martes, 28 de octubre de 2025

La Filosofía censurada en la educación en España

(AZprensa) La Filosofía, como disciplina que fomenta el pensamiento crítico, el análisis racional y la reflexión ética, ha sido durante siglos un pilar fundamental en la educación de las sociedades democráticas. En el caso de los jóvenes, su estudio no solo enriquece la comprensión del mundo, sino que los dota de herramientas esenciales para cuestionar, argumentar y construir una ciudadanía activa y consciente. Sin embargo, en España, esta asignatura ha sido progresivamente marginada en los planes de estudio, víctima de reformas educativas impulsadas por sucesivos gobiernos que prefieren ciudadanos obedientes antes que pensadores independientes.
 
La Filosofía: Una herramienta para formar ciudadanos libres
 
La Filosofía, desde Sócrates hasta Kant, pasando por Arendt o Foucault, enseña a los jóvenes a cuestionar las verdades establecidas, analizar ideas complejas y desarrollar argumentos sólidos. En un mundo saturado de información, donde las fake news y las narrativas polarizadas proliferan, esta disciplina es más crucial que nunca. A través de la lógica, los estudiantes aprenden a detectar falacias; mediante la ética, reflexionan sobre el bien y el mal; y con la filosofía política, comprenden los fundamentos de la democracia, la justicia y el poder. En la adolescencia, una etapa de búsqueda de identidad y valores, la Filosofía ofrece un espacio para debatir cuestiones existenciales —como el sentido de la vida, la libertad o la responsabilidad— que ayudan a los jóvenes a construir una brújula moral propia.
 
Además, la Filosofía fomenta habilidades transferibles: el pensamiento crítico mejora la capacidad de resolver problemas, la argumentación fortalece la comunicación, y la reflexión ética prepara a los jóvenes para tomar decisiones responsables en contextos personales y profesionales. En un estudio de 2018 de la UNESCO, se destacó que la enseñanza de la Filosofía en secundaria contribuye a desarrollar competencias democráticas, como el respeto por la diversidad de opiniones y la capacidad de dialogar constructivamente. En España –como veremos- se ha ido arrinconando a la Filosofía y una de las consecuencias más evidentes ha sido la creciente polarización política de los ciudadanos alentados a ello desde el poder.
 
El arrinconamiento de la Filosofía en España
 
A pesar de su valor, la Filosofía ha sido objeto de un paulatino desmantelamiento en el sistema educativo español. Hasta la década de 1990, asignaturas como Filosofía y Ética eran troncales en el Bachillerato, pero las sucesivas reformas educativas han reducido su presencia. La Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE, 2002) y, más tarde, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE, 2013) relegaron la Filosofía a un papel secundario, haciéndola optativa en muchos casos o sustituyéndola por materias como "Valores Éticos", que, aunque útiles, carecen de la profundidad conceptual de la Filosofía. La Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006) y la reciente LOMLOE (2020) no han revertido esta tendencia: en la LOMLOE, la Filosofía solo es obligatoria en 2º de Bachillerato, y su carga horaria se ha reducido significativamente.
 
Este arrinconamiento no es casual. Como señala la Red Española de Filosofía (REF) en un manifiesto de 2020, la eliminación progresiva de la Filosofía responde a una visión utilitarista de la educación, que prioriza competencias técnicas y científicas sobre las humanísticas, bajo el pretexto de preparar a los jóvenes para el mercado laboral. Sin embargo, esta explicación oculta una motivación más inquietante: la Filosofía enseña a pensar de manera autónoma, a cuestionar el statu quo y a desafiar narrativas impuestas, algo que los poderes políticos, independientemente de su color ideológico, parecen temer.
 
¿Ciudadanos pensantes o corderos obedientes?
 
La tesis de que los gobernantes prefieren ciudadanos dóciles no es nueva. Ya en el siglo XIX, John Stuart Mill advertía que el poder tiende a fomentar la conformidad para perpetuarse. En el contexto español, la marginación de la Filosofía coincide con un panorama mediático cada vez más polarizado y controlado. Según el Informe de Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (2024), España ha descendido en el ranking de libertad de prensa debido a la influencia de los partidos políticos en los medios de comunicación. Los grandes conglomerados mediáticos, a menudo alineados con intereses políticos o económicos, promueven narrativas simplificadas que desincentivan el análisis crítico. En este escenario, la Filosofía representa una amenaza: un ciudadano formado en el pensamiento crítico no se conforma con consignas, sino que exige argumentos, cuestiona fuentes y busca la verdad por sí mismo.
 
Los políticos, tanto de izquierda como de derecha (y más todavía los de ultraizquierda), han contribuido a este fenómeno. La LOMCE, impulsada por el Partido Popular, redujo la Filosofía en favor de asignaturas más "prácticas", mientras que la LOMLOE, del PSOE, no ha recuperado su estatus troncal, a pesar de las demandas de asociaciones como la REF o la Plataforma por la Defensa de la Filosofía. Este consenso implícito sugiere que los gobernantes, más allá de sus diferencias ideológicas, comparten una preferencia por una ciudadanía menos reflexiva, más susceptible a la propaganda y las consignas mediáticas.
 
El impacto en los jóvenes y la sociedad
 
La ausencia de la Filosofía en los planes de estudio tiene consecuencias directas. Los jóvenes, privados de una formación sólida en pensamiento crítico, son más vulnerables a la desinformación y menos capaces de participar en debates públicos con argumentos fundamentados. Un estudio de la Fundación BBVA (2022) reveló que el 60% de los españoles de entre 18 y 24 años tiene dificultades para distinguir noticias falsas de información veraz, un problema que la Filosofía, con su énfasis en la lógica y el análisis, podría mitigar. Además, la falta de reflexión ética fomenta una sociedad más pragmática pero menos solidaria, donde los valores ceden ante el interés inmediato.
 
Por otro lado, la Filosofía no solo beneficia a los individuos, sino a la democracia misma. Como defendía Hannah Arendt, el pensamiento crítico es la base de la acción política responsable. Sin él, los ciudadanos se convierten en meros seguidores de líderes carismáticos o narrativas populistas, un riesgo que España, con su historia de polarización y conflictos ideológicos, no puede permitirse.
 
Tendríamos que dejar bien claro que la Filosofía no es un lujo académico, sino una necesidad para formar jóvenes libres, críticos y éticos, capaces de construir una sociedad justa y democrática. Su arrinconamiento en España, fruto de decisiones políticas que priorizan la obediencia sobre la autonomía, es un síntoma de una visión cortoplacista de la educación. Los gobernantes, al reducir la presencia de esta asignatura, no solo privan a los jóvenes de herramientas esenciales, sino que debilitan los cimientos de una ciudadanía activa. Es hora de que la sociedad civil, los educadores y los propios estudiantes exijan su regreso como asignatura troncal en todos los niveles de la secundaria. Porque, como dijo Sócrates, "una vida sin examen no merece ser vivida". Y sin Filosofía, ese examen se vuelve imposible.
 
…Todo esto por lo que se refiere a España; pero… ¿y en otros países europeos? ¿Sucede lo mismo?... Mañana lo hablaremos en estas mismas páginas.
 

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