(AZprensa) La provincia de Ciudad Real, en el corazón de
Castilla-La Mancha, alberga un paisaje geológico único en la Península Ibérica:
el Campo de Calatrava, una región volcánica con más de 300 estructuras
volcánicas formadas hace millones de años. Entre ellas, destacan dos volcanes
que ilustran cómo un mismo recurso natural puede tener destinos opuestos: el
volcán de Cerro Gordo, en Granátula de Calatrava, convertido en un referente
turístico y educativo, y el volcán de Las Tiñosas, en Daimiel, un ejemplo de
abandono y degradación.
Cerro Gordo: un modelo de explotación turística
sostenible
El volcán de Cerro Gordo, situado entre Almagro y
Granátula de Calatrava, es un ejemplo paradigmático de cómo un recurso
geológico puede transformarse en una atracción turística de gran valor
educativo y cultural. Este volcán, parte de la alineación volcánica de la
Sierra de Valenzuela, tiene una altura relativa de 90 metros y un eje mayor de
1.000 metros, con un cono de escorias y coladas de lava que evidencian su
pasado eruptivo, con su última actividad hace unos 700.000 años. Desde 2016,
Cerro Gordo se ha consolidado como el primer volcán musealizado y visitable de
la Península Ibérica, gracias a un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de
Granátula de Calatrava, la Asociación Campo de Calatrava y fondos europeos
LEADER.
El volcán cuenta con un aparcamiento para autobuses y
turismos, un centro de recepción y un circuito con paneles informativos que
explican las características geológicas y biogeográficas del entorno. Las
visitas guiadas, disponibles los fines de semana y para grupos escolares entre
semana, son dirigidas por guías expertos que explican el vulcanismo
estromboliano e hidromagmático, mostrando rocas y minerales que los visitantes
pueden tocar. Además, se ofrecen paquetes combinados que incluyen visitas a
yacimientos arqueológicos cercanos, como Oreto y Zuqueca o la Casa del General
Espartero, enriqueciendo la experiencia cultural. En 2016, el volcán recibió alrededor
de 15.000 visitantes, un número que refleja su creciente popularidad.
Cerro Gordo no solo atrae turistas, sino que se ha
convertido en un aula al aire libre. Con el asesoramiento del grupo Geovol de
la Universidad de Castilla-La Mancha, liderado por la experta Elena González
Cárdenas, el proyecto combina rigor científico con accesibilidad, permitiendo a
visitantes de todas las edades aprender sobre la formación de volcanes, los
tipos de erupciones y la importancia geológica del Campo de Calatrava. Este
enfoque didáctico, junto con la conservación del entorno, ha hecho de Cerro
Gordo un referente en el turismo geológico en España.
El proyecto ha sabido integrar la explotación minera, que
aún persiste en la zona, con el turismo, la agricultura y la ganadería,
demostrando que es posible un modelo de desarrollo sostenible. La colaboración
con empresas como LafargeHolcim y el apoyo institucional han permitido proteger
y musealizar 2.000 m² de la antigua cantera del volcán, transformando un
espacio de extracción en un atractivo turístico. Este equilibrio entre
conservación y uso económico es clave para su éxito.
Las Tiñosas: un volcán olvidado y degradado
En contraste, el volcán de Las Tiñosas, ubicado a pocos
kilómetros de Daimiel, representa un caso de abandono y desaprovechamiento.
Este volcán, una loma alargada formada por una fisura eruptiva de
aproximadamente 1.000 metros, conserva rasgos de su estructura volcánica, como
conos de piroclastos y evidencias de erupciones freatomagmáticas. Sin embargo,
su historia está marcada por la negligencia y la explotación descontrolada.
A lo largo de las últimas décadas, Las Tiñosas ha sido
utilizado como cantera, extrayendo materiales como basalto y lapilli para la
construcción, lo que ha degradado gravemente su estructura geológica y su
entorno natural. Esta actividad ha borrado gran parte de su morfología
original, dificultando la identificación de sus rasgos volcánicos. A diferencia
de Cerro Gordo, no se han implementado medidas de protección ni restauración, y
el volcán ha quedado prácticamente abandonado, sin infraestructura turística ni
programas educativos que resalten su valor geológico.
A pesar de su potencial, Las Tiñosas no ha sido integrado
en circuitos turísticos ni en iniciativas de divulgación científica. Aunque la
Federación de Asociaciones Culturales de Daimiel (FEDADA) organiza algunas
rutas interpretativas, estas iniciativas son esporádicas y carecen del respaldo
institucional y la infraestructura de Cerro Gordo. La falta de señalización,
accesos adecuados y un proyecto de musealización limita el interés de
visitantes y escolares, dejando a Las Tiñosas como un recurso desaprovechado en
una región con un rico patrimonio volcánico.
La explotación minera descontrolada no solo ha dañado el
volcán, sino también el paisaje circundante, afectando la biodiversidad y la
estética del entorno. A diferencia de Cerro Gordo, donde se ha preservado el
paisaje volcánico y se han destacado sus colores rojizos, negros y grises, Las
Tiñosas carece de una narrativa que conecte a los visitantes con su historia
geológica. Esta desconexión ha impedido que el volcán se convierta en un punto
de interés turístico o educativo, perdiendo la oportunidad de contribuir al
desarrollo local.
Comparación y lecciones aprendidas
La comparación entre Cerro Gordo y Las Tiñosas pone de
manifiesto las claves para aprovechar turísticamente un enclave geológico:
Visión y planificación: Cerro Gordo ha prosperado gracias
a una visión clara que combina turismo, educación y conservación, respaldada
por instituciones y expertos. Las Tiñosas, por el contrario, carece de un
proyecto integral que rescate su valor.
Inversión en infraestructura: La musealización de Cerro
Gordo, con senderos, paneles y guías, facilita la experiencia del visitante.
Las Tiñosas, sin accesos ni señalización adecuados, no logra atraer público.
Divulgación científica: La colaboración con universidades
y expertos en Cerro Gordo garantiza una narrativa educativa atractiva. Las
Tiñosas, aunque con un potencial similar, no cuenta con programas que expliquen
su importancia geológica.
Sostenibilidad: Cerro Gordo demuestra que es posible
integrar actividades económicas como la minería con el turismo sostenible. La
explotación descontrolada en Las Tiñosas ha destruido gran parte de su
atractivo.
En definitiva, el volcán de Cerro Gordo y el de Las
Tiñosas son dos caras de la misma moneda en el Campo de Calatrava. Mientras
Cerro Gordo se ha convertido en un referente de turismo geológico, atrayendo a
miles de visitantes con su enfoque educativo y sostenible, Las Tiñosas
languidece como un recurso olvidado, víctima del expolio y la falta de interés.
La lección es clara: el aprovechamiento turístico de un enclave geográfico
requiere visión, inversión y compromiso con la conservación.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros
están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Diccionario Daimieleño – Español”: https://www.amazon.es/dp/B086Y38BL9