lunes, 28 de julio de 2025

Turismo y volcanes: Cerro Gordo vs Las Tiñosas













(AZprensa) La provincia de Ciudad Real, en el corazón de Castilla-La Mancha, alberga un paisaje geológico único en la Península Ibérica: el Campo de Calatrava, una región volcánica con más de 300 estructuras volcánicas formadas hace millones de años. Entre ellas, destacan dos volcanes que ilustran cómo un mismo recurso natural puede tener destinos opuestos: el volcán de Cerro Gordo, en Granátula de Calatrava, convertido en un referente turístico y educativo, y el volcán de Las Tiñosas, en Daimiel, un ejemplo de abandono y degradación.
 
Cerro Gordo: un modelo de explotación turística sostenible
 
El volcán de Cerro Gordo, situado entre Almagro y Granátula de Calatrava, es un ejemplo paradigmático de cómo un recurso geológico puede transformarse en una atracción turística de gran valor educativo y cultural. Este volcán, parte de la alineación volcánica de la Sierra de Valenzuela, tiene una altura relativa de 90 metros y un eje mayor de 1.000 metros, con un cono de escorias y coladas de lava que evidencian su pasado eruptivo, con su última actividad hace unos 700.000 años. Desde 2016, Cerro Gordo se ha consolidado como el primer volcán musealizado y visitable de la Península Ibérica, gracias a un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Granátula de Calatrava, la Asociación Campo de Calatrava y fondos europeos LEADER.

El volcán cuenta con un aparcamiento para autobuses y turismos, un centro de recepción y un circuito con paneles informativos que explican las características geológicas y biogeográficas del entorno. Las visitas guiadas, disponibles los fines de semana y para grupos escolares entre semana, son dirigidas por guías expertos que explican el vulcanismo estromboliano e hidromagmático, mostrando rocas y minerales que los visitantes pueden tocar. Además, se ofrecen paquetes combinados que incluyen visitas a yacimientos arqueológicos cercanos, como Oreto y Zuqueca o la Casa del General Espartero, enriqueciendo la experiencia cultural. En 2016, el volcán recibió alrededor de 15.000 visitantes, un número que refleja su creciente popularidad.

Cerro Gordo no solo atrae turistas, sino que se ha convertido en un aula al aire libre. Con el asesoramiento del grupo Geovol de la Universidad de Castilla-La Mancha, liderado por la experta Elena González Cárdenas, el proyecto combina rigor científico con accesibilidad, permitiendo a visitantes de todas las edades aprender sobre la formación de volcanes, los tipos de erupciones y la importancia geológica del Campo de Calatrava. Este enfoque didáctico, junto con la conservación del entorno, ha hecho de Cerro Gordo un referente en el turismo geológico en España.

El proyecto ha sabido integrar la explotación minera, que aún persiste en la zona, con el turismo, la agricultura y la ganadería, demostrando que es posible un modelo de desarrollo sostenible. La colaboración con empresas como LafargeHolcim y el apoyo institucional han permitido proteger y musealizar 2.000 m² de la antigua cantera del volcán, transformando un espacio de extracción en un atractivo turístico. Este equilibrio entre conservación y uso económico es clave para su éxito.

Las Tiñosas: un volcán olvidado y degradado
 
En contraste, el volcán de Las Tiñosas, ubicado a pocos kilómetros de Daimiel, representa un caso de abandono y desaprovechamiento. Este volcán, una loma alargada formada por una fisura eruptiva de aproximadamente 1.000 metros, conserva rasgos de su estructura volcánica, como conos de piroclastos y evidencias de erupciones freatomagmáticas. Sin embargo, su historia está marcada por la negligencia y la explotación descontrolada.

A lo largo de las últimas décadas, Las Tiñosas ha sido utilizado como cantera, extrayendo materiales como basalto y lapilli para la construcción, lo que ha degradado gravemente su estructura geológica y su entorno natural. Esta actividad ha borrado gran parte de su morfología original, dificultando la identificación de sus rasgos volcánicos. A diferencia de Cerro Gordo, no se han implementado medidas de protección ni restauración, y el volcán ha quedado prácticamente abandonado, sin infraestructura turística ni programas educativos que resalten su valor geológico.

A pesar de su potencial, Las Tiñosas no ha sido integrado en circuitos turísticos ni en iniciativas de divulgación científica. Aunque la Federación de Asociaciones Culturales de Daimiel (FEDADA) organiza algunas rutas interpretativas, estas iniciativas son esporádicas y carecen del respaldo institucional y la infraestructura de Cerro Gordo. La falta de señalización, accesos adecuados y un proyecto de musealización limita el interés de visitantes y escolares, dejando a Las Tiñosas como un recurso desaprovechado en una región con un rico patrimonio volcánico.

La explotación minera descontrolada no solo ha dañado el volcán, sino también el paisaje circundante, afectando la biodiversidad y la estética del entorno. A diferencia de Cerro Gordo, donde se ha preservado el paisaje volcánico y se han destacado sus colores rojizos, negros y grises, Las Tiñosas carece de una narrativa que conecte a los visitantes con su historia geológica. Esta desconexión ha impedido que el volcán se convierta en un punto de interés turístico o educativo, perdiendo la oportunidad de contribuir al desarrollo local.
Comparación y lecciones aprendidas
 
La comparación entre Cerro Gordo y Las Tiñosas pone de manifiesto las claves para aprovechar turísticamente un enclave geológico:
 
Visión y planificación: Cerro Gordo ha prosperado gracias a una visión clara que combina turismo, educación y conservación, respaldada por instituciones y expertos. Las Tiñosas, por el contrario, carece de un proyecto integral que rescate su valor.
 
Inversión en infraestructura: La musealización de Cerro Gordo, con senderos, paneles y guías, facilita la experiencia del visitante. Las Tiñosas, sin accesos ni señalización adecuados, no logra atraer público.
 
Divulgación científica: La colaboración con universidades y expertos en Cerro Gordo garantiza una narrativa educativa atractiva. Las Tiñosas, aunque con un potencial similar, no cuenta con programas que expliquen su importancia geológica.
 
Sostenibilidad: Cerro Gordo demuestra que es posible integrar actividades económicas como la minería con el turismo sostenible. La explotación descontrolada en Las Tiñosas ha destruido gran parte de su atractivo.

En definitiva, el volcán de Cerro Gordo y el de Las Tiñosas son dos caras de la misma moneda en el Campo de Calatrava. Mientras Cerro Gordo se ha convertido en un referente de turismo geológico, atrayendo a miles de visitantes con su enfoque educativo y sostenible, Las Tiñosas languidece como un recurso olvidado, víctima del expolio y la falta de interés. La lección es clara: el aprovechamiento turístico de un enclave geográfico requiere visión, inversión y compromiso con la conservación.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Diccionario Daimieleño – Español”: https://www.amazon.es/dp/B086Y38BL9

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