(AZprensa)
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, ubicado en la provincia de Ciudad
Real, Castilla-La Mancha, es uno de los humedales más emblemáticos de España y
el último representante de los ecosistemas de tablas fluviales en Europa.
Declarado Parque Nacional en 1973, este espacio protegido de 3.030 hectáreas,
formado por la confluencia de los ríos Guadiana y Gigüela, ha sido
históricamente un refugio vital para una rica biodiversidad, especialmente para
aves acuáticas migratorias. Sin embargo, a junio de 2025, su situación sigue
siendo crítica debido a una combinación de factores naturales y humanos que
amenazan su supervivencia.
Contexto
hidrológico y desafíos actuales
El
humedal depende de las crecidas naturales de los ríos y del aporte de aguas
subterráneas del acuífero 23, pero ambos recursos han disminuido drásticamente
en las últimas décadas. La sobreexplotación del acuífero para la agricultura
intensiva, especialmente el regadío de cultivos como viñedos y cereales, ha
provocado un déficit hídrico significativo, estimado en más de 1.000
hectómetros cúbicos desde 1980. Además, los prolongados periodos de sequía han
reducido las aportaciones del río Gigüela, que históricamente ha sido clave
para mantener las inundaciones estacionales.
En
los últimos años, se han observado mejoras temporales. En abril de 2025, por
segundo año consecutivo, el río Gigüela ha aportado agua al parque tras más de
una década seco, lo que llevó a la Comisión Mixta del Parque a suspender los
bombeos de emergencia desde pozos subterráneos. Esta recuperación parcial ha
permitido que algunas zonas del humedal se inunden nuevamente, beneficiando a
especies como el tarro blanco, cuyos pollos han sido avistados en primavera.
Sin embargo, estos avances son frágiles y dependen de lluvias abundantes, que
en el otoño de 2024 fueron un 27% inferiores a lo habitual, afectando cuencas
como la del Guadiana.
Impacto
ecológico y esfuerzos de conservación
La
falta de agua ha transformado el ecosistema de las Tablas de Daimiel. Áreas
antes inundadas han quedado secas, y especies vegetales como el carrizo han
invadido hábitats de plantas acuáticas más vulnerables, como la masiega. La
fauna, incluyendo aves como el somormujo lavanco y el pato cuchara, ha visto
reducida su presencia, aunque sigue siendo un punto de paso migratorio
importante. Organizaciones como WWF España han trabajado en la restauración de
bosques autóctonos en 210 hectáreas y en la promoción del ahorro de agua,
mientras que el Plan Especial del Alto Guadiana, iniciado en 2008 con una inversión
de 5 millones de euros, busca equilibrar los usos hídricos hasta 2027.
A
pesar de estos esfuerzos, la comunidad científica y ecologistas han alzado la
voz. En 2025, el comité científico del parque, dependiente del Ministerio para
la Transición Ecológica, advirtió que el ecosistema está al borde de la
"práctica desaparición" debido a la presión agrícola. Un manifiesto
firmado por 500 investigadores ha urgido al gobierno a priorizar la
restauración del humedal, mientras que propuestas de SEO/BirdLife abogan por
frenar la degradación y mejorar la gestión del agua.
Perspectivas
y controversias
La
situación de las Tablas de Daimiel refleja un conflicto entre la conservación
ambiental y las necesidades económicas de la región. La agricultura intensiva,
apoyada por políticas regionales, sigue siendo un motor económico, pero a costa
de un recurso finito. Las restricciones hídricas en la cuenca del Guadiana,
junto con la falta de fondos suficientes para proyectos de restauración debido
a prioridades agrícolas en la Unión Europea, complican el panorama. Algunos
sectores critican la gestión del agua como un ejemplo de "capitalismo
hídrico-ecológico" insuficiente, mientras que otros ven en las lluvias
recientes una oportunidad para un cambio sostenible.
De
momento, a junio de 2025, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel vive un impass
de esperanza relativa gracias a las aportaciones del Gigüela, pero su futuro
sigue incierto. La recuperación del humedal requiere no solo lluvias
abundantes, sino también una gestión integrada que limite la sobreexplotación
del acuífero y fomente prácticas agrícolas sostenibles. La colaboración entre
gobiernos, científicos y sociedad civil será clave para asegurar su
supervivencia a largo plazo.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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