martes, 18 de julio de 2017

Siete motivos más para visitar Daimiel

(AZprensa) Miles de visitantes acuden cada año para disfrutar del incomparable parque nacional de Las Tablas de Daimiel, un verdadero oasis en la planicie manchega; pero Daimiel (Ciudad Real) ofrece mucho más al viajero. Las guías de viaje detallan sus monumentos, su gastronomía, su folclore, pero hay otras curiosidades que o bien no citan o a pesar de publicitarlas siguen sin ser centro de atracción turística.

He aquí, pues, siete motivos más para visitar Daimiel:

El puzzle más grande del mundo.-
En el edificio Centro del Agua se puede contemplar el puzzle más grande del mundo, al menos así lo fue desde que se compusiese en el año 2008 hasta el año 2014 en que otro de Valladolid consiguió superarlo. Pero el de Daimiel se puede seguir contemplando con sus 24.000 piezas y la espectacularidad y complejidad de sus imágenes.

El volcán Las Tiñosas.-
Poco se sabe de este volcán al que uno puede llegar por la carretera CM-4114 en dirección a Malagón, y justo antes del desvío para tomar a la izquierda la carretera CRP-2122. Depósitos de flujos piroclásticos y algunas coladas de lava fluida de hace 3 millones de años, aún son visibles a pesar del deterioro sufrido cuando se utilizó como cantera.

Panizo de Daimiel.-
Son muchas las especies y variedades vegetales que van desapareciendo cada año, y una de ellas –prácticamente extinguida- es el Panizo de Daimiel del que puede verse una muestra (aunténtica reliquia) en el Museo Comarcal. Esta planta gramínea se utilizó durante mucho tiempo como pienso para el ganado gracias a su alto valor proteico y la esmerada selección llevada a cabo y que le confirió denominación de origen.

Motilla del Azuer.-
Es el pozo más antiguo de la península Ibérica, construido hace 4.000 años, uno de los ejemplos más representativos de los asentamientos prehistóricos durante la Edad del Bronce. Aunque se le está dando mucha publicidad y se organizan visitas guiadas, aún es desconocido por muchas personas.

Silla Pata de Gallina.-
Además de arquitecto (diversos edificios suyos pueden contemplarse en Daimiel), Miguel Fisac fue diseñador y uno de sus más peculiares diseños fue esta silla que puede verse en el Museo Comarcal.

Olivo milenario.-
Fue plantado por los musulmanes en torno al año 900 y, desde entonces ha sido testigo inmutable de la historia. Hace años se trasplantó a la Plaza de España y se ha convertido en uno de los símbolos de Daimiel, gozando en la actualidad de una salud envidiable a pesar de su avanzada edad.

Porrazos.-
A nivel gastronómico, y fuera ya de los tópicos, hay algo que todo el que visite Daimiel debe probar ya que se trata de un dulce exclusivo de esta localidad. Es un merengue con almendras  y un toque de horno que se desmenuza en la boca en una explosión de sabor y lo fabrica desde tiempo inmemorial la pastelería La Duquesita.

Y para hacer más completa tu visita, no estaría de más que te familiarizases con su peculiar forma de hablar:

Diccionario Daimieleño-Español.-
Un peculiar diccionario que recoge expresiones y términos empleados durante muchos años en esta localidad, recopilados desde un sano sentido del humor.

El “Diccionario Daimieleño–Español”, de Vicente Fisac, está disponible en Amazon (www.amazon.es) tanto en edición digital como en edición impresa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el articulo, solo un pero la Motilla del Azuer, fue construida hace 4000 años...

Vicente Fisac dijo...

Cierto, la Motilla del Azuer fue construida hace unos 2.000 años antes de Cristo, es decir, hace unos 4.000 años. (Ya está corregido. Gracias)