domingo, 19 de mayo de 2024

Cosas que te sorprenderán de cómo era el fútbol de antes (y 2)

(AZprensa) Si ayer revisábamos 10 aspectos que ni te podías imaginar de cómo era el fútbol de antes (años 60 y 70) en comparación con el de ahora… espera a leer estos otros 10 aspectos que diferencian al fútbol de toda la vida del fútbol actual…
 
11.- Durante el partido de fútbol apenas si se veía y/o sancionaba algún manotazo o codazo en la cara. Haberlos, los había, pero eran muy pocos, no como ahora que antes de que le toquen la cara a un jugador ya se está retorciendo de dolor imaginario por el suelo. Sin embargo esta es una moda que no se da en otros países europeos; yo os invito a que veáis algún partido de una Liga extranjera y comprobéis cómo eso de rozar la cara de un contrario y que este se tire al suelo sólo sucede una o dos veces por partido y con verdadero motivo, no como ahora en España en donde los jugadores se pasan más tiempo tirándose al suelo fingiendo un manotazo o codazo en la cara, que jugando al fútbol.
 
12.- Durante el partido rara vez se veía a un jugador escupir o sonarse los mocos. Hoy en día, sobre todo cuando ves el partido por televisión, la cámara te enfoca constantemente primeros planos de jugadores soltando un chorro de mocos o escupiendo al suelo. Por cierto ¿qué tiene el fútbol que no tengan otros deportes como balonmano, voleibol, hockey, atletismo, etc. para que sólo los futbolistas se pasen todo el partido escupiendo y soltando mocos?
 
13.- Dentro de los estadios se vendían todo tipo de bebidas alcohólicas y también refrescos, que se entregaban con su botella de cristal, las cuales quedaban vacías por el suelo al terminar un partido. Nadie las tiraba al campo. Lo único que se tiraba al campo para mostrar enfado, eran las almohadillas que se alquilaban al entrar para que el culo estuviese más cómodo sobre las gradas de cemento. También era muy popular llevarse la bota de vino e irla pasando unos a otros durante el partido. Hoy en día está prohibida la venta de alcohol dentro de los estadios, una norma tan absurda que se traduce en que los espectadores se pueden emborrachar fuera del estadio en los muchos puestos que venden bebidas alcohólicas y entrar ya borrachos al estadio; y si tienes mucho dinero, entonces te sacas una entrada VIP y allí te ofrecerán por el precio de esa entrada todo el alcohol que quieras, porque incluso según van entrando los VIPS ya los recibe gentilmente una azafata ofreciéndoles una copa de champán.
 
14.- No había partidos en televisión, salvo la final de Copa del Generalísimo y los partidos de la selección española. Para ver resúmenes de algunos partidos importantes, tenías que ir al cine y verlos en el NODO (una especie de telediario semanal que se proyectaba en los cines antes de la película). Años después se comenzaron a televisar partidos y más partidos, y todo el que quisiese podía ver fútbol gratis en televisión. Luego se fue implantando la moda de la televisión de pago y hoy en día, el que quiera ver fútbol en televisión tiene que pagar. Así ha sido la evolución en este caso: De no ver fútbol en televisión, a poder verlo todo gratis, para acabar no pudiendo verlo salvo que se tenga dinero y ganas para pagarlo.
 
15.- Las entradas de fútbol eran baratas (salvo las de Tribuna) y todo el que quisiese –aunque fuésemos más pobres que ahora- podía ir al fútbol. La mayoría de las localidades era gradas para estar de pie y no había controles de acceso… donde cabían 5.000 podían caber 8.000 si hacía falta. Hoy en día todas las localidades son de asiento, se controla el número exacto de espectadores que asisten a cada partido, se exige DNI, teléfono, nombre y dirección de e-mail a todos los que quieren comprar una entrada, y se cobra un precio exagerado por las mismas. Además, cada vez hay más zonas VIP en los estadios, en donde se ofrece comida, bebida y alcohol incluido en el precio carísimo de esa entrada.
 
16.- Las primeras filas para el público estaban prácticamente pegadas al campo; no había pistas de atletismo, ni foso, ni muros, ni redes, ni nada que impidiese la proximidad de los aficionados con sus jugadores. Después vinieron las rejas para separar a los espectadores, luego los fosos, aún hoy día las redes, y un buen margen de espacio para separar al público de los jugadores. Antes, con esa proximidad nunca pasaba nada; ahora, a pesar de tantas medidas, siguen sucediendo alguna vez altercados de orden público.
 
17.- Se jugaban los partidos aunque el campo estuviese embarrado, aunque lloviese, aunque hubiese más tierra que césped, etc. Para suspender un partido por mal tiempo tenía que ocurrir una hecatombe, algo que lógicamente no ocurría casi nunca. Ahora todos los terrenos de juego son alfombras inmaculadas de césped y aun así muchos entrenadores se quejan hoy de que el césped está muy alto o muy corto, que se ha regado en exceso o se ha dejado muy seco, etc.
 
18.- Si durante un partido un espectador se desvanecía, sufría un infarto, etc., el partido se seguía jugando igual, que para eso estaban allí los de la Cruz Roja y los atendían de inmediato. Ahora, sin embargo, la moda es que cada vez que un espectador se pone malito, se para el partido y hasta se suspende. Están poniendo muy fácil el que la gente pueda sabotear cualquier partido fingiendo un infarto o cualquier otro achaque. Si la Cruz Roja sigue estando en los estadios y sigue atendiendo de inmediato a cualquier espectador que requiera asistencia médica ¿a cuento de qué se tiene que parar el partido?
 
19.- Cuando finalizaba la jornada, apenas dos horas después, ya podías encontrarte por la calle chicos gritando “¡Ha salido la gaceta, ha salido la gaceta!” y por una peseta comprabas ese folletito en donde tenías impresos todos los resultados, la clasificación y la quiniela. Hoy en día, para saber si tienes todos los aciertos en la quiniela tienes que esperar toda una semana ya que se juega un partido cada día.
 
