(AZprensa) Voy a hacer reflexiones sobre una película muy
poco conocida: “El cielo… próximamente”. No es ni buena ni mala, simplemente
entretenida y, eso sí, muy original. Pero lo importante no es la película en
sí, sino lo que se plantea en la misma: Al morir vamos a una especie de
estación de tránsito en donde pasaremos varios días muy agradables y en donde
se nos someterá a un juicio “no juicio”, es decir, no van a juzgarnos sino sólo
van a estudiar si hemos llevado una vida maniatados por el miedo o si por el
contrario hemos sido valientes y hemos sabido enfrentarnos a esos miedos. Si el
miedo coartó siempre nuestra vida, tendremos que regresar a otra vida hasta que
seamos capaces de superarlo. En cambio, si fuimos capaces de superar el miedo,
al menos de dar la cara con valentía ante él, entonces seguiremos avanzando en
nuestro camino de perfección hasta el cielo definitivo.
Lo curioso de esta película es que lo centra todo en el
miedo, no en el bien y el mal. Es como si el verdadero mal fuese el propio
miedo que nos impide hacer lo que queremos. Porque ¿quién no quiere avanzar,
progresar, ser feliz…? Pero el miedo nos frena demasiadas veces: miedo al
fracaso, miedo a escuchar un “no”, miedo a perder algo, miedo a lo desconocido
al salir de nuestra zona de confort, miedo a perder lo conseguido, miedo a
disgustar a los demás aunque de esa forma nos disgustemos a nosotros mismos,
miedo a no ser aceptados por los demás, miedo al “qué dirán”, miedo al dolor, miedo
a la enfermedad, miedo a la soledad, miedo a lo desconocido e incluso miedo al
propio miedo. Y entonces nos callamos y tragamos con lo que sea, y entonces
decimos que sí cuando queremos decir “no”, y entonces miramos para otro lado
ignorando a quien nos pide ayuda, y entonces…
En cierto modo el miedo sí que es un verdadero “mal” que
impide que nuestro verdadero yo salga al exterior y se manifieste tal como es.
Porque cada uno de nosotros somos seres únicos e individuales, distintos unos
de otros aun cuando todos pertenezcamos a un mismo universo, y cada uno de
nosotros debe manifestarse tal como es y así, conociéndonos mejor a nosotros
mismos y siendo nosotros mismos quienes vemos y comprendemos cómo nos hemos
manifestado, ser nosotros mismos quienes nos marquemos el camino de superación
que debemos seguir… pero siempre sin miedo.
Nadie es mejor ni peor que otro; todos somos igualmente
válidos, pero para que seamos útiles debemos ser nuestro verdadero yo, ese que
quiere manifestarse y muchas veces se ve frenado por el miedo.
Por supuesto que hay más cosas. Lo de esta película es un
planteamiento simplista centrado sólo en el miedo, pero no por ello deja de
tener su pizca de razón al considerar al miedo como uno de los grandes enemigos
que frena nuestro camino de superación, de ir limando la materia que rodea
nuestro espíritu hasta que seamos capaces de dejarlo libre y pueda entonces
fundirse con el todo sin perder por ello su propia y maravillosa individualidad.
Tú eres tú mismo y no debes avergonzarte por mostrarte
tal como eres a los demás. En ti está el poder de conocerte a ti mismo y de
superarte cada día sin que nada, ni nadie, sin que nunca jamás el miedo frene
el camino que deseas seguir.
“El cielo… próximamente” (“Defending you life”) 1991.
Albert Brooks y Meryl Streep.
Dirigida por Albert Brooks.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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