Cuando Carlos Trias asumió la presidencia de AstraZéneca en
España, me faltó tiempo para entrevistarle; era lógico que el nuevo equipo (la
mayor parte no lo conocía) estuviese deseoso por conocerlo un poco mejor y así,
a lo largo de una dilatada entrevista, repasó los aspectos de mayor interés. De
aquella entrevista me quedo con su respuesta a dos preguntas que se me antojan
modélicas y que, por tanto, otros muchos directivos deberían seguir (siempre y
cuando esas palabras se correspondan con hechos, que en su casó así lo fue, en
vez de quedarse en mera palabrería):
¿Qué cambios más llamativos lleva el pasar a ser, de
golpe, uno de los líderes del mercado farmacéutico?
Una mayor responsabilidad, en estos momentos debemos
ejercer un liderazgo en cuanto a políticas y estrategias, gestión de los
recursos económicos, humanos y de los procesos que avalen la situación de
liderazgo que hemos adquirido.
¿Qué mensaje especial le gustaría transmitir a todo el equipo que forma la nueva compañía?
En primer lugar agradecer personalmente a todo el
equipo no tan solo la dedicación y esfuerzo que ha invertido, sino también su
comportamiento. Está demostrando el liderazgo que supone ser una de las
principales compañías en el mercado farmacéutico mundial, no solo a nivel de
los resultados económicos sino también
por el comportamiento y valores del equipo humano; y debemos seguir
demostrándolo.
Para ello debemos ser capaces de satisfacer las necesidades
de empleados, clientes, proveedores, accionistas y sociedad en general,
consiguiendo la lealtad y fidelidad de nuestros clientes a través de un enfoque
claro en sus necesidades, y potenciando además la implicación de todos los
miembros de la organización a través de valores compartidos, de una cultura
de confianza, autonomía de decisión, mejora, innovación y aprendizaje continuos.
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