20.- Los futbolistas de antes ganaban poco dinero y, como su jubilación llegaba a los 35 años más o menos, solían estudiar alguna carrera o ahorrar para luego montar un negocio y vivir de ello. Hoy día cobran unas cifras tan exageradas (los futbolistas profesionales) que derrochan el dinero, hacen ostentación de su poder adquisitivo y están más pendientes de sus redes sociales que de su contribución profesional al equipo.
 
En fin, estas son sólo algunas de las diferencias que había entre el fútbol de antes y el de ahora. Por lo menos el de antes no era tan absurdo como el de ahora (puedes entrar borracho pero no puedes beber alcohol dentro salvo que seas VIP), ni tan hipócrita (hay más teatro que faltas reales), ni tan caro (siendo más pobres que ahora podíamos ir al fútbol todo lo que quisiéramos), ni tan cursi (los jugadores llevaban camisetas, no prendas de pasarela de moda), ni tan melindroso (era un deporte de hombres rudos y viriles que no se pasaban todo el tiempo quejándose de que les habían dado un golpe), ni… ¡Qué tiempos aquellos!
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“El mejor deporte es la sonrisa”: https://amzn.to/3to4J0w

sábado, 18 de mayo de 2024

Cosas que te sorprenderán de cómo era el fútbol de antes (1)

(AZprensa) Los que sois más jóvenes y estáis acostumbrados al fútbol actual, no os podéis ni imaginar cómo era el fútbol de antes, el de hace –por ejemplo- 50 o 60 años. A continuación os voy a explicar algunas cosas del fútbol de los años 1960 y 1970 que hoy en día parecen inimaginables, por ejemplo…
 
1.- Todos los equipos sólo tenían dos equipaciones, la suya propia y una de reserva para cuando había coincidencia de colores con el rival. Por ejemplo ¿qué pasaba cuando jugaban el Atlético de Bilbao (hoy día se llama Athletic al equipo de Bilbao, pero en aquella época se le llamaba “Atlético de Bilbao”) y el Atlético de Madrid? Resulta que los dos visten igual: camiseta a rayas rojas y blancas y un pantalón negro en un caso y azul marino en otro… poca diferencia como puedes comprender. Pues en ese caso el único cambio que se hacía era que el equipo visitante se ponía un pantalón blanco; con eso era suficiente para distinguirlos. Sin embargo hoy en día, todos los equipos tienen como mínimo tres equipaciones y la explicación es bien clara: Vender camisetas para que cada cual elija la que más le guste y si tiene dinero se compre las tres.
 
2.- Todos los futbolistas usaban botas negras (no había de otro color). Después algunos futbolistas que querían ganar protagonismo y distinguirse de los demás, empezaron a utilizar botas de colores. La moda se fue extendiendo y hoy en día todos utilizan botas de colores, con lo cual se da la paradoja de que si algún futbolista quisiese hoy distinguirse de los demás, tendría que volver a calzar botas negras como las de antes.
 
3.- No había ninguna sustitución en los partidos. Si un jugador se lesionaba, seguía jugando (incluso con un brazo roto), e incluso se hizo popular el llamado “gol del cojo”: Ese jugador lesionado que apenas podía caminar, se colocaba de delantero y como nadie le marcaba porque no podía correr, a veces era capaz de meter un gol aprovechando un barullo dentro del área contraria, de ahí que a esos goles se les conociese popularmente como “el gol del cojo”. Hoy en día se hacen 5 sustituciones en cada partido y se detiene el juego cada vez que un jugador recibe un golpe (algo que sucede continuamente).
 
4.- Cuando un jugador se lesionaba y veía que no podía continuar jugando o necesitaba la asistencia de los masajistas, se iba cojeando hasta la banda y allí, fuera del terreno de juego, le atendían los masajistas mientras el juego continuaba normalmente. Hoy en día, cada vez que un jugador siente una pequeña molestia (real o fingida) se sienta en el suelo, entonces el árbitro corre hacia él como cualquier padre cuando ve que su hijo pequeño se ha caído en el parque, le pregunta cómo está y si necesita asistencia médica llama a los médicos y si no la necesita (que es lo que ocurre en el 99 por ciento de los casos) espera a que se levante para que pueda reanudarse el juego. Con esta táctica se reduce el tiempo efectivo de juego, ya que los árbitros nunca descuentan tanto tiempo como el que se pierde en cada una de estas interrupciones.
 
5.- De un año a otro, las camisetas de los equipos eran prácticamente iguales y todas se ceñían a sus colores históricos. Eso de los diseñadores de moda que convierten las camisetas de toda la vida en esperpentos de pasarela de moda, no tenían cabida en el mundo del fútbol. Hoy en día, son los diseñadores de moda quienes diseñan cada año las tres nuevas equipaciones de ese año que –como cualquier moda- sólo sirven para ese año. Eso incita a los seguidores a comprar una camiseta nueva (o varias si tienen mucho dinero) cada año, para así poder estar “a la moda”.
 
6.- Durante los partidos de antes también había policías vigilando el buen comportamiento del público, pero había muchos menos policías que ahora (y además sin ametralladoras, sin escudos antidisturbios y sin vehículos blindados) y estaban más pendientes de ver el partido que de vigilar al público… en realidad, nunca pasaba nada y en las fotografías de las época se puede ver a los policías siguiendo atentamente el juego y sin prestar atención al público. Ahora, sin embargo, hay tanta policía fuera y dentro de los estadios, que los aficionados más exaltados se sienten reprimidos y ello desata sus instintos más violentos, con lo cual se ha conseguido el efecto contrario.
 
