(AZprensa)
La talidomida volverá a comercializarse en España a partir del próximo 2 de
febrero 2023, a pesar del enorme historial de malformaciones congénitas graves
que produjo este medicamento en todo el mundo hace varias décadas. ¿Es que no
aprendemos?
La
talidomida era un medicamento eficaz contra las náuseas, por lo que muchas
mujeres embarazadas comenzaron a tomarlo. Cuando se identificó a este fármaco
como responsable de los efectos secundarios ya era tarde, habían nacido en todo
el mundo más de 30.000 bebés con malformaciones (brazos y piernas deformes, e
incluso ausencia de manos y piernas). El medicamento se retiró del mercado y,
tras una larga batalla judicial se indemnizó a las víctimas… menos en España. Las
cifras estimadas indican que en España nacieron cerca de 3.000 bebés con
malformaciones, pero los sucesivos gobiernos nunca reconocieron ni su
responsabilidad ni la relación entre ese medicamento y las malformaciones.
Conclusión: España es el único país (de los 50 países en que se comercializó)
que no ha reconocido ni indemnizado a las víctimas (bueno, en realidad acabó
reconociendo ¡a 24 de las casi 3.000!).
Pues
ahora, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha
aprobado una talidomida genérica (Talidomida Accord 50 mg cápsulas),
aunque sólo para su uso como tratamiento de primera línea en algunos pacientes
con mieloma múltiple.
La
Unión Europea ha establecido una serie de requisitos para su prescripción mediante
un Plan de Prevención de Embarazos (PPE) y un Sistema de Acceso Controlado para
cualquier medicamento comercializado que contenga este principio activo. Reconoce
claramente que “está contraindicado en mujeres embarazadas”, pero también reconoce
que hay riesgo en las mujeres que puedan quedarse embarazadas… e incluso en los
hombres. Resulta que la talidomida se elimina también por el semen, por lo cual
los hombres que tomen este medicamento y mantengan relaciones sexuales, pueden
transmitir y producir las malformaciones fetales graves en esas mujeres si
están o se quedan embarazadas.
¡Cómo
será, que en sus “precauciones” para los hombres, indican lo siguiente!: Los
varones que lo tomen necesitarán usar preservativo durante todo el tratamiento
(incluyendo los períodos de descanso) y durante al menos siete días después de
finalizarlo. (¿Siete días? ¿No ocho o diez? ¿Seguro? ¿Cuántos estudios se han
hecho que demuestren cuál es el plazo “seguro”?).
Y
para las mujeres, la cosa pinta peor aún. Las mujeres con capacidad de gestación
solo podrán tratarse si cumplen lo siguiente: utilización de medidas
anticonceptivas eficaces sin interrupción; realización de pruebas de embarazo
antes de iniciar el tratamiento, cada cuatro semanas durante el tratamiento y
cuatro semanas después de finalizar el mismo; comprensión acerca del riesgo de
malformaciones congénitas graves para el feto en caso de embarazo, sobre otros
riesgos graves del tratamiento y la necesidad de consultar rápidamente a su
médico si piensa que puede estar embarazada.
Lo
que se pretende, en definitiva, es detectar cuanto antes un embarazo para que
la mujer tome la decisión de si quiere abortar o prefiere dar a luz un hijo con
malformaciones. ¡Qué dos alternativas tan buenas ¿verdad? Y es que para las
Autoridades sanitarias, el aborto es la solución para todos los problemas.
Pero
estos no son sus únicos efectos secundarios. La talidomida –además de otros
muchos- puede producir, en las personas que lo tomen, polineuritis irreversible
(una inflamación de los nervios que se manifiesta con intensos dolores por todo
el cuerpo y pérdida del movimiento y el equilibrio).
Nuestras
Autoridades sanitarias, miedo sí que tienen, e insisten en que el médico que lo
recete tiene que explicarle todo muy bien al paciente, asegurarse que lo ha
entendido y confiar en que el paciente lo cumpla. Y su miedo llega a tal punto
que para que los médicos lo receten, tendrán que hacerlo a través de la
aplicación de Medicamentos en Situaciones Especiales (MSE) de la AEMPS donde se
ha habilitado un formulario específico con los requerimientos del Sistema de
Acceso Controlado.
Muchas
limitaciones, muchas precauciones, de acuerdo, pero el riesgo es demasiado alto
y ya hemos visto cómo la única solución que ofrecen es el aborto, y cómo las
víctimas españolas siguen siendo las únicas de todo el mundo que no han sido ni
reconocidas ni indemnizadas.
¿De
verdad que es necesario volver a traer este medicamento? No hemos aprendido
nada.
Hay que informarse, saber informarse bien y saber distinguir la información fiable de la que no lo es.
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