sábado, 31 de mayo de 2025

¿Promociones o Publicidad?

(AZprensa) En el competitivo mundo del marketing, los departamentos de Ventas y de Marketing/Publicidad a menudo parecen estar en bandos opuestos cuando se trata de asignar recursos: los equipos de Ventas abogan por promociones, que generan resultados inmediatos y medibles, mientras que los de Marketing y Publicidad defienden las campañas de publicidad de productos, que construyen la marca y generan impacto a medio y largo plazo. Esta aparente "lucha" por el presupuesto y la prioridad estratégica surge de la diferencia en sus objetivos y métricas, pero en realidad, promociones y publicidad de productos son herramientas complementarias, necesarias y sinérgicas para el éxito de una empresa.
 
Promociones: El imán de las ventas inmediatas
 
Las promociones son tácticas de marketing diseñadas para estimular la demanda de un producto o servicio en el corto plazo, generalmente a través de incentivos como descuentos, ofertas de "2x1", cupones, sorteos o ediciones limitadas. Son la herramienta favorita de los departamentos de Ventas porque su impacto es rápido y cuantificable. Ejemplos incluyen las rebajas del Black Friday de Amazon, las promociones de "compra uno, lleva otro gratis" en supermercados o los descuentos temporales de Zara.
 
Resultados inmediatos: Las promociones generan un aumento rápido en las ventas, el tráfico en tiendas o las conversiones online, lo que las hace ideales para cumplir objetivos trimestrales o liquidar inventarios.
 
Medición clara: Su impacto es fácil de rastrear a través de métricas como el volumen de ventas, el número de cupones canjeados o el incremento en el tráfico web.
 
Atracción de nuevos clientes: Las ofertas pueden captar consumidores sensibles al precio, que luego pueden convertirse en clientes recurrentes si la experiencia es positiva.
 
Impulso en momentos clave: Son efectivas para aprovechar picos estacionales, como Navidad, o para contrarrestar la competencia.

Sin embargo, las promociones tienen limitaciones. Su enfoque en el precio puede erosionar los márgenes de ganancia y, si se abusa de ellas, puede acostumbrar a los clientes a comprar solo con descuentos, debilitando la percepción de valor del producto. Además, no contribuyen significativamente a la construcción de la marca a largo plazo.
 
Publicidad de productos: Construyendo la narrativa de la marca
 
La publicidad de productos se centra en promover las características, beneficios y valores asociados a un producto o servicio, con el objetivo de generar demanda, reforzar la imagen de marca y fomentar la lealtad del cliente. Estas campañas, preferidas por los departamentos de Marketing y Publicidad, pueden incluir anuncios en redes sociales, spots televisivos, vallas publicitarias o contenido en plataformas digitales.
 
Construcción de marca: Las campañas refuerzan la identidad y los valores de la marca, creando asociaciones emocionales que trascienden el producto, como la conexión de Coca-Cola con la felicidad.
 
Diferenciación competitiva: En mercados saturados, la publicidad destaca las ventajas únicas de un producto, como la durabilidad de las botas Timberland o la innovación de los electrodomésticos Dyson.
 
Impacto a medio y largo plazo: Aunque su efecto en las ventas es menos inmediato, la publicidad aumenta el reconocimiento y la preferencia por la marca, lo que influye en las decisiones de compra futuras.
 
Lealtad del cliente: Al resaltar beneficios y experiencias, fomenta relaciones duraderas con los consumidores, como en las campañas de Dove que promueven la autoestima.

El principal desafío de la publicidad de productos es la dificultad para medir su impacto directo en las ventas. Aunque herramientas como encuestas de marca, análisis de tráfico web o estudios de mercado pueden estimar su efectividad, los resultados no son tan inmediatos ni precisos como los de las promociones, lo que genera escepticismo en los equipos de Ventas.
 
La percepción de que promociones y publicidad de productos compiten por recursos es un error estratégico. Ambas persiguen el mismo objetivo final —aumentar las ventas y fortalecer la marca—, pero operan en diferentes horizontes temporales y niveles de impacto. Integrarlas crea un enfoque equilibrado que combina beneficios inmediatos con crecimiento sostenible.
 
Las promociones atraen a los consumidores, mientras que la publicidad de productos los convence de la calidad y el valor del producto. Por ejemplo, una oferta de descuento en un nuevo modelo de Samsung Galaxy puede captar compradores, pero es la campaña publicitaria que destaca su cámara avanzada o su diseño innovador la que justifica la compra y fomenta la lealtad.
 