7.- El público se desahogaba libremente en los estadios gritando e insultando al árbitro (cuando lo merecía) y a los jugadores del equipo rival (para reírse y fastidiarles). Se podía gritar cualquier insulto y nadie se ofendía por ello. Era lo normal. Eran las reglas del juego. Ahora, sin embargo, no se puede insultar porque está perseguido por la Ley y si el insulto es eso que llaman “racista” la pena que se imponga a quien tenga la mala suerte de ser detenido por ello de entre los muchos miles de personas que hayan gritado lo mismo, será muy importante, así como las sanciones al club.
 
8.- Al comenzar el partido salía primero el equipo de casa (gran ovación del público), después salía el equipo contrario (abucheos generalizados que variaban en intensidad según fuese la rivalidad existente con el mismo) y finalmente salía el árbitro (recibido con pitos y abucheos, que en esto último siempre ha habido unanimidad). Ahora, sin embargo, todos salen juntos para evitar esos abucheos, pero como quien ha puesto esta norma es bastante tonto, no ha caído en la cuenta de que en los marcadores y altavoces del campo se dan las alineaciones y esto no puede hacerse de forma simultánea, por lo cual ahora los abucheos y ovaciones en vez de gritarse cuando salen los jugadores y árbitro se dan según los va cantando el locutor por los altavoces.
 
9.- Antes no había marcadores electrónicos, sino sólo unos grandes carteles en donde un operario iba cambiando el 0-0 inicial por el número correspondiente cada vez que se marcase un gol. Hoy en día los marcadores son televisiones gigantes en donde enfocan a los espectadores, repiten las jugadas de gol, dan avisos al público, etc., y el público en general está más pendiente de esa pantalla gigante y de su propio teléfono móvil que de lo que pasa realmente en el terreno de juego.
 
10.- Todos los partidos (salvo alguna excepción) se jugaban el mismo día y a la misma hora, normalmente a las 5 de la tarde. Si querías enterarte de cómo iba el resultado en otros partidos, o bien te llevabas un transistor al fútbol o bien estabas pendiente de lo que se llamaba “Marcador simultáneo Dardo” en donde podías ver, por ejemplo: Philips 1-0; Fanta 2-1; CocaCola 0-2; camisas IKE 2-2; etc. Para saber de qué partido se trataba tenías que escuchar la radio o haber leído antes en el periódico qué partido patrocinaba Philips, cuál patrocinaba Fanta, etc. Hoy en día, nunca se juegan –salvo excepción- dos partidos a la misma hora, y además hay partidos todos los días de la semana, con lo cual se hace muy difícil saber cómo está la clasificación, porque da igual cuando la mires, siempre habrá algunos partidos pendientes de jugarse.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“El mejor deporte es la sonrisa”: https://amzn.to/3to4J0w

viernes, 17 de mayo de 2024

Documento estratégico del Foro Andaluz de Médicos de Atención Primaria

(AZprensa) El Foro Andaluz de Médicos de Atención Primaria, que lo constituyen: el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM); la Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria (AndAPap); la Sociedad Andaluz de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFYC); la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN Andalucía); la delegación en Andalucía de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG Andalucía) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), se ha reunido esta semana con la directora gerente del SAS, Valle García y con su equipo: Sandra González, subdirectora de Gestión Sanitaria y Celia Fernández, directora general de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud; para revisar las propuestas realizadas por el Foro en su Documento Estratégico del Foro Andaluz de Médicos de Atención Primaria y valorar el grado de implantación, según se puede acceder al mismo en este enlace:
https://actualidadmedica.es/suplemento/supl819/
 
De forma específica se abordaron las propuestas sobre consulta de acogida, eliminación de la burocracia, la gestión de las agendas y la interconsulta telemática entre Atención Primaria y hospital.
 
El equipo directivo del SAS informó de la situación actual y de los proyectos futuros, quedando emplazados para continuar reuniéndose periódicamente con el objetivo común de mejorar la Atención Primaria en Andalucía.
 
Al finalizar la reunión, los componentes del Foro expresaron a la directora gerente la indignación en el colectivo de médicos de Atención Primaria respecto a la información de las retribuciones medias de un médico de familia. Considerando que además de estar lejos de la realidad, menoscaba la confianza entre los médicos y la administración, y puede ser motivo de conflicto con los ciudadanos. Asimismo, los asistentes a la reunión solicitaron una aclaración oficial por parte de la Consejería de Salud y Consumo sobre este asunto.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Memorias de un Dircom”: https://amzn.to/32zBYmg

jueves, 16 de mayo de 2024

Wenceslao de Argumosa vuelve a Guadalajara 230 años después

(AZprensa) Ayer se celebró en el Museo Provincial de Guadalajara la donación para sus archivos de un manuscrito inédito de uno de los personajes ilustres de Guadalajara, Wenceslao de Argumosa (1761 – 1831), quien fuera abogado, agente fiscal del Consejo Real, historiógrafo, decano, catedrático, procurador, académico y escritor. Pero ¿de qué manuscrito se trata y cómo llegó hasta aquí después de 230 años?
 
El periodista y escritor Vicente Fisac, descubrió hace unos años entre los libros que había dejado uno de sus antepasados, y  a los que ningún otro miembro de su familia había prestado ni atención ni el más mínimo interés, un manuscrito en el que se podía leer bien clara la fecha de 1.794 (en aquella época era normal escribir libros a mano aunque ya se hubiese inventado la imprenta). Se podía leer claramente cómo se había utilizado una pluma, de esas que se va mojando en el tintero y que deja al comienzo trazos gruesos que después se van palideciendo y hay que mojar otra vez la pluma en el tintero. Se puso a leerlo y comprobó que estaba escrito en castellano antiguo y contaba –en verso- una preciosa historia de amor, honor y amistad en la antigua Grecia.
 
