(AZprensa) Hay un viejo chiste, de hace más de cincuenta
años, que refleja perfectamente lo que es España y que, por desgracia, sigue
estando de actualidad… y cada vez más. Dice así…
Había una vez un extranjero residente en España desde
hacía muchos años que murió y a la hora de su juicio final lo enviaron al
infierno. Al llegar a la recepción del infierno y comprobar sus datos, surgió
un problema:
- Como eres extranjero pero has vivido muchos años en España, no sabemos a qué infierno mandarte, si al de tu país de nacimiento o al de España –le dijo el diablo recepcionista.
-
¿En qué consiste el
infierno de mi país? –le preguntó el difunto.
-
Pues verás, te
metemos en una habitación, te damos un cubo lleno de mierda y una brocha. Con
eso tienes que manchar todo hasta que se acabe la mierda del cubo. Cuando hayas
terminado te daremos una fregona con agua, jabón y una esponja para que limpies
todo y lo dejes reluciente. Cuando lo hayas hecho, te daremos otro cubo de
mierda para que lo vuelvas a ensuciar. Y cuando termines otro para limpiarlo… y
así toda la eternidad.
Como la cosa
no pintaba bien, el difunto preguntó:
- ¿Y en qué consiste el infierno español?
-
Pues es lo mismo
que el otro –respondió el diablo recepcionista.
-
No lo entiendo.
Entonces ¿cuál es la diferencia?
-
Pues que en el
infierno español, cuando te dan el cubo con mierda no hay brocha para
extenderlo, cuando te dan el cubo para limpiar no tiene agua, cuando tienes
agua no tienes esponja, cuando te dan la fregona no tienes cubo… y así toda la
eternidad.
- Como eres extranjero pero has vivido muchos años en España, no sabemos a qué infierno mandarte, si al de tu país de nacimiento o al de España –le dijo el diablo recepcionista.
- ¿Y en qué consiste el infierno español?
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