(El Inefable) Según
el psiquiatra Alberto Pertusa, del Hospital de Bellvitge (Barcelona),
“hasta un 4% de la población mundial puede
sufrir Síndrome de Acumulación, aunque no hay unos criterios de diagnóstico
establecidos y éste es un área poco conocida”. Porque ¿qué es el Síndrome de
Acumulación?
Se trata de un
comportamiento obsesivo compulsivo por acumular todo tipo de objetos (muebles,
libros, ropa, utensilios, etc.) hasta tal punto que llegan a dificultar el uso
de los muebles o el desplazamiento normal por la vivienda. Objetos que para
otra persona serían claramente desechables, para estas personas resulta
imposible desprenderse de ellos. Una persona con este síndrome tendrá su casa
llena de montañas de cajas, papeles, objetos, etc. en todas partes: encima de
las mesas, en las sillas, debajo de las mesas, en los pasillos, etc. llegando a
ocupar en muchas ocasiones más del 70% del espacio de dicha vivienda por la que
habrá que circular sorteando estas crecientes montañas de objetos.
Estas personas padecen un
fuerte sentimiento de culpa, miedo y disgusto ante la simple idea de tener que
desprenderse de alguno de esos objetos, e incluso albergan hacia los mismos
sentimientos de responsabilidad y afecto, como si de seres vivos se tratara.
Las personas con Síndrome de Acumulación niegan, no reconocen, que padecen este
problema aunque por otra parte son reacias a invitar a amigos o familiares a su
casa. Además, se muestran reacias a cualquier intento de tratamiento o ayuda,
antes al contrario, perciben dichos intentos como una agresión que les refuerza
más aún en su postura.
Para el doctor en psicología Héctor Lara,
académico de la facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de
México, esta conducta de acumular cosas se puede deber a un mecanismo de
defensa que mantiene las emociones del paciente controladas: “Es un problema de
aprendizaje social y de personalidad, es una respuesta al estímulo ambiental,
es tan sencillo como el dinero que detona en la avaricia o el número de
conquistas amorosas que uno pueda tener. Es un reforzador social que tiene que
ver con ese nivel de aceptación. La obsesión por tener cosas que no vas a
usar”.
Y
es que el acaparador compulsivo no sólo atribuye valor a objetos que otros
considerarían basura, sino que también les da un valor emocional que le impide
desprenderse de ellos, e incluso reconoce que no sirven para nada pero podrían
tener alguna utilidad en el futuro.
La
principal diferencia entre el Síndrome de Acumulación y el Síndrome de
Diógenes, es que en este último caso se ha llegado a tal extremo que se sale en
busca de objetos e incluso de basura para guardarla y se descuida la higiene y
la alimentación personal.
Lo
primero e imprescindible para abordar el tratamiento es que el paciente esté
dispuesto a ser ayudado. