En
un Congreso de Periodismo Sanitario organizado por la Asociación Nacional de
Periodismo Sanitario (ANIS) al que asistí hace un par de años, pude presenciar
algunas cosas interesantes. Por empezar por lo mejor, diré que los dinosaurios
ya podemos extinguirnos con la conciencia tranquila porque el relevo
generacional está hecho: hay un buen puñado de periodistas jóvenes y bien
preparados para liderar la profesión durante los próximos años. De entre ellos,
y por personalizarlo en alguno, me quedo con Belén Diego. Con su trayectoria
profesional y la guinda de su presentación, nos ha hecho comprender que –no ya
el futuro- sino incluso el presente, ya es suyo. Calidad, ingenio, agudeza,
reflexión, humor... y así podría seguir con muchos otros calificativos
elogiosos. Supo elegir unos ejemplos idóneos y exponer con frescura, humildad y
sencillez la realidad tozuda que tenemos ante nuestros ojos todos los días,
mostrando qué caminos se deben seguir y cuáles no.
Vamos a dejarnos de discursos retóricos, de vana palabrería, de vender tanto humo como se estila por ahí, y vamos a pisar la realidad con humildad. El buen periodismo nace de la honestidad y la sencillez.
Yo, por mi parte, me voy a ir echando a un lado para dejar paso a gente como ella. Muy pronto mi trayectoria habrá pasado a ser como esas huellas de dinosaurios que tan bien se conservan -curiosamente- justo en donde ella está ejerciendo ahora: La Rioja.
Vamos a dejarnos de discursos retóricos, de vana palabrería, de vender tanto humo como se estila por ahí, y vamos a pisar la realidad con humildad. El buen periodismo nace de la honestidad y la sencillez.
Yo, por mi parte, me voy a ir echando a un lado para dejar paso a gente como ella. Muy pronto mi trayectoria habrá pasado a ser como esas huellas de dinosaurios que tan bien se conservan -curiosamente- justo en donde ella está ejerciendo ahora: La Rioja.
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