codigofarmaindustria.org y no deja de ser un pliego de buenas intenciones y de la más mínima decencia.

Dice el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, que “donde hay opacidad se generan dudas, donde hay transparencia se genera confianza”, y añade que las prisas en el ámbito de la transparencia no son buenas: “Podemos haber cometido algún error por precipitación”. ¿Habría que recordarle que los directivos de Comunicación de la industria farmacéutica ya reclamaban a su patronal y a sus propios laboratorios mayor transparencia hace más de 12 años e incluso crearon su propia asociación, ACOIF, para impulsar la transparencia? Pues parece ser que 12 años para dar un pequeño paso es “precipitarse”.

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