Un caso emblemático es el de Amazon durante el Prime Day: las promociones masivas generan ventas récord, pero la publicidad que resalta la conveniencia y variedad de Prime asegura que los clientes renueven su suscripción.

La publicidad de productos crea una percepción positiva que amplifica el impacto de las promociones. Estudios como los de Nielsen muestran que las marcas con fuerte reconocimiento, construido a través de la publicidad, ven un aumento del 20-30% en la efectividad de sus promociones.

Las promociones actúan como un gancho para atraer clientes, mientras que la publicidad de productos los retiene al reforzar la calidad y los valores de la marca. Por ejemplo, un descuento en un producto de L’Oréal puede captar nuevos compradores, pero las campañas que destacan “Porque tú lo vales” generan una conexión emocional que fomenta compras repetidas.

Las promociones son efectivas en la etapa de conversión, empujando a los consumidores a actuar. La publicidad de productos, en cambio, trabaja en las etapas de conocimiento y consideración, asegurando que la marca esté en la mente del consumidor cuando llegue el momento de comprar.
Para aprovechar la complementariedad de ambas estrategias, las empresas deben adoptar un enfoque estratégico:
 
1. Alinear mensajes: Las promociones y la publicidad deben reflejar una narrativa de marca coherente. Por ejemplo, si una campaña publicitaria de Patagonia destaca su compromiso ambiental, las promociones pueden incluir incentivos por reciclar productos, reforzando los valores de la marca.
2. Planificación equilibrada: Asignar recursos según los objetivos y el ciclo de vida del producto. En el lanzamiento de un producto, la publicidad puede dominar para generar reconocimiento, mientras que las promociones toman protagonismo en momentos de alta competencia o exceso de inventario.
3. Medir de forma integral:Combinar métricas de corto plazo (ventas, conversiones) con indicadores de largo plazo (reconocimiento de marca, Net Promoter Score) para evaluar el impacto conjunto. Herramientas como Google Analytics o encuestas de percepción pueden ayudar a estimar la contribución de la publicidad al éxito de las promociones.
4. Aprovechar sinergias: Integrar promociones en campañas publicitarias. Por ejemplo, un anuncio de Coca-Cola puede destacar su nueva bebida sin azúcar y terminar con una oferta de “prueba gratis en tiendas seleccionadas”, combinando narrativa y acción.

Así que la “lucha” entre promociones y publicidad de productos es una percepción errónea que ignora su naturaleza complementaria. Las promociones ofrecen resultados rápidos y medibles, ideales para los objetivos de Ventas, mientras que la publicidad de productos construye la marca y fomenta la lealtad, alineándose con la visión de Marketing y Publicidad. Juntas, crean un ecosistema donde las promociones atraen y la publicidad retiene, maximizando tanto las ventas inmediatas como el valor de la marca a largo plazo. Como afirmó el experto en comunicación Joan Costa, “la comunicación efectiva es un sistema donde cada elemento refuerza al otro”. Las empresas que integran estratégicamente promociones y publicidad de productos no solo resuelven el conflicto entre Ventas y Marketing, sino que construyen una marca que vende hoy y lidera mañana.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://www.amazon.es/dp/B0D4KHNVH4

viernes, 30 de mayo de 2025

Pero ¿qué es un “Dircom”?

 
(AZprensa) La reputación, la percepción pública y la comunicación efectiva son determinantes para el éxito empresarial. Así las cosas, el Director de Comunicación (Dircom) se ha convertido en un componente esencial de las organizaciones modernas. Este profesional, especializado en gestionar la comunicación interna y externa de la empresa, no solo protege la imagen de la marca, sino que también impulsa su estrategia global.
 
¿Qué es un Dircom?
 
El Director de Comunicación, o Dircom, es el máximo responsable de diseñar, implementar y supervisar la estrategia de comunicación de una empresa. Este profesional actúa como el portavoz oficial de la organización, gestiona la relación con los medios, los stakeholders y el público interno, y asegura que todos los mensajes emitidos sean coherentes con los valores y objetivos de la empresa. Con formación en comunicación, periodismo, relaciones públicas o marketing, el Dircom combina habilidades estratégicas, creativas y analíticas para posicionar a la empresa de manera favorable en un entorno competitivo.
 
El Dircom desempeña un conjunto de funciones críticas que abarcan tanto la comunicación externa como la interna. Entre las más relevantes se encuentran:
 
-          Diseño de la estrategia de comunicación: El Dircom elabora un plan integral que alinea la comunicación con los objetivos estratégicos de la empresa, definiendo mensajes clave, audiencias objetivo y canales de difusión.
 
