viernes, 18 de agosto de 2017

Las enfermedades crónicas no se toman vacaciones

(AZprensa) El seguimiento continuo y personalizado por parte del médico y el cumplimiento del tratamiento establecido por parte del paciente son factores fundamentales a la hora de hacer frente a cualquier dolencia crónica, sobre todo durante el período de las vacaciones de verano. Para ello se necesita un paciente bien informado

Las enfermedades crónicas significan uno de los problemas sanitarios más graves de los países desarrollados, pues afectan a más del 25% de la población y se han convertido en la principal causa de fallecimiento. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2005, murieron en el mundo 58 millones de personas, de las que 35 millones fallecieron como consecuencia de una enfermedad crónica. Además, 14 millones de españoles padecen una patología de este tipo, que representan un 70% del gasto sanitario en España, generan el 80% de las consultas de primaria y el 60% de las hospitalizaciones.

¿Qué es una enfermedad crónica?
Los expertos definen la enfermedad crónica como aquella patología de larga duración cuyo fin o curación no puede preverse claramente o no ocurrirá nunca. Aunque no existe un consenso acerca del plazo a partir del cual una enfermedad pasa a considerarse crónica, por término medio se considera así toda enfermedad que tenga una duración mayor a tres meses.

A pesar de que los factores hereditarios también influyen en su desarrollo, se trata de aquellas dolencias que comúnmente se adquieren por medio de un estilo de vida inapropiado (consumo de tabaco, mala alimentación, inactividad física…).

La lista de enfermedades crónicas más prevalentes -con la salvedad del cáncer- son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades respiratorias, las enfermedades mentales y del aparato locomotor, como los problemas de columna y artrosis.

El seguimiento personalizado, clave del éxito. Los avances médicos y tecnológicos han alargado considerablemente la esperanza de vida. Esto, unido al envejecimiento de la población, ha hecho que aumente el fenómeno de la cronicidad de las enfermedades.
El seguimiento continuo y personalizado por parte del médico y el cumplimiento del tratamiento establecido por parte del paciente son factores fundamentales a la hora de hacer frente a cualquier dolencia crónica. Conocer la enfermedad y afrontarla de la mejor manera posible son pasos muy importantes para que el tratamiento sea lo más efectivo posible.

Mi enfermedad crónica, ¿se puede curar? ¿qué tipo de tratamiento tengo que seguir? ¿qué efectos secundarios tiene la medicación? ¿cuál es la mejor dieta para la dolencia que padezco? Estas son preguntas típicas que suelen formular con frecuencia los pacientes. Según Clara Esteban, responsable médica de Health Dialog España, empresa perteneciente al grupo matriz de Sanitas, “a menudo, los enfermos crónicos necesitan mucha información sobre su patología para aprender a gestionarla eficazmente, ya que las dudas y la desinformación pueden hacer que la calidad de vida del enfermo se vea afectada”.

Cómo afrontar una enfermedad crónica
Tiempo, paciencia, apoyo y ganas de participar en el cuidado de la propia salud son las exigencias principales que debe cumplir un paciente para aprender a vivir con una enfermedad crónica. Se debe convertir en un “paciente activo”, potenciando su participación en la toma de decisiones sobre su propia salud y enfermedad.

Según la doctora Esteban, “cuanto más aprenda el paciente sobre su enfermedad, más entenderá el tratamiento a seguir y las emociones que puede experimentar”. El enfermo crónico debe descubrir, por sí mismo, la mejor forma de crear un estilo de vida saludable basado en sus necesidades individuales “Ser un paciente activo consiste en optar por no ser un paciente de sino un paciente activo de, en tomar pequeñas elecciones que van en aumento y que pueden ayudar al paciente no sólo a recuperar la sensación de control sobre el tratamiento sino también sobre su vida”, añade Clara Esteban.

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