sábado, 25 de octubre de 2025

De Carreño a Guillermo Saúco

(AZprensa) En el rico acervo del Museo del Prado, entre las obras maestras del Barroco español, se encuentra el cuadro “Santa Ana enseñando a leer a la Virgen” (1674-78), un óleo sobre lienzo de Juan Carreño de Miranda que, aunque actualmente no está expuesto, puede admirarse a través de una copia fiel realizada en 1950 por Guillermo Saúco, ubicada en la iglesia de San Martín, en la calle Desengaño, 26, de Madrid. Esta pintura, de 196 x 168 cm, es un testimonio vibrante de la devoción mariana de la Contrarreforma y de la maestría técnica de Carreño, uno de los grandes pintores del Siglo de Oro español.
 
La obra original de Juan Carreño de Miranda
 
Juan Carreño de Miranda (Avilés, 1614 - Madrid, 1685) fue una figura clave del Barroco español, conocido por su versatilidad como retratista de la corte de Carlos II y por sus obras religiosas de profunda carga emotiva. Formado en Madrid bajo la influencia de maestros como Velázquez, Carreño desarrolló un estilo que combina la elegancia veneciana con la sobriedad española, caracterizado por pinceladas sueltas, colores vibrantes y un manejo magistral de la luz. Su carrera estuvo marcada por encargos eclesiásticos y reales, lo que lo situó como uno de los pintores más destacados de su tiempo.
 
En “Santa Ana enseñando a leer a la Virgen”, Carreño despliega todo su talento para transmitir espiritualidad y monumentalidad en un lienzo concebido para un espacio sagrado. Esta obra, originalmente destinada al ático del retablo mayor del convento de Santa Ana de Carmelitas Descalzas en Madrid, refleja el fervor mariano propio de la Contrarreforma, un movimiento que buscaba reafirmar los dogmas católicos frente a las críticas protestantes. Los reformistas cuestionaban la virginidad de María y su papel como intercesora ante Dios, lo que llevó a la Iglesia católica a promover temas como la Inmaculada Concepción y escenas de la vida de la Virgen.
 
En este cuadro, Carreño representa un momento íntimo y sagrado: Santa Ana, madre de María, enseña a leer a su hija, bajo la mirada protectora de San Joaquín, su esposo. Este episodio, aunque no aparece en los Evangelios canónicos, era frecuente en la iconografía barroca, simbolizando la preparación de María para su destino divino.
 
La composición, organizada en forma piramidal, está diseñada para un emplazamiento elevado, lo que explica su perspectiva alta. Las figuras, amplias y escultóricas, ocupan un espacio que parece un interior palaciego, con gradas alfombradas en primer plano, una columna salomónica y arcadas al fondo que refuerzan la monumentalidad. La luz, que entra desde la izquierda, ilumina los rostros y manos de Santa Ana y María, destacando su conexión emocional y espiritual. En la parte superior, querubines flotando en el cielo recuerdan la dimensión divina del momento, un guiño a la trascendencia de María como futura Madre de Dios.
 
Carreño, influido por Velázquez y la pintura veneciana, emplea una factura rápida y suelta, con pinceladas largas que crean un efecto de aire y movimiento alrededor de las figuras. Este enfoque, que recuerda a Tiziano o Tintoretto, otorga a la obra una atmósfera envolvente, casi etérea, que contrasta con la solidez de las figuras. El colorido es otro punto fuerte: los ocres, blancos y azules de las vestimentas se enfrentan al rojo intenso de la alfombra, creando un contraste vibrante que guía la mirada del espectador. La luz, suave pero estratégica, resalta los detalles clave, como las manos de Santa Ana sosteniendo el libro o la expresión serena de María, enfatizando la intimidad del aprendizaje.
 
La monumentalidad de las figuras y el uso de la arquitectura como fondo reflejan el ideal barroco de combinar lo terrenal con lo divino, un recurso típico de la Contrarreforma para inspirar devoción. La obra, aunque diseñada para un contexto litúrgico, trasciende su función religiosa por su calidad artística, situándose como una de las creaciones más logradas de Carreño.
 
La copia de Guillermo Saúco

 
Aunque el original permanece en los almacenes del Museo del Prado, una copia excepcional realizada en 1950 por Guillermo Saúco Rodríguez (1918-1981) permite a los madrileños disfrutar de esta obra en la iglesia de San Martín. Saúco, un pintor y restaurador madrileño conocido por su destreza técnica, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y destacó por sus copias de grandes maestros, además de sus retratos y paisajes. Saúco tenía un talento especial para capturar la esencia de los originales, combinando precisión con sensibilidad artística. Su versión de “Santa Ana enseñando a leer a la Virgen” es un testimonio de su habilidad, reproduciendo fielmente la composición, el colorido y la atmósfera del lienzo de Carreño.
 
La copia, ubicada en la iglesia de San Martín, no solo preserva la memoria de la obra original, sino que la hace accesible al público en un contexto similar al que Carreño imaginó: un espacio sagrado donde los fieles pueden contemplar la escena con devoción. La iglesia, situada en el corazón de Madrid, ofrece un entorno íntimo que realza la espiritualidad del cuadro, invitando a los visitantes a reflexionar sobre el papel de María y sus padres en la historia de la salvación.
 
 “Santa Ana enseñando a leer a la Virgen” es más que una pintura barroca; es un reflejo de la devoción mariana del siglo XVII y del talento de Juan Carreño de Miranda para combinar técnica, emoción y espiritualidad. Su composición monumental, su uso magistral de la luz y el color, y su conexión con los ideales de la Contrarreforma la convierten en una obra excepcional, incluso si hoy solo puede admirarse en su forma original a través de catálogos o en la copia de Saúco. Para quienes visiten la iglesia de San Martín, la réplica de 1950 ofrece una oportunidad única de acercarse a este tesoro del Barroco español, un recordatorio de cómo el arte puede trascender el tiempo y el espacio para hablarnos de fe, familia y belleza. La próxima vez que pases por la calle Desengaño, detente a contemplarla: es un viaje al corazón del Siglo de Oro.
 
Más información sobre el pintor Guillermo Saúco en este enlace:
http://tomdupmor.blogspot.com/p/guillermogarcia-sauco-rodriguez-por.html
 

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