(AZprensa) El Comité Organizador de la Feria
Internacional de Turismo (FITUR), en colaboración con IFEMA y la Organización Mundial
del Turismo (OMT), han acordado (se supone que con el beneplácito de la
Comunidad de Madrid y del Gobierno de España), la celebración de una nueva
edición de esta Feria Internacional que tendrá lugar del 19 al 23 de mayo de
este año en Madrid.
Según indican los organizadores, esta Feria es necesaria
para “relanzar la actividad turística, nacional e internacional, como uno de
los grandes motores de crecimiento económico del mundo y muy especialmente en
España, donde el sector turístico es el más importante, tanto en términos de
PIB, como de empleo”.
Recuerdan, a tal efecto, que “actualmente es la segunda
feria más importante del mundo y primera en su impacto en el ámbito
iberoamericano”, que “cada edición reúne a más de 11.000 empresas de 165
países, así como representaciones oficiales de gran parte de las naciones del
mundo”, y que es “el mayor acontecimiento en España en torno al negocio
turístico, con más de 250.000 asistentes de todo el mundo”.
Pero se les olvidan algunos detalles…
Por ejemplo, se les olvida que estamos en plena lucha
contra la pandemia, lo cual implica que: siguen los confinamientos
perimetrales, sigue la prohibición de viajar a otras provincias (del extranjero
ya ni te cuento), la mayoría de los hoteles están cerrados por la falta de
clientes y las pesimistas expectativas…
Se les olvida que el ritmo de vacunación es
extremadamente lento y ni con un 70% de población vacunada se atisban cambios
en las normas restrictivas.
Se les olvida también que ya no se celebran convenciones,
ni congresos, ni viajes de empresa, ni reuniones de empresa, ni bodas, ni
banquetes, ni siquiera primeras comuniones o bautizos…
Se les olvida que según las cifras oficiales hay más de 4
millones de parados (sin sueldo no hay posibilidad de viajar) y se les olvida
que esa cifra es una gran mentira porque no cuentan a los trabajadores incluidos
en ERTE, la mayor parte de los cuales aún no ha cobrado ni un solo euro.
Se les olvida que está prohibido reunirse más de seis
personas, que hay que mantener distancia de seguridad en todo (salvo en
transportes públicos, que ahí es el único lugar donde parece que nadie se
contagia porque dejan que vayan todos apretujados).
Se les olvida que se está cambiando el modelo de trabajo
por lo que cada vez se trabaja más desde casa y se hacen reuniones vía
Internet.
Se les olvida que los parques de atracciones, los
conciertos musicales, los espectáculos deportivos incluido el rey fútbol, no
admiten espectadores y por consiguiente no arrastran multitudes, y tan sólo
funcionan algunas representaciones teatrales con la patética escena de un patio
de butacas medio vacío y salteado sólo por algunos enmascarados.
Se les olvida que una feria, y más esta que siempre era
multitudinaria, no podrá abrir sus puertas al público general porque sería
imposible mantener la distancia de seguridad; y si sólo se abre a los
profesionales, habrá de ser de una forma supercontrolada y con distanciamiento
social.
Hace años florecieron los videoclubs y todo el mundo
compraba cintas de vídeo y aparatos grabadores-reproductores. Todo eso
desapareció. Hace años todos los cantantes vendían miles de casetes y todos los
coches llevaban su radiocasete. Todo eso ha desaparecido. Hace años florecían
las tiendas de revelado fotográfico y de venta de carretes fotográficos. Todo
eso ha desaparecido. Hace años la gente se comunicaba por correo postal. Hoy ya
nadie escribe cartas. Y así podríamos seguir…
Los tiempos cambian y el ocio y el turismo están en vías
de extinción. Sólo sobrevivirán unos pocos hoteles para atender los viajes de políticos
y de poco más, como por ejemplo los jugadores de fútbol (el fútbol ha pasado de
ser un deporte de masas a un espectáculo de televisión). Si, por ejemplo, de
los 180 hoteles de Benidorm (Alicante) el verano pasado sólo abrieron 40 y sin
llegar al lleno, la previsión de este año no es mucho mejor.
¿Para qué incentivar el turismo si no dejan viajar a la
gente ni a los trabajadores? ¿Para qué incentivar el movimiento de masas si
todas las normas limitan su movilidad? Parece como si los responsables de FITUR
no quisiesen ver la realidad. El futuro del mundo laboral es el teletrabajo, y
el futuro del ocio es… ver la televisión cada uno aislado en su casa.
Referencias: "Diario del caos", de Vicente Fisac. Disponible en Amazon, en ediciones digital e impresa.
Lo mismo ni se han enterado que la gran feria de turismo “Imex” que se iba a celebrar del 25 al 27 de mayo en Frankfurt (Alemania) la cancelaron hace un mes ante el negro panorama que el COVID-19 ha dejado para el turismo.
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