Un pequeño laboratorio como era Sideta contaba con grandes
productos y realizó importantes aportaciones a la medicina en diversos campos.
En concreto, en el campo de la ginecología, introdujo en el mercado el
promestrieno, unas cápsulas ginecológicas que proporcionaban la acción trófica
local de los estrógenos pero sin los riesgos de sus efectos sistémicos, ya que
sus características específicas y metabólicas le confieren a esta molécula
origina una plena acción local sin acción alguna a distancia.
Pocas veces un fármaco ha podido presentar a los médicos
tantas evidencias y tan incuestionables, como las que presentamos con este
producto, comercializado en España como Colpotrofín. De hecho, alguno de sus
folletos no eran sino un conjunto de evidencias científicas de cuanto se
afirmaba y que trasladaban al médico una absoluta confianza en este producto
como aliado de elección para el tratamiento de las atrofias vulvo-vaginales y
sus síntomas, la cirugía y exploraciones ginecológicas y las infecciones
locales ginecológicas.
Pocas veces en la literatura médica ha sido mejor aplicada
la palabra “demostrado”...
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