¿Ummo o humo?: ¿Extraterrestres entre nosotros o el engaño más elaborado del siglo XX?

(AZprensa) En las sombras de la ufología, pocos casos han generado tanta fascinación y controversia como el de Ummo. Desde finales de los años 60, una supuesta civilización extraterrestre del planeta Ummo ha "contactado" con la humanidad a través de cartas detalladas, avistamientos de ovnis y, en tiempos más recientes, mensajes en redes sociales como X (antes Twitter). ¿Son estos "expedicionarios" mensajeros de un mundo lejano que orbitaría la estrella Wolf 424, a 14 años luz de la Tierra? ¿O se trata de una patraña magistral, un experimento psicológico o incluso una operación de desinformación? Casi seis décadas después de su irrupción, el caso Ummo sigue dividiendo opiniones, alimentando foros en línea y podcasts, mientras los escépticos lo descartan como un bulo y los creyentes lo ven como prueba de que no estamos solos. Exploramos la verdad, la mentira y los misterios que rodean esta saga cósmica.
 
Orígenes: Cartas desde las estrellas
 
Todo comenzó en 1965, en plena efervescencia de la Guerra Fría y el boom ovni, cuando un grupo de investigadores españoles recibió las primeras misivas. Fernando Sesma, presidente de la Sociedad de Amigos del Espacio (SAE), abrió una carta anónima en Madrid que se presentó como proveniente de "OAYAGAA SHUM", un emisario de Ummo. El texto, mecanografiado en español impecable, describía un planeta similar a la Tierra pero con una sociedad utópica: sin guerras, con avances en física cuántica, economía planificada y sociología avanzada. Los ummitas, como se autodenominaban, afirmaban haber llegado en 1950 tras un aterrizaje fallido en Francia y prometían revelar "verdades cósmicas" a "elegidos" –científicos, ufólogos y curiosos– para guiar a la humanidad.
 
Pronto, las cartas se multiplicaron: más de 200 documentos, totalizando miles de páginas, enviados a receptores en España, Francia y otros países. Cubrían temas técnicos (propulsión MHD, unificación de campos gravitacionales), astronómicos (detalles de su sistema estelar), sociológicos (una ética basada en "IAA" o amor cósmico) y económicos (modelos de distribución equitativa). Incluso incluían predicciones: avances en telecomunicaciones, crisis energéticas y, sobre todo, un anuncio que marcaría el caso como legendario.
 
El 2 de junio de 1967, una carta previó un avistamiento ovni sobre San José de Valderas, cerca de Madrid, para el día 1: "Nuestra astronave se hará visible exactamente a las 20:30 horas, durante 45 segundos". Al atardecer, testigos –incluyendo al ingeniero civil Enrique Villa– vieron un platillo volador con el símbolo ummita (una "H" con dos barras verticales) sobrevolando la zona. Se tomaron siete fotografías nítidas, analizadas por expertos como el astrónomo J. Allen Hynek, quien las consideró "intrigantes" aunque eventualmente las tachó de fraude.

¿Cómo sobrevive un bulo por décadas?
 
Si Ummo fuera real, sus mensajes –a menudo ambiguos, como advertencias vagas sobre "guerras termonucleares" o "colapso moral"– parecen "cortos" para una civilización superior. Hablan de física que hoy conocemos (teoría de grafos, cosmología), pero sin revolucionar la ciencia; predicciones como el "fin de la URSS" en los 80 se cumplieron, pero otras, como contactos masivos en los 90, no.
¿Por qué no más detalles concretos, como curas para enfermedades o coordenadas estelares precisas? 

La hipótesis del fraude gana peso con la confesión de José Luis Jordán Peña en 1993. Este ingeniero y psiquiatra español, conocido por experimentos en parapsicología, admitió ser el autor de las cartas y responsable de los avistamientos (usando maquetas y luces). Peña, que había colaborado con la policía en estudios de sugestión colectiva, creó Ummo como un "experimento sociológico" para probar cómo una idea absurda podía propagarse.

Pero aquí radica otro "misterio": Peña solo reivindicó parte del caso; las cartas continuaron llegando hasta 1991, y fotos como las de 1970 (un ovni sobre Boulogne-Billancourt, París) no encajan en su timeline. Además, el volumen de material –miles de páginas con fórmulas matemáticas avanzadas– requeriría un equipo, no un solo hombre. Teorías alternativas apuntan a un grupo de intelectuales (quizá con vínculos a la CIA o servicios secretos españoles) o incluso a un "sistema de control" cultural, como sugirió el ufólogo Jacques Vallée: un mecanismo para moldear percepciones humanas.

El caso inspiró un culto: la secta Edelweiss ("Hijos de Dios"), que en los 80 abusó de niños en España, alegando inspiración ummita. Peña, al ver el daño, reveló su rol para desmontarlo, pero el mito perduró. Hoy, sitios web como ummo-sciences.org preservan los textos, y científicos como Jean-Pierre Petit (físico francés) han usado ideas ummitas para teorías sobre universos gemelos, admitiendo su influencia pese al escepticismo.

Ummo en la era digital: ¿Contactos en X?
 
En 2025, Ummo no ha desaparecido; ha migrado a X. Búsquedas recientes revelan menciones esporádicas; algunos usuarios comparten supuestos mensajes de los ummitas. No hay perfiles verificados ni campañas masivas. La mayoría de ufólogos coincide: Ummo es un hoax sofisticado, comparable al "incidente de Roswell" en elaboración, pero sin evidencia física verificable (las "aleaciones ummitas" eran níquel común).

Sin embargo, su longevidad –más de 6.000 receptores, libros como UFO Contact from Planet Ummo de Antonio Ribera (1983) y debates en 2025– sugiere un "efecto viral" pre-digital. Si fuera real, la ambigüedad de sus mensajes podría ser intencional: no revelar demasiado para no alterar nuestro libre albedrío, como afirman devotos. Pero, como señala el historiador Mike Dash, "nada en las cartas no podría haber sido inventado en la Tierra".

En última instancia, Ummo nos confronta con nuestra sed de misterio: en un mundo de IA y conspiraciones en X, ¿buscamos extraterrestres o excusas para soñar con un orden cósmico? El caso, como el universo, deja siempre un capítulo sin cerrar.
 

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