lunes, 22 de enero de 2018

Los genéricos contraatacan para recuperar sus privilegios

(AZprensa) Para la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG) es un hecho preocupante que la evolución de las ventas de medicamentos genéricos en España se haya estancado, y no solo eso, sino que en el año 2017 han presentado una evolución negativa, lo que califican de “realmente inédito y preocupante”.

Recordemos que medicamento genérico significa copiar un medicamento original una vez ha expirado la patente del mismo y, al no tener que asumir los costes millonarios de su investigación y desarrollo, lo pueden poner a la venta a un precio irrisorio.

Según el ministerio de Sanidad, los genéricos ahorran entre 400 y 500 millones de euros al año a la sanidad pública, entendiendo como tal ahorro que en vez de recetar las marcas originales, recetan las copias con precio de saldo (incluso algunas Comunidades Autónomas hacen subastas a la baja para ver quién lo vende más barato).

Entonces, ¿por qué se han estancado sus ventas? Hagamos un breve repaso:

1.- El Real Decreto 9/2011, obligó a los médicos a recetar por principio activo y no por marca comercial como hasta entonces y a la hora de acudir a la farmacia esta debía dar el más barato, es decir, el genérico más barato. Los genéricos vieron abiertas las puertas del cielo.

2.- El Decreto 16/2012, modificó el anterior para discriminar positivamente a los genéricos: aunque la marca original bajase su precio a nivel de genérico, habría que dispensar siempre el genérico. Los genéricos llegaron al paraíso.

3.- Un disposición de la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2016 (LPGE), consideró que esa discriminación era ilegal, ya que si se trataba de ahorrar, habría que dispensar el más barato, fuese genérico o marca original. Los genéricos perdieron, pues, sus privilegios y los laboratorios investigadores pudieron seguir vendiendo sus productos originales aunque fuese a precio de saldo, pero mejor era eso que nada.

Como esto ha conducido a la situación actual en que los genéricos ya no crecen, han contraatacado y parece ser que el ministerio de Sanidad prepara una estrategia nacional que favorezca a estos medicamentos, la cual incluiría, por ejemplo, dar más dinero a aquellas Comunidades Autónomas donde más genéricos se receten (recordemos que hay una gran desigualdad y mientras en unas Comunidades Autónomas los genéricos representan un 33 por ciento, en otras llegan hasta un 54 por ciento).

Será una forma indirecta de obligar a los médicos a que receten genéricos aunque cuesten lo mismo la marca original, ya que así se podrán beneficiar de ese premio económico. Pero resulta que si lo que se buscaba era el ahorro y tanto genéricos como marcas originales cuestan lo mismo ¿a cuento de qué viene dar dinero a los que receten más genéricos? Es otra forma indirecta de discriminación positiva a favor de los genéricos y no supone ningún ahorro –ya que ambos cuestan lo mismo- sino todo lo contrario, un gasto adicional para el ministerio que tendrá pagar a quienes más se inclinen por los genéricos.

Como se ve, los lobbies o grupos de influencia funcionan y ahora quienes defienden los genéricos tratan de recuperar su supremacía. Mientras tanto los pacientes siguen siendo los grandes olvidados, les darán copias en vez de productos originales aunque ambos cuesten lo mismo, y como el aumento en ventas de los genéricos llevará aparejada una paga extra a las Comunidades que se distingan en este aspecto, ese dinero –que no lo olvidemos, viene de los impuestos- saldrá del bolsillo de los ciudadanos.

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