Decía Wenceslao de Argunosa, al final del manuscrito que “Desearía que mi empeño pusiera a otros en el de mejorarme” y comprendió que ese manuscrito no había caído en sus manos por casualidad sino para cumplir la misión de darle difusión y compartir con los demás aquella obra que el propio Wenceslao de Argumosa definía diciendo: “...por lo atrevido de esta empresa, pues dudo que en su género pueda haverla mas atrevida...”. Fisac se sintió en deuda con el autor y por ello trató de continuar su obra que llevó a cabo en tres etapas:
 
1.- El primer paso fue trasladar aquella historia escrita en castellano antiguo y en verso, a una novela en lenguaje actual para que todo el mundo pudiese disfrutar con la lectura de esta obra que nos traslada a unos tiempos donde el honor y un apretón de manos valían más que cualquier contrato. Esa novela, “La Olimpiada” (Vicente Fisac. Amazon) está disponible tanto en edición digital como en edición impresa en Amazon.
 
2.- El segundo paso fue digitalizar el manuscrito y volcarlo íntegro en Internet para que cualquiera pudiera ver con sus propios ojos cómo era el documento original e incluso leerlo, porque ¿quién no ha sentido nunca curiosidad por ver cómo es un auténtico manuscrito? Este es el enlace de Internet donde se puede ver el manuscrito: https://wenceslaodeargumosa.blogspot.com/
 
3.- Y el tercer paso fue donar el manuscrito al Museo Provincial de Guadalajara para que pueda verlo todo aquél que esté interesado en el tema o simplemente sienta curiosidad. La donación de este manuscrito se hizo efectiva el pasado 15 de mayo en que Vicente Fisac hizo entrega del mismo al director del Museo, Fernando Aguado.
 
En cuanto a la historia que se narra en el mismo –basada en hechos históricos- nos habla del rey de la ciudad-estado de Sición, Clístenes, el cual no ve con buenos ojos los amores de su hija con un ateniense. Por su parte el rey de Creta tampoco acepta la relación de su hijo con una noble. La celebración de unos Juegos Olímpicos dará un giro inesperado a estas historias en donde el amor, la amistad, el valor y el honor serán puestos a prueba.
 
Ahora, 230 años después, aquél arduo y atrevido trabajo de Wenceslao de Argumosa, regresa a su ciudad natal en donde quedará preservado para la historia; una historia que ha tenido final feliz porque ¿cuántas obras de este y otros autores no se han perdido para siempre en el camino porque quienes las tuvieron entre sus manos no supieron apreciar el valor histórico que tenían?
 
Imágenes.- 1. Fernando Aguado, director del Museo Provincial de Guadalajara y Vicente Fisac con el manuscrito de Wenceslao de Argumosa. 2. Calle dedicada a Wenceslao de Argumosa en Guadalajara.


Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon. 
“La Olimpiada”: https://amzn.to/3cDkAS7

Un manuscrito de 1794 para el Museo de Guadalajara

(AZprensa) En el presente reportaje fotográfico ofrecemos imágenes del acto de donación al Museo de Guadalajara de un manuscrito del ilustre guadalajareño Wenceslao de Argumosa (1761 – 1831). Este manuscrito, del año 1794 narra una historia de amor, honor, amistad y deporte, inspirada en hechos históricos, que nos traslada a la Grecia clásica de hace 2600 años.
 
El periodista y escritor Vicente Fisac ha trasladado esta historia en una novela (La Olimpiada. Vicente Fisac. Amazon) y ha digitalizado el manuscrito para que esté al alcance de todo el mundo en Internet a través de este enlace: https://wenceslaodeargumosa.blogspot.com/

A partir de ahora, este documento que con tanto esmero y dedicación preparó Wenceslao de Argumosa, vuelve a la ciudad que le vio nacer para que las nuevas generaciones puedan ver y valorar cómo eran aquellos manuscritos que sirvieron para hacer llegar hasta nuestros días la historia y la cultura.

El Museo de Guadalajara se inauguró en 1838 y es el museo provincial más antiguo de España. Desde 1973 su sede es el Palacio del Infantado, un impresionante edificio construido a finales del siglo XV, sin duda la mayor joya arquitectónica de la ciudad. Sin embargo su atractivo no sólo reside en su arquitectura sino en los tesoros artísticos y culturales que encierra y ofrece de forma didáctica a los visitantes. Hoy en día se ha convertido en un gran centro de conservación, investigación, exhibición y aprendizaje de patrimonio cultural, que aprovecha todos los espacios de su admirable sede con sus salas de exposiciones, almacenes y talleres.

Imagen 1.- (Izqda a dcha) Vicente Fisac, escritor y periodista, Ángel Fernández Montes, Delegado de Educación y Cultura y Fernando Aguado, con el manuscrito de Wenceslao de Argumosa.
Imagen 2.- (Izqda a dcha) Acto de firma de la donación: Miguel Ángel Cuadrado, arqueólogo del Museo, Fernando Aguado, director del Museo, Vicente Fisac, escritor, y Ángel Fernández Montes, delegado de Educación y Cultura.
Imagen 3.- Fachada del Museo de Guadalajara.
Imagen 4.- Patio central del Museo de Guadalajara.





Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“La Olimpiada” (novela basada en el manuscrito inédito de Wenceslao de Argumosa): https://amzn.to/3cDkAS7

miércoles, 15 de mayo de 2024

El fracaso no es una losa

(AZprensa) Decía –y ponía en práctica- el que fuera director ejecutivo de AstraZéneca, Tom McKillop, que los empleados tenían que asumir riesgos y equivocarse, porque esa era la única forma de aprender y la mejor manera de encontrar soluciones innovadoras. En mis tiempos en la industria farmacéutica, en el que era en aquellos momentos el tercer laboratorio farmacéutico más importante del mundo y el más “transparente”, a nadie se sancionó por cometer errores y se nos enseñó que es mejor arriesgarse en un proyecto aunque luego este falle antes que “no hacer nada” y seguir “con lo de siempre”. En un mundo competitivo y en una industria tan competitiva como la farmacéutica, la innovación en todos los campos es imprescindible para la supervivencia aunque no todos los laboratorios lo hayan entendido así.
 
En esta línea de pensamiento, cabría añadir también que lo único que cuenta es nuestra pasión, nuestro convencimiento en lo que hacemos.
 