-          Gestión de la reputación corporativa: Protege y fortalece la imagen de la marca, anticipándose a posibles crisis y gestionándolas de manera efectiva cuando surgen.
 
-          Relación con los medios: Actúa como enlace principal con periodistas y medios de comunicación, gestionando entrevistas, comunicados de prensa y respuestas a consultas.
 
-          Comunicación interna: Fomenta una cultura organizacional sólida, asegurando que los empleados estén informados, alineados con los valores de la empresa y motivados.
 
-          Gestión de crisis: Diseña protocolos para enfrentar situaciones de emergencia, minimizando el impacto en la reputación y asegurando una comunicación clara y oportuna.
 
-          Coordinación de campañas de comunicación: Supervisa iniciativas publicitarias, de relaciones públicas o de marketing, garantizando consistencia en el mensaje y tono.
 
-          Análisis y medición: Evalúa el impacto de las acciones de comunicación mediante indicadores como el alcance, la percepción de marca o el engagement, ajustando estrategias según los resultados.
Pero ¿cómo debe encajar el Dircom dentro del organigrama de la empresa? En este sentido cabe señalar que el Dircom debe ocupar un lugar estratégico dentro del organigrama, reportando directamente al Director General (CEO) o al Comité de Dirección. Este posicionamiento asegura que la comunicación esté integrada en la toma de decisiones de alto nivel y que el Dircom tenga la autoridad necesaria para alinear las estrategias de comunicación con los objetivos globales de la empresa.
 
En el organigrama, el Dircom suele liderar un departamento de comunicación que puede incluir equipos de relaciones públicas, comunicación digital, prensa, comunicación interna y, en algunos casos, marketing. Dependiendo del tamaño de la empresa, este departamento puede ser compacto o contar con múltiples especialistas. Además, el Dircom colabora estrechamente con otros departamentos, como marketing, recursos humanos, ventas y asuntos legales, para garantizar una comunicación coherente y efectiva en todos los frentes.
En empresas pequeñas, donde no siempre existe un departamento de comunicación dedicado, el Dircom puede asumir un rol más operativo, trabajando con agencias externas o recursos limitados. Sin embargo, su enfoque estratégico sigue siendo crucial, evitando que la comunicación se delegue a empleados sin formación específica.
 
Incorporar a un Director de Comunicación profesional aporta múltiples beneficios a la empresa, entre los que podemos destacar los siguientes:
 
-          Fortalecimiento de la reputación: Un Dircom profesional construye una imagen sólida y coherente, generando confianza entre clientes, socios e inversores. Su capacidad para anticipar y gestionar crisis minimiza riesgos reputacionales.
 
-          Alineación estratégica: Al participar en las decisiones de alto nivel, el Dircom asegura que la comunicación refuerce los objetivos comerciales, desde el lanzamiento de un producto hasta la expansión a nuevos mercados.
 
-          Mejor comunicación interna: Un Dircom fomenta la transparencia y el compromiso de los empleados, lo que se traduce en mayor motivación, productividad y retención del talento.
 
-          Optimización de recursos: Con su experiencia, el Dircom maximiza el impacto de las campañas de comunicación, evitando gastos innecesarios en estrategias ineficaces o canales mal seleccionados.
 
-          Adaptación a entornos cambiantes: En un mundo donde las redes sociales, la opinión pública y las tendencias evolucionan rápidamente, un Dircom profesional está capacitado para navegar estos cambios y mantener a la empresa relevante.
 
-          Gestión efectiva de crisis: La preparación de un Dircom para enfrentar situaciones adversas, como controversias públicas o problemas legales, protege a la empresa de daños significativos.
Contar con un Director de Comunicación en la empresa es mucho más que contar con un portavoz o un gestor de prensa; el Dircom es un líder estratégico que impulsa la reputación, la cohesión interna y el posicionamiento de la empresa en un mercado competitivo. Al integrarlo en el organigrama en dependencia directa del Presidente o Director General, formando parte además del Comité de Dirección, las empresas garantizan que la comunicación sea un motor de crecimiento y no un área improvisada. Contar con un profesional formado en comunicación, con visión estratégica y habilidades especializadas, no solo protege a la organización de riesgos, sino que la posiciona como una marca sólida, confiable y preparada para los desafíos del futuro. Invertir en un Dircom no es una moda sino una decisión que maximiza el valor y el impacto de cualquier empresa.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
https://www.amazon.com/author/fisac
“Memorias de un Dircom”: https://www.amazon.es/dp/B092XFBPKY

jueves, 29 de mayo de 2025

La cerveza sin alcohol y la salud

(AZprensa) La cerveza sin alcohol ha ganado popularidad en los últimos años como una alternativa para quienes desean disfrutar del sabor de la cerveza sin los efectos del alcohol. Pero, ¿qué tan saludable es realmente? ¿Aporta beneficios nutricionales significativos o es simplemente una bebida de consumo recreativo?
 
