(AZprensa)
El primer objetivo de la publicidad no es divertir, obsesionar o atraer la atención,
es motivar al individuo. Si se alcanza esto, si se crea un anuncio muy
motivante, se comprobará que este anuncio atrae la atención por una especie de
efecto secundario. Lo primero que atrae la atención y el interés del individuo
no son los artificios gráficos, verbales o audiovisuales, sino aquello que
responde a sus deseos y necesidades. Las
motivaciones –en el ámbito publicitario- son fuerzas psicológicas positivas, es
decir, que tienden a la compra. A grandes rasgos, se pueden clasificar en tres
categorías: 1.-
Motivaciones hedonistas: Son los impulsos de compra originados por la necesidad
de obtener placeres de la vida. 2.-
Motivaciones oblativas: Son impulsos de compra que tienen su origen en el deseo
de hacer el bien, de dar algo a los demás y especialmente a los familiares y
seres queridos. 3.-
Motivaciones de autoexpresión: Son los impulsos de compra que encuentran su
origen en la necesidad que tiene cada uno de demostrar que existe; un deseo de mostarse
como un ser poderoso.
(AZprensa)
¡Qué bonito es eso de hacer lo que te dé la gana! ¡La libertad absoluta! Hacer
lo que te apetece, cuando te apetece y como te apetece… y sin tener que pedir
permiso ni rendir cuentas a nadie. Está claro que la libertad, la auténtica libertad
es eso, siempre y cuando no interfiera negativamente en la libertad de los
demás. Pues
aunque esto parezca una arenga política, un clamor en contra de la dictadura
sanchista y globalista que padecemos, en esta ocasión sólo es un grito de
esperanza con el más bello de los lenguajes: la Poesía. CUANDO
QUIERO Soy
feliz cuando siento, cuando
sentado siento, cuando
olvidado escribo, cuando
en música me pierdo, cuando
sin luz ajena brillo, cuando
estoy fuera del tiempo, cuando
hago lo que quiero, cuando
me da la gana de reír o llorar, cuando
no miento, cuando
mastico la vida que tengo, cuando
atrapo el aire con mis dedos, cuando
mi corazón palpita porque quiero, cuando
soy consciente de estar haciendo lo
que siento.
(AZprensa)
El objetivo de la publicidad es producir en nuestra memoria la fijación del
mensaje; una vez conseguido esto hemos de lograrque el recuerdo del producto persista durante
cierto tiempo en la memoria de los individuos, ya que entre el momento en que
se percibe la publicidad y aquél en que se cumplan las condiciones materiales y
psicológicas que permitan la adquisición del producto suele transcurrir un periodo
de tiempo más o menos largo. Sin
memoria no habría vida psíquica. No existirían los hábitos, ni los
conocimientos. El individuo no tendría imaginación, ni vida interior, ya que
estos términos son modalidades de la memoria; tampoco tendría voluntad, pues no
podría pensar los actos antes de hacerlos. Frecuentemente
existe una alta correlación en la mente del público, entre “producto anunciado
– producto de calidad – producto conocido”. De ahí la importancia de que se
recuerde por lo menos que ese producto hace publicidad. De ahí el dicho de “si
hace mucha publicidad es que es bueno”.
(AZprensa)
La comprensión del mensaje publicitario es imprescindible para conseguir
efectividad, pero ese proceso de comunicación es enormemente complicado. El
publicitario utiliza imágenes, palabras, tonos de voz, colores, sonido,
movimiento, silencio y otros muchos símbolos no verbales ya que persigue
obtener respuestas emocionales de los sentidos y la razón del destinatario. Por
eso los anunciantes deben hablar de una forma tal que sus clientes potenciales
entiendan el mensaje y reconozcan que es aplicable a sus propias necesidades y
deseos. Sin
embargo, lo que para unos parece completamente obvio, para otros estará en el límite
de su capacidad para comprenderlo e incluso para otros será completamente
incomprensible. Está claro que si la publicidad se dirige a un público muy
extenso, será necesario utilizar términos y conceptos extremadamente fáciles de
tal forma que el mensaje pueda impactar por igual en todos ellos.
(AZprensa)
La vida es movimiento, la vida es cambio constante. Como dice el dicho popular
(y la sabiduría popular es muy sabia): “Camarón que se duerme, se lo lleva la
corriente”. Pues eso, no te duermas y ¡vive! Que como decía alguien, “la vida
es eso que pasa ahí fuera mientras tú estás abobado mirando tonterías en el
móvil”.
(PD... Ese “alguien” de la anterior cita soy yo). ¡Ale!
¡Ya está bien por hoy! Ponte a hacer algo que yo tengo que hacer muchas cosas,
así que, para que no pierdas tiempo, te dejo un poema bien cortito: ¡A
MOVERSE! Aparece
el sol, me llama a gritos, me
obliga a despertar y
me empuja con sus rayos a
moverme, a trabajar, o
aunque sólo sea a escribir un
rato... o un ratito.