Los periodistas se rasgan las vestiduras

(El Inefable) Uno de los temas polémicos de mayor actualidad en estos días es la página web (www.madridvo.madrid.es) que ha sacado el Ayuntamiento de Madrid para poder dar respuesta desde un mismo sitio a aquellas informaciones periodísticas relativas a esta institución que, a su juicio, no se ajusten a la realidad. La mayoría de los periodistas se han rasgado las vestiduras como diciendo “¿cómo osa nadie decir que no hemos dado bien nuestra noticia?”.

Pero ¿son los periodistas diferentes al resto de seres humanos? Todos nos equivocamos de vez en cuando, y los periodistas quizás con más frecuencia puesto que se trata de un trabajo realizado a contrarreloj y ya se sabe que las prisas no son buenas consejeras. Pero además, ¿acaso no estamos acostumbrados todos a que empresas e instituciones saquen de vez en cuando “desmentidos”, es decir, notas de rectificación y/o aclaración sobre cualquier noticia dada a conocer por ellos anteriormente. Entonces ¿qué tiene de extraño que esas “notas de rectificación” estén todas agrupadas en un mismo sitio para que sea más fácil localizarlas y acceder a ellas?

Revisando esa página web vemos, además, cómo se limitan a dar algunas aclaraciones sobre diversos puntos que algunos medios no transmitieron correctamente; no se trata de estar todo el día desmintiendo a los medios, sólo de vez en cuando como lo prueba  la relajada frecuencia con que se añaden “aclaraciones”: 23 junio, 7, 8 y 9 de julio, y 13 de julio; es decir, en los últimos 28 días sólo se han producido cinco “aclaraciones”. Teniendo en cuenta que el Ayuntamiento genera varias informaciones de interés periodístico cada día, el porcentaje de “rectificaciones” es mínimo.

Desde el Ayuntamiento no se atreven a decirlo, pero los periodistas deberíamos ser más humildes y reconocer que muchas veces nos equivocamos (como todos los seres humanos). Sin embargo, la mayoría no lo reconoce y por eso los medios de comunicación siguen en pie de guerra contra el Ayuntamiento, algo que a la oposición le viene de maravilla y en consecuencia aviva el fuego de esta guerra.