Composición nutricional de la cerveza sin alcohol
 
La cerveza sin alcohol, al igual que la cerveza tradicional, se elabora a partir de ingredientes como agua, malta de cebada, lúpulo y levadura. Sin embargo, su contenido de alcohol es inferior al 0,5% (o incluso 0% en algunos casos), lo que la convierte en una bebida apta para quienes evitan el alcohol por razones de salud, religión o preferencias personales. A nivel nutricional, su composición varía según la marca y el proceso de elaboración, pero en general contiene:
- Calorías: La cerveza sin alcohol suele tener menos calorías que la cerveza tradicional, con un promedio de 15-50 kcal por 100 ml, dependiendo de la marca. Esto la hace una opción más ligera en comparación con las bebidas alcohólicas o azucaradas.
- Carbohidratos: Contiene carbohidratos provenientes de la malta, generalmente entre 3-10 g por 100 ml, lo que proporciona una fuente de energía rápida.
- Vitaminas y minerales: La cerveza sin alcohol puede contener pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B (como B3, B6 y ácido fólico) derivadas de la levadura y la malta, así como minerales como potasio, magnesio y fósforo.
- Polifenoles: Provenientes del lúpulo y la malta, estos compuestos tienen propiedades antioxidantes que pueden contribuir a la salud celular.
- Fibra: Algunas cervezas sin alcohol, especialmente las elaboradas con técnicas modernas, pueden contener trazas de fibra soluble, que favorece la salud digestiva.

¿Es buena para la salud?
 
La cerveza sin alcohol tiene ciertos beneficios potenciales para la salud, pero también algunas limitaciones que deben considerarse:
 
Beneficios potenciales
- Hidratación: Al estar compuesta principalmente por agua (alrededor del 90-95%), la cerveza sin alcohol es una bebida hidratante, especialmente útil después de actividades físicas. Algunos estudios han sugerido que, debido a su contenido de electrolitos como el potasio, puede ser tan efectiva como el agua para la rehidratación en deportistas.
- Bajo contenido calórico: Comparada con bebidas azucaradas como refrescos o jugos industriales, la cerveza sin alcohol suele tener menos calorías y azúcares simples, lo que la convierte en una alternativa viable para quienes controlan su ingesta calórica.
- Antioxidantes: Los polifenoles presentes en la cerveza sin alcohol pueden tener efectos antioxidantes, ayudando a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo. Esto podría contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares a largo plazo, aunque los estudios al respecto son limitados.
- Beneficios psicológicos y sociales: Para muchas personas, consumir cerveza sin alcohol permite disfrutar de momentos sociales sin los riesgos asociados al alcohol, como la deshidratación, el deterioro cognitivo o el daño hepático. Esto puede ser especialmente relevante para mujeres embarazadas, conductores o personas en recuperación de adicciones.
- Salud digestiva: Algunas cervezas sin alcohol contienen fibra y compuestos derivados de la fermentación que pueden favorecer la microbiota intestinal, aunque su impacto es menor en comparación con alimentos ricos en probióticos.

Limitaciones y consideraciones
- Bajo valor nutricional: Aunque contiene algunas vitaminas y minerales, la cerveza sin alcohol no es una fuente significativa de nutrientes esenciales. No puede reemplazar alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras o proteínas.
- Azúcares y aditivos: Algunas marcas añaden azúcares o edulcorantes artificiales para mejorar el sabor, lo que puede aumentar el contenido calórico o afectar a personas con sensibilidad a estos compuestos. Es importante leer las etiquetas para elegir opciones con menos aditivos.
- No apta para todos: Aunque no contiene alcohol, la cerveza sin alcohol sigue derivando de la cebada, lo que la hace inadecuada para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten, salvo que se trate de una versión específica sin gluten.
- Efectos a largo plazo poco estudiados: Aunque se promociona como una bebida saludable, los estudios sobre el impacto a largo plazo de su consumo regular son limitados. No se debe asumir que su consumo excesivo es completamente inofensivo.

