martes, 28 de febrero de 2017

Ojalá la osteoporosis fuera como la hipertensión

(AZprensa) En el tratamiento de un paciente con osteoporosis, evitar la aparición de fracturas se convierte en el objetivo fundamental, puesto que constituye la complicación más grave asociada a esta enfermedad. No obstante, aunque a día de hoy se cuenta con un arsenal terapéutico eficaz para evitar la aparición de fracturas, el principal problema sigue siendo el cumplimiento terapéutico: “Aproximadamente, un 50% de los pacientes abandonan el tratamiento antes de terminar el primer año y esto viene determinado por la ausencia de un procedimiento de uso fácil para valorar su efecto, como sucede en los pacientes hipertensos con el descenso de la tensión arterial con el tratamiento”, ha declarado el Dr. José Luis Pérez Castrillón, coordinador del Grupo de Osteoporosis de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Por este motivo, actualmente se están buscando otros objetivos a través de marcadores subrogados —principalmente densitométricos— más a corto plazo, que permitan que el paciente observe datos fidedignos. De este modo, se facilitaría la adhesión al tratamiento, el médico podría valorar la evolución del paciente y se podría establecer un plan terapéutico adecuado.

Tal como afirma este especialista, la osteoporosis es una enfermedad crónica, potencialmente grave —responsable de un elevado número de hospitalizaciones por sus complicaciones—, de elevada prevalencia, alto coste económico y social y, hasta que aparecen las fracturas, es clínicamente asintomática; por lo que “es importante identificar en la fase inicial, factores de riesgo que permitan indicar una densitometría y proceder a su diagnóstico y tratamiento”. Si los pacientes pudieran comprobar fácilmente la mejora que les brinda el tratamiento, el cumplimiento del mismo (y por lo tanto su beneficio) sería mayor.

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