(AZprensa) Uno de cada cinco españoles sufre
enfermedad por reflujo gastroesofáfico (ERGE), cuyos síntomas de ardor y acidez
y dificultan la calidad de vida. Esta enfermedad se produce como consecuencia
de la relajación o debilidad del músculo que une el estómago con el esófago,
responsable del paso de los alimentos. “Si es débil o se relaja demasiado
cuando el estómago está muy lleno, se favorece el ascenso de los ácidos
gástricos hacia el esófago, que puede verse dañado al no estar acostumbrado a
soportar un PH tan bajo, y eso puede dar lugar a síntomas molestos”, afirma el
doctor Enrique Rey, jefe de servicio del Hospital Clínico Universitario San
Carlos. Aparecen en un 10% de la población al menos una vez a la semana. Por
ello, “es importante proteger el esófago de ese daño producido por el contenido
ácido del estómago”, destaca.
El síntoma más frecuente de la ERGE es la
pirosis, “la sensación de ardor o acidez en la boca del estómago o en el centro
del pecho”, indica este especialista en digestivo. Otros problemas que se
asocian con la ERGE son el sabor ácido en la garganta, el dolor de estómago, en
el pecho y al tragar, dificultad para tragar o atragantamientos, faringitis
crónica, tos crónica, ronquera y asma, regurgitación de alimentos, neumonía,
sinusitis crónica y despertarse con sensación de ahogo.
Los síntomas pueden ocasionar un deterioro en
la calidad de vida. Así, afecta a la alimentación puesto “que los pacientes
deben controlar mucho lo que comen, sobre todo evitar las grasas, chocolates,
menta, café, bebidas con gas, tomates o cítricos, que pueden contener ácidos
que dañen al esófago”, afirma. Por otro lado, “es muy importante el control de
peso ya que, tanto el sobrepeso como la obesidad, son los principales factores
de riesgo y se ha demostrado que cuando se adelgaza se obtiene un alivio
importante”. También es aconsejable no comer grandes cantidades de comida, así
como la práctica de ejercicio físico, vestir ropa amplia que no oprima el
abdomen y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
Los pacientes también tienen problemas para
conciliar el sueño: “Existe un importante número de personas que además de
sufrir los síntomas después de comer, también van a presentar reflujo por la
noche al estar tumbados, de ahí que haya que evitar acostarse inmediatamente
después de las comidas”, expresa el doctor Rey. Son habituales los despertares
nocturnos y el no tener un sueño reparador, añade. También el insomnio puede
actuar como factor de riesgo a tener en cuenta.
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