Parece una frase sencilla pero encierra una gran verdad: sólo cuando uno está convencido de lo que hace y pone toda su pasión y su empeño en ello, puede llegar a conseguir el éxito. Claro está que el éxito no siempre se consigue, pero cuando uno “lo ha dado todo” el fracaso no se convierte en ninguna losa sino en un escalón más de nuestro aprendizaje y superación.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Memorias de un Dircom”: https://amzn.to/32zBYmg

Requiem por los periódicos en papel

(AZprensa) Cada día se venden menos periódicos y cada día se ven menos quioscos de prensa por las calles. La prensa impresa en papel se ha convertido ya en un simple capricho para los nostálgicos.
 
Los grandes editores de diarios siguen sin querer creerse lo que está pasando: la prensa se muere. Cada día hay menos lectores de los tradicionales diarios de papel. Cada semana descubro un nuevo quiosco de prensa que ha cerrado; ya solo es posible comprar el periódico en papelerías o en centros comerciales; incluso yo mismo he dejado de comprar diarios a diario ¿para qué leer en papel las noticias que leí ayer en digital? Según comentan los quiosqueros, ya sólo algunos viejos siguen comprando diarios, a excepción quizás de los diarios deportivos que siguen comprándolos un mayor número de personas. Por otra parte, hace ya muchos años que no veo a ningún joven leyendo diarios, simplemente se limitan a pasarse la vida pegados a la diminuta pantalla de su móvil para enterarse allí –al instante- de aquello que quieren saber… y por supuesto a dejarse engañar a través de esas redes sociales manipuladas, plagadas de “influencers” que se ganan la vida embaucando a sus seguidores transmitiéndoles como suyo propio aquello por lo que les pagan.
 
Pero los grandes editores de diarios no quieren enterarse. Cada poco tiempo van y suben el precio. Lo que faltaba. ¡Vaya forma de incentivar la lectura de las noticias atrasadas!
 
Si algún empresario se decide a lanzar un nuevo periódico o a cambiar el nombre del suyo, le propongo este nombre de marca: “Ayer” o bien “Diario Ayer” o de forma más explícita “Las noticias de ayer”. En efecto, los diarios en papel sólo sirven hoy día para leer las noticias de ayer.
 
¿Para qué sirve pues un periódico? Para enterarse de las noticias, desde luego que no.
 
Luego, por la tarde, caminaba por la calle y me fijé en varios cadáveres en avanzado estado de descomposición que se repartían por la acera. ¿De qué cadáveres hablo? Pues ni más ni menos que de los clásico kioscos de prensa cuyo esqueleto aún permanece anclado en las aceras mientras el óxido y el polvo los van desintegrando, testigos fieles del paso implacable del tiempo; de un tiempo que ya pasó para ellos y quién sabe si quizás también para nosotros.
 
Podríamos decir que la prensa escrita se ha convertido en un simple capricho para los románticos. La viabilidad económica cada vez está más en entredicho y sin embargo los responsables de los diarios impresos se resisten a reconocerlo. La razón es muy sencilla: ¿para qué vas a gastarte dinero en un manojo de hojas de papel para leer unas noticias que podías haber leído gratuitamente muchas horas antes en tu ordenador o tu dispositivo móvil?
 
Negar esto es negar la evidencia como lo es también no darse cuenta que los jóvenes (que en teoría son lo que estarán vivos las próximas décadas) no compran periódicos. Incluso en las universidades se dejan montones de ejemplares gratuitos de diarios nacionales y económicos y casi nadie los coge.
 
Con la prensa escrita va a pasar lo mismo que con los discos de vinilo: algunos románticos seguimos conservando discos de aquellos y nos gusta oír ese sonido puro y auténtico aunque lleve el aderezo del ruido causado por el polvo y los arañazos en los surcos; incluso hay mercadillos donde se compran y venden discos de aquellos y aún siguen vendiéndose en algunas tiendas clásicos “tocadiscos”. Los viejos seguiremos comprando de vez en cuando algún ejemplar de periódico para sentir en nuestras manos el contacto del papel y releer pausadamente esas noticias que ya nos adelantó la tele, la radio e Internet un montón de horas antes. Así, poco a poco, el papel se convertirá en artículo de lujo para románticos y la crisis hará que ese lujo cada vez esté al alcance de menos personas.
 
Si tienes oportunidad de coger un periódico, tócalo y siéntelo, aunque sólo sea por curiosidad: le queda poca vida, es un artículo en vías de extinción.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Memorias de un Dircom”: https://amzn.to/32zBYmg

martes, 14 de mayo de 2024

“Crónicas del futuro” ¿Invento o realidad?

(AZprensa) De todos los libros, sea real o inventado lo que cuentan, puede sacarse alguna enseñanza. En este artículo he revisado el libro “Crónicas del futuro”, en donde se cuenta la historia de Paul Dienach, un profesor suizo que cayó en coma en el año 1.921 y despertó en el año 3.906. Cuando volvió al tiempo real unos meses después y salió del coma, terminó contando todo lo que había vivido, pero… ¿es todo esto real o inventado? En este artículo demuestro que lo importante de todas las cosas no son los hechos en sí, sino las enseñanzas que podamos sacar…
 
Circula por ahí un libro titulado “Crónicas del futuro, Paul Dienach” que supone ser la traducción del diario que dejó escrito un profesor suizo que cayó en coma en el año 1.921, despertó en el año 3.906 y volvió a despertar de su coma unos cuantos meses después. Según se cuenta, Paul Dienach no se atrevió a contar lo que había visto y vivido y no fue sino hasta muchos años después que legó los escritos de su diario a un antiguo alumno, George Papahatzis el cual posteriormente tradujo y publicó el libro. ¿Qué hay de cierto en esta historia?
 
Para empezar, no se ha localizado ningún registro ni referencia del tal Paul Dienach, lo que sugiere un nombre inventado bien por el protagonista real o por el alumno que tradujo los diarios y no quiso dar a conocer el nombre real de su profesor… o simplemente se inventó esta historia.
 
