(AZprensa)
Nuestro planeta, la Tierra, no es otra cosa que un diminuto planeta que orbita
alrededor de una estrella a la que llamamos Sol. Esta estrella, el Sol, rodeada
de otros muchos planetas, está inmersa en uno de los brazos de una galaxia (a
la que llamamos Vía Láctea) formada por cientos de miles de sistemas solares, muchos
de ellos con sus correspondientes planetas. Pero si miramos más allá,
encontramos más galaxias como la nuestra, unas más grandes y otras más
pequeñas, formadas todas ellas por cientos de miles de estrellas con su correspondiente
cohorte de planetas.
Los
científicos han intentado medir el Universo, al menos el universo visible, y
hace unos años nos dijeron que medía 500 millones de años luz de un extremo a
otro. Año luz es la distancia que recorre la luz durante 365 días; como la
velocidad de la luz es de 300.000 kilómetros por segundo, resulta que en un año
habrá recorrido 9,46 billones de kilómetros. Vamos, que la luz que llega de una
galaxia en borde del universo visible al otro extremo tarda en llegar 500
millones de años. Esto quiere decir que si pudiésemos ver la superficie de
alguno de esos planetas que orbitan en dichas galaxias, estaríamos viendo cómo
era hace 500 millones de años, y no cómo son en la actualidad.
¿Te
parecen enormes estas distancias? Pues eso no es nada. Ahora acaba de publicarse
un nuevo estudio en donde se describe una nueva forma y dimensión del Universo
y, según esto, la distancia que hay de un extremo a otro no es de 500 millones
de años luz, sino de 5.000 millones de años luz.
Según
han descubierto, nuestra galaxia, la Vía Láctea, está dentro de una
superestructura llamada Laniakea, a la que definen como cuenca de atracción
gravitatoria. “Nuestro
universo –explica uno de los investigadores, R. Brent Tully- es como una telaraña
gigante, con galaxias tendidas a lo largo de filamentos y agrupadas en nodos
donde las fuerzas gravitatorias tiran de ellas para unirlas. Al igual que el
agua fluye por las cuencas hidrográficas, las galaxias fluyen por las cuencas
cósmicas de atracción”.
Este
estudio nos da una visión completamente nueva de nuestro universo, el cual es
como una gigantesca red de ríos y afluentes por los que circulan miles de
millones de galaxias. Y en una de esas galaxias, perdido en uno de sus brazos,
está ese diminuto punto al que llamamos Tierra.
Y
si esta nueva forma de presentar el Universo te parece exageradamente grande,
casi fuera de la comprensión de nuestros limitados cerebros, resulta que los
autores del estudio afirman humildemente
que “nuestros sondeos cósmicos aún no son lo suficientemente grandes
como para cartografiar toda la extensión de estas inmensas cuencas”.
¿Todavía
sigues creyendo que la Tierra es el único planeta habitado y que somos el
centro del universo y todo gira en torno a nosotros? No andaba tan
desencaminado el poeta Jorge Manrique cuando decía que “nuestras vidas son los
ríos que van a dar en la mar…”
Fuente.-
El estudio “Identification of Basins of Attraction in the Local Universe” ha
sido publicado en la revista científica “Nature Astronomy” en el año 2024 y se ha realizado
estudiando los movimientos de 56.000 galaxias, y ha estado liderado por R.
Brent Tully, de la Universidad de Hawái (Estados Unidos) y Aurelien Valade, del
Instituto Leibniz de Astrofísica en Potsdam (Alemania).
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Curiosidades del Sistema Solar”: https://www.amazon.es/dp/169539030X
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