¿Es nutritiva?
- La cerveza sin alcohol no puede considerarse un alimento altamente nutritivo. Aunque aporta pequeñas cantidades de vitaminas, minerales y antioxidantes, su contribución a la dieta es mínima en comparación con alimentos integrales. Su valor radica más en ser una bebida baja en calorías y sin alcohol que en su capacidad para cubrir necesidades nutricionales.
 
Conclusión
 
La cerveza sin alcohol puede ser una opción saludable dentro de un estilo de vida equilibrado, especialmente para quienes buscan una bebida refrescante e hidratante sin los efectos negativos del alcohol. Sus beneficios incluyen su potencial hidratante, bajo contenido calórico y presencia de antioxidantes, pero no debe considerarse un superalimento ni una fuente importante de nutrientes. Como con cualquier bebida, la clave está en el consumo moderado y en elegir productos de calidad con pocos aditivos. Si se consume con sensatez, la cerveza sin alcohol puede ser una alternativa saludable y agradable y, por supuesto, mucho mejor que los refrescos azucarados.


Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Tu último viaje”: https://amzn.eu/d/1zzOpM6

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

Despedida

(Dedicado a todos los que me habéis conocido)

 
(AZprensa) Cuando se llega a cierta edad… (¡Vaya, nada más empezar y ya estoy con un eufemismo; lo que quiero decir es “cuando se llega a viejo”!)… se suele mirar hacia atrás y recordar aquellas personas y vivencias que conformaron nuestra adolescencia y juventud. Y lo curioso del caso es que aquellos recuerdos y vivencias suelen estar frescos, casi tanto como los vivimos en aquellos años tan lejanos. Vemos con total claridad a los amigos y amigas, a los lugares y escenas vividas, a los amores y amoríos, a las alegrías y a las tristezas, a los juegos y a la falta de experiencia y, sobre todo –y gracias a Dios- a la inocencia.
 
Alguna vez, y gracias a las nuevas tecnologías… (¡Vaya, otro eufemismo; quiero decir “gracias a Internet y a su buscador Google”!)… nos es posible localizar alguna de aquellas queridas personas del pasado. En ciertas ocasiones nos es posible incluso escribirles un e-mail o un mensaje en su blog o red social e intercambiar unos saludos. Podemos incluso quedar para vernos y entonces, cuando llega ese momento… la sorpresa: Quien tienes enfrente de ti (y supongo que a la otra persona le pasará lo mismo) es alguien muy distinto, muy diferente a aquella persona que conociste, a aquella que tienes viva en el recuerdo. Y no me refiero al físico, porque sabemos de sobra que el tiempo pasa para todos, que las arrugas y la calvicie no nos sorprenden porque ya contábamos con ellas, e incluso contábamos con esa voz más cascada y con esos kilos de más. Me refiero al ser humano que habita dentro de ese cuerpo.
 
Porque ¿sabes una cosa? Ese cuerpo se ha ido renovando con el transcurso de los días, las semanas, los meses y los años. Cada una de las células de ese cuerpo ha muerto y ha sido reemplazada por otra, y por otra… y así sucesivamente hasta ese día del encuentro. Incluso las neuronas, esas que antes decían que nacían y morían con nosotros, también –como la ciencia ha descubierto- han ido muriendo y naciendo a lo largo de los años. Del cuerpo que tienes frente a ti (y de tu cuerpo que ahora está frente a él o ella) no queda nada, absolutamente nada; sólo es un cuerpo diferente y más viejo, con menos brillo como si el paso del tiempo fuese anegando de polvo nuestra piel. Sólo nos queda mirar a los ojos… y ¿qué ves?...
 
Quizá vislumbres una leve luz, un tenue brillo, un chisporroteo del ser que conociste en tu adolescencia y juventud. Estás viendo su alma, estás viendo a la persona que realmente es, pero ese alma también ha recorrido un largo camino para llegar hasta aquí. El trabajo, las preocupaciones, los éxitos, los fracasos, los miedos, las culpas, los nuevos amigos, los familiares, las experiencias de la vida… no sólo han modelado y modificado ese cuerpo físico sino que también han remodelado ese alma.
 