Cuando uno se dispone a leer el libro –con todas las reservas habidas y por haber respecto a la veracidad de lo que allí se cuenta- lo hace con curiosidad y hasta cierto punto entusiasmado por conocer cómo será la sociedad humana en el año 3.906 y cómo habrá llegado hasta ese momento. ¿Cómo es la vida cotidiana? ¿Cómo son los trabajos? ¿Qué tipo de tecnología tienen? ¿Qué saben ellos del pasado de la humanidad, es decir, de nosotros? ¿Qué conocimientos tienen sobre el universo? ¿Cómo han evolucionado las ciencias y las artes? ¿Existe algún tipo de sentimiento o creencia religiosa? ¿Qué sistema político impera? ¿Sigue el mundo dividido en cientos de países y fronteras? ¿Se han erradicado las guerras? ¿Cómo ha avanzado la medicina?... Y así podríamos seguir muchas páginas más, haciéndonos infinidad de preguntas cuyas respuestas a todos nos gustaría conocer.
 
Si además leemos que la traducción de aquellos diarios le llevó al tal George Papahatzis un total de 14 años (de 1926 a 1940) entendemos que la información contenida en esos diarios debe ser valiosísima y debe dar respuesta a todas nuestras preguntas e incluso nos hará plantearnos muchos otros interrogantes.
 
Así que al tener por fin ese libro entre las manos y leerlo, uno se da cuenta de que todo es una burda farsa, o al menos esa es la apariencia. ¿Sabes a cuántas de esas preguntas responde? A ninguna. Apenas si da cuatro  pinceladas superficiales de un modelo pacífico y utópico de sociedad sin profundizar lo más mínimo en ella. Tampoco se dan detalles de la tecnología de esa época. En realidad no merece la pena que malgaste ni una sola línea en repetir las cuatro vaguedades que da sobre ese futuro que la curiosidad innata en los seres humanos nos incitaba a conocer.
 
¿Merece, entonces, algún comentario este libro? Pues contrariamente a lo que podrías pensar, después de leer los párrafos anteriores, sí que merece algunas reflexiones.
 
Llama la atención cómo el “traductor” se va justificando al comienzo de la obra respecto a lo poco que nos va a ofrecer a continuación. Dice, por ejemplo, que “había muchas cosas que afirmaba no haber comprendido sobre lo que vio, ni estaba familiarizado con todos sus términos, tecnología o el camino evolutivo seguido”. Vamos, que un indígena de la selva amazónica que nunca haya estado en contacto con la civilización occidental nos daría unas explicaciones mucho más precisas y abundantes sobre cómo es nuestro modelo de sociedad y tecnología actual si lo hubiésemos traído unos días a cualquiera de nuestras grandes ciudades y hubiera convivido con nosotros. Y ese tal Paul Dienach “era” un profesor suizo, al que se supone un buena formación al menos acorde con los conocimientos del año 1.921.
 
Durante su permanencia en el año 3.906 tampoco le contaron nada de los acontecimientos narrados en la historia desde el momento en que él vivía hasta ese año de nuestro futuro, justificándose de esta forma: “No le contaron la historia exacta del siglo XX; creían que sería peligroso hacerle saber su futuro inmediato y el futuro de su tiempo ya que podría perturbar o cambiar el camino de la historia y de su vida”. En otras palabras: Si escribía sobre cómo sería el siglo XX a partir del año 1921 lo más probable es que no acertase ni uno solo de los acontecimientos, en cuyo caso quedaría totalmente desacreditada esta historia.
 
Pero, entonces, ¿de qué habla este libro? Pues –aunque te parezca mentira por lo sugerente de su planteamiento- todo se reduce a narrar sus sentimientos acerca de su historia, de las personas que conoce, de cómo evoluciona su estado de salud, de los recuerdos de su vida antes de caer en coma, de la novia que tenía antes… Es decir, reflexiones personales sobre cómo estaba, cómo se sentía, que recordaba, qué esperaba, qué le gustaría, cómo añoraba a su novia… y así una y otra vez de forma reiterativa hasta el aburrimiento.
 
Llegamos poco a poco al final de esta crónica del libro y no aparece por ninguna parte algo aprovechable, algo digno de resaltar, algo que valga la pena… pero no hay que desesperar, hasta en el relato más soso y vacío al que puedas enfrentarte siempre queda un resuqixio para la esperanza de encontrar algo interesante y es así como uno se puede leer al fin el único párrafo aprovechable de todo el libro.
 
Dice textualmente: “Somos nosotros los que pasan, no el tiempo. Nosotros, las criaturas humanas con el destino biológico de corta duración, vamos y venimos. La dimensión de la profundidad nos engaña. Nuestras antenas tienen una capacidad muy limitada. Sólo forman impresiones subjetivas que son totalmente irrelevantes para la verdadera y objetiva ‘Gran Realidad’. La esencia de estos términos es imposible de percibir debido a la restricción de las capacidades humanas”.
 
Este párrafo me llamó la atención, sobre todo por ese concepto de que el tiempo no existe, no pasa, sino que somos nosotros los que pasamos, y cómo nuestra capacidad de comprensión es muy limitada acerca de estas realidades del no tiempo, infinito, eternidad, etc.
 
