(AZprensa)
Todo el mundo ha oído hablar de ese fenómeno meteorológico llamado “gota fría”
que provoca fuertes lluvias en lugares muy concretos y en muy poco tiempo, lo
que suele dar lugar a inundaciones y riadas, con grandes pérdidas materiales e
incluso de vidas humanas. El propio Rubén del Campo, portavoz de la Agencia
Estatal de Meteorología (Aemet), ha reconocido a la Agencia de Noticias EFE que
el término “gota fría” se asociaba a los grandes temporales de los años
ochenta, que dejaron muchas víctimas y enormes pérdidas materiales en las zonas
afectadas y que se “generaba alarma cada vez que un meteorólogo hablaba de gota
fría".
Y
si ya estábamos todos familiarizados con ese término ¿por qué lo cambian ahora
por uno nuevo, “DANA”? La razón está muy clara: “Gota fría” era un fenómeno
frecuente que con mayor o menor intensidad se producía todos los años desde
hace muchas décadas y, claro, eso no se relaciona con “cambio climático” que es
uno de los paradigmas de la “Agenda 2030” que nos están imponiendo. Por eso,
crear un nuevo nombre para este fenómeno atmosférico facilita el ligarlo a la
línea catastrofista del “cambio climático” del que tenemos culpa todos los
ciudadanos pero no las élites, así que debemos aceptar sin rechistar todas las restricciones
que nos impongan, los impuestos y los cambios en el modelo de vida y bienestar.
Pero
fijaros qué cinismo tienen los adalides del “cambio climático”. Por una parte
dicen que lo de cambiar el nombre se hace para “reducir la alarma social
excesiva que generaba su antiguo nombre” y por otra parte nos atemorizan a
diario con la “llegada de una nueva DANA”, en plan catastrofista pidiendo a los
ciudadanos que no salgan de sus casas, cerrando parques cuando “parece que va a
llover”, etc.
Y
no contentos con eso, amplían el concepto de “DANA” (para que sea más catastrófico
aún que la gota fría) diciendo que también incluye “olas de calor,
precipitaciones moderadas o incluso la llegada de polvo en suspensión desde el
continente africano”. O sea, que cualquier cambio del tiempo, por pequeño que
sea, ya es una terrorífica “DANA” consecuencia del cambio climático, sin darse
cuenta que hay personas capaces de razonar y de darse cuenta que “olas de
calor, precipitaciones moderadas, polvo en suspensión, y gotas frías
torrenciales” se han venido dando desde siempre, porque así es el clima de
variado, cambiante y cíclico desde que se formó el planeta Tierra hace más de
4.500 millones de años.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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