Esa persona, que ahora tienes frente a ti, se parece a aquella que conociste e incluso amaste en tu juventud, pero sólo “se parece” porque ahora es distinta. Y ella pensará o percibirá lo mismo de ti. Tendréis recuerdos comunes (e incluso os daréis cuenta que la forma de recordarlos difiere de uno a otro), pero os sentiréis también un poco extraños porque los que ahora se encuentran son dos seres diferentes, parecidos –eso sí- pero distintos, y ese feeling del pasado apenas será un rescoldo.
 
Y soplaréis sobre esas tenues ascuas del pasado con la esperanza de reavivar el fuego, intentando traer de nuevo la memoria conjunta de cuanto vivisteis en el pasado, esperando a ver si sois capaces de revivirlo ahora, pero… ni por esas. Será un vano intento. Y al final, comprenderéis que –desde aquél último día en que os dijisteis adiós- han pasado muchas cosas, tantas que ahora la distancia entre vosotros es inmensa aunque sólo os separe la mesita de la cafetería.
 
Tenemos que seguir. No queda más remedio. Es nuestro sino. Y no me arrepentiré nunca de mirar y recordar el pasado porque forma parte de mi vida, de mi existencia, de lo que he aprendido y experimentado a lo largo de mi vida. Porque la vida es sólo eso: aprender y experimentar. Y cada paso que damos nos abre una vía diferente en el universo, de tal forma que nunca es posible volver atrás, sólo es posible hacerlo… con el recuerdo.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
https://www.amazon.com/author/fisac
“Tu último viaje”: https://amzn.eu/d/1zzOpM6

martes, 27 de mayo de 2025

Lo que se gana en fútbol por televisión

(AZprensa) La principal fuente de ingresos de los equipos de fútbol viene por los derechos de televisión, pero ¿a cuanto asciende realmente lo que se lleva cada equipo?
 
Este año se ha recaudado por derechos de televisión un total de 1.361 millones de euros. El reparto se hace de la siguiente forma:
El 50% de esa cantidad se reparte a partes iguales entre todos los equipos, esto es, le corresponde 34 millones a cada equipo.
El 25% (340,25 millones de euros) se reparte en función de la clasificación en que hayan quedado al final de la Liga, según los porcentajes que se indican en la siguiente tabla.
Del 25% restante (otros 340,25 millones de euros), un tercio se reparte en función de la recaudación por abonos y venta de entradas, según la media de las cinco últimas temporadas por estos conceptos. El resto, los dos tercios restantes de ese 25% se reparte en función de la audiencia televisiva que se haya obtenido en los encuentros.
 
Como la Liga de fútbol acaba de finalizar y ya conocemos la clasificación final, así es como ha quedado el reparto de ese 25% que se hace en base a dicha clasificación:
 

Equipo

Posición

%

Millones Euros

Barcelona

1

17

57,84

Real Madrid

2

15

51,03

Atlético de Madrid

3

13

44,23

Athletic de Bilbao

4

11

37,42

Villarreal

5

9

30,62

Betis

6

7

23,81

Celta de Vigo

7

5

17,01

Rayo Vallecano

8

3,5

11,91

Osasuna

9

3

10,21

Mallorca

10

2,75

9,35

Real Sociedad

11

2,5

8,50

Valencia

12

2,25

7,65

Getafe

13

2

6,80

Español

14

1,75

5,95

Alavés

15

1,5

5,10

Gerona

16

1,25

4,25

Sevilla

17

1

3,40

Leganés

18

0,75

2,55

Las Palmas

19

0,5

1,70

Valladolid

20

0,25

0,85

 
Pero la Liga de Fútbol profesional no quiere entregarlo todo de golpe, así que el dinero total que corresponda a cada equipo, lo entrega en cinco veces, durante los cinco años siguientes, de la siguiente forma: 35% el primer año, 20% el segundo año, y un 15% el tercer, cuarto y quinto año.
 
Como este sistema se viene aplicando desde hace unos años, esto quiere decir que cada equipo cobrará este año el 35% de la cantidad que figura en esta tabla, más un 20% según cómo quedó el año anterior, más un 15% según como quedó hace tres años, y así hasta completar los cinco últimos años.
 
Como se ve, para los equipos de fútbol es importante acabar la temporada lo más arriba posible de la clasificación, puesto que esto supone bastante dinero más; además también les interesa obtener unos buenos ingresos por taquilla y por venta de abonos ya que este concepto también se tiene en cuenta al repartir una parte del dinero televisivo, y por supuesto también les interesa que sus partidos tengan mucha audiencia ya que esto también influirá en otra parte de ese reparto global.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El mejor deporte es la sonrisa”: https://www.amazon.es/dp/1704420520