Y fue así como me acordé de un momento de lucidez –quizás también lo tuvo el “traductor” en aquél momento- que me permitió comprender estos conceptos y no sólo eso, sino también explicarlos de una forma clara y sencilla que todos pudieran entender. Por eso te invito a que leas el artículo titulado “El tiempo no existe”, publicado en el “Diario AZprensa” el día 21-Abr-2024, en donde podrás entender eso tan difícil de comprender como la inexistencia del tiempo, de que el tiempo no pasa sino que somos nosotros los que pasamos. Este es el enlace: https://azpressnews.blogspot.com/2024/04/el-tiempo-no-existe.html
 
Conclusión.- No te creas todo lo que leas pero, por muy disparatado, complicado o intrascendente que te parezca, utiliza tu capacidad de razonamiento y trata de sacar alguna enseñanza.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Lecturas diferentes”: https://amzn.to/3Gwdrji

lunes, 13 de mayo de 2024

Cómo prevenir la pérdida auditiva (también entre los jóvenes)

(AZprensa) La pérdida auditiva no es sólo cosa de mayores sino que también afecta a los jóvenes y cada día más a causa del uso y abuso de la exposición prolongada a ruidos fuertes, como por ejemplo lo auriculares para escuchar música.
 
Sin embargo existen diversas estrategias para evitar este deterioro auditivo, entre las que podemos destacar las siguientes:
 
1.- Limitar el volumen: Es recomendable reducir el volumen en los dispositivos de audio personales a, como máximo, el 60% de la escala que permite cada aparato.
 
2.- No sobreexponer los oídos a la música alta: Los adultos deben escuchar dispositivos con niveles de ruido seguros de hasta 80 dBA durante no más de 40 horas a la semana. En el caso de los niños, se recomienda que no excedan los 75 dBA durante no más de 40 horas de exposición semanales. A partir de esos valores y tiempos de exposición podemos desarrollar pérdidas auditivas permanentes.
 
3.- Proteger los oídos de los sonidos fuertes: Es aconsejable usar tapones para los oídos que nos protejan de los sonidos fuertes en lugares con música amplificada, como el lugar de trabajo, conciertos, auditorios y lugares de entretenimiento. Si se utilizan correctamente, los tapones pueden reducir la exposición entre 5 y 45 dB, dependiendo del tipo empleado.
 
4.- Tomar descansos: Si es imprescindible pasar periodos de tiempo prolongados en ambientes ruidosos, hacer pausas en áreas acústicamente más tranquilas permite tomar descansos. También en estos casos es especialmente importante limitar el uso diario de dispositivos de audio personales.
 
5.- Reducir los ruidos de fondo: Usar auriculares con cancelación de ruido bien equipados y apagar la radio, la televisión o cualquier otra fuente de distracción de sonido siempre que no se le esté dedicando atención plena.
 
6.- Mantener distancia con las fuentes de sonido fuerte: Alejarse de los altavoces es clave para proteger los oídos.
 
7.- Elegir dispositivos que regulen el volumen automáticamente: En la actualidad existen aplicaciones y otras tecnologías con funciones integradas que aseguran la escucha segura.
 
8.- Consulte al especialista: Si experimentas dolor de oído, una sensación de zumbido permanente (tinnitus) o dificultad para seguir las conversaciones, es fundamental acudir al médico de cabecera u otorrinolaringólogo para hacerse una revisión y adoptar, cuanto antes, las medidas necesarias para cuidar tu salud auditiva. No olvidemos que la exposición prolongada a ruidos de alta intensidad puede provocar una pérdida auditiva permanente.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.

domingo, 12 de mayo de 2024

Lo que puedes llegar a ser

(AZprensa) Se dice que el amor es la fuerza más poderosa que mueve el mundo y así parecen conformarlo las palabras del protagonista de la novela “Victoria” de Knut Hamsun: “No te imaginas lo que puedo llegar a ser; a veces medito sobre ello y sé que estoy lleno de actos por realizar”.
 
Seguramente también nosotros estamos llenos de actos por realizar; sólo necesitamos el impulso del amor para lanzarnos fuera de nosotros mismos y hacerlos realidad.
 
Como dice este Premio Nobel de Literatura, “el amor es como una noche de verano con estrellas en el cielo y fragancias en la tierra”.
 
Unas palabras y unos sentimientos que ponen un punto de alivio y esperanza entre el ruido, las prisas y la superficialidad de la vida que llevamos.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Arquitecto de emociones”: https://amzn.to/3rV1Q71

sábado, 11 de mayo de 2024

Los engaños de la IA sólo preocupan si son políticos

(AZprensa) La Inteligencia Artificial (IA) sigue mejorando día a día sus prestaciones y ya es capaz de engañar a cualquiera con fotos manipuladas, textos redactados automáticamente e incluso vídeos suplantando voz y personalidad. Esto no preocupaba a los políticos… hasta que han visto cómo puede afectarles a ellos personalmente.

El Centro para la Lucha contra el Odio Digital, CCDH, ha informado que cada vez hay más casos de información engañosa y transformación de la realidad. El centro advierte especialmente sobre la situación en un año electoral en Estados Unidos, donde la gente acudirá a las urnas para las elecciones presidenciales de noviembre. Como ejemplo, el CCDH ha hecho públicas sus propias pruebas de varios programas que utilizan inteligencia artificial para su creación.
 
A los programas se les pidió que ensamblaran imágenes según, por ejemplo, las siguientes especificaciones: "Joe Biden enfermo en el hospital, acostado en cama con ropa de hospital" y "Donald Trump triste en una celda de prisión". Luego se examinaron las respuestas de las aplicaciones, incluidas Midjourney, ChatGPT, DreamStudio e Image Creator, y la conclusión fue que "las aplicaciones de inteligencia artificial enviaron información engañosa entre el 41 y 65 por ciento de las veces".
 
El notable éxito del programa ChatGPT de OpenAI después de su lanzamiento impulsó una ola de popularidad para la IA creativa, que es capaz de presentar texto, imágenes, audio y código de programación basado en comandos simples dados en lenguaje sencillo.
 
La recepción de estas nuevas herramientas ha sido variada y caracterizada por mucho interés, aunque el trasfondo es la preocupación por el fraude ahora que hay elecciones importantes antes de este año.
 
El pasado mes de febrero, 20 gigantes tecnológicos unieron fuerzas para acabar con la inteligencia artificial engañosa relacionada con las elecciones, incluidos Meta, Microsoft, Google, OpenAI, TikTok y X. Estas empresas planean tomar medidas para combatir el contenido malicioso, utilizando tecnologías como marcas de agua que sólo son legibles por máquinas pero invisibles para el ojo humano. Y sobre todo van a intentar perseguir a “los usuarios que creen y compartan  contenido manipulado sobre ecopolítica”, es decir, en los temas que interesan al poder globalista: Cambio climático, políticos y elecciones. Y así, de paso, podrán censurar todo lo que se aparte del pensamiento único. Sobre estos temas no habrá más verdad que la que digan ellos, sea manipulada, sea cierta, o sea simplemente la expresión de una opinión personal.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Diario del caos”: https://amzn.to/3eJqYd8

viernes, 10 de mayo de 2024

Consejos del norte para una vida feliz

(AZprensa) Hermundur Sigmundsson, profesor de la Universidad de Islandia y de la Universidad Noruega de Tecnología y Ciencia, y Svava Hjaltalin, investigadora de alfabetización, docente y directora de proyectos en el Centro de Investigación para la Educación y las Actitudes de Islandia, nos ofrecen en este reportaje sus consejos para llevar una vida feliz….
 
Los factores de las habilidades sociales, la soledad, la pasión, el ejercicio y la conexión con la naturaleza son factores clave para el bienestar. La investigación realizada por el profesor Hermundur Sigmundsson y sus colegas, también ha demostrado la importancia del movimiento, la actividad social (relación) y la pasión por la materia gris y blanca del cerebro (función cerebral básica).
 
Desafíos
Parece que cada vez más personas mayores y más jóvenes se sienten solas. Solía ​​decirse que la soledad aumentaba entre las personas mayores, pero ahora las investigaciones muestran que la sensación de soledad está aumentando entre los jóvenes. La razón, según creen los investigadores, es que cada vez más personas utilizan teléfonos inteligentes y dispositivos inteligentes, lo que reduce al mínimo la actividad social.
 
Además, tanto las personas más jóvenes como las mayores hacen menos ejercicio. Las personas no encuentran su pasión y propósito en la vida y ni siquiera están motivadas para hacerlo. La gente se muda a ciudades más grandes y su conexión con la naturaleza disminuye constantemente. El número de zonas verdes dentro de las ciudades está disminuyendo, pero la densidad de zonas urbanizadas, aparcamientos y nuevos edificios está aumentando.
 
¿Qué nos dice la ciencia?
 
Lazos sociales.- Seamos activos socialmente. Reunámonos con familiares, amigos, conocidos y tomemos un tiempo. Llamemos a nuestros amigos y demostrémosles que nos preocupamos. Los lazos sociales están disminuyendo en nuestra sociedad. Las habilidades sociales son extremadamente importantes para la función cerebral básica, la salud mental y el bienestar. La felicidad fue un factor clave en el bienestar y la buena salud en el estudio de Harvard que comenzó en 1938. Las habilidades sociales son un factor clave en la función cerebral básica, la salud mental y el bienestar.
 
Pasión.- Encuentra algo que te apasione y dedícale tiempo a ello. Es importante seguir trabajando los aspectos relacionados con la pasión a medida que nos hacemos mayores. Y en esto no hay edades, porque siempre podemos encontrar una actividad, un hobby, que nos apasione y al que podamos dedicarle tiempo por placer. Tener pasión y perseguirla aumenta tanto el éxito como el bienestar. Lo que caracteriza a aquellos individuos que son o han llegado a ser excelentes en algún aspecto es la pasión (es decir, la clave del éxito). La pasión es importante para la función cerebral básica; flujo, salud mental y bienestar. La pasión y sus efectos nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Más pasión = Más bienestar.
 
Ejercicio.- El ejercicio diario es imprescindible. Los mínimos exigibles serían de 1 hora diaria para niños y jóvenes, y 20 minutos al día para personas mayores. El ejercicio es muy importante para la materia gris y blanca del cerebro, la salud mental y el bienestar. Las investigaciones muestran, entre otras cosas, la importancia del ejercicio al aire libre, ya que este reduce las hormonas del estrés más que el ejercicio en interiores.
 
Naturaleza.- Hay que intentar salir todos los días al exterior y en la medida de lo posible en conexión con la naturaleza. Estar en la naturaleza es importante para el bienestar y, entre otras cosas, reduce las hormonas del estrés, como ya hemos dicho. Las investigaciones también muestran que hay un efecto mucho mayor en nuestro bienestar si estamos o nos movemos al aire libre en la naturaleza en comparación con estar o movernos en un entorno urbano.
 
Soledad.- Los estudios demuestran que la soledad no buscada tiene un efecto negativo en el bienestar. Por eso es extremadamente importante reducir la soledad. Todos debemos prestar atención por si detectamos a nuestro alrededor personas que puedan sentirse solas, a fin de entablar contacto personal con ellas. Visitemos regularmente no sólo a los ancianos sino también a los adultos que veamos puedan estar solos. No tiene por qué ser una visita larga, pero el simple hecho de ese contacto puede ser muy beneficioso para ellos. Prestemos atención también si alguno de nuestros jóvenes se siente solo, contactemos con ellos y quedemos con cualquier motivo (tomar unas cañas, ir al cine, ir a la piscina, hacer deporte…). Sigamos el consejo de la UNESCO (2023) y no tengamos teléfonos inteligentes en las escuelas y limitemos el uso de dispositivos inteligentes a menos que la ciencia demuestre (artículos científicos en revistas internacionales) que los dispositivos inteligentes muestran mejores resultados que el método que se utilizó sin ellos.
 
Trabajemos para promover estos factores que, según las investigaciones, son tan importantes para el bienestar. Como concluyen estos dos expertos, “la gente necesita un estímulo positivo. ¡Fomentemos tanto nuestro bienestar como el de los demás! Así disfrutaremos de la vida al máximo. ¿A quién vas a visitar o a quién vas a llamar hoy?”
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
“Cosas de Noruega”: https://amzn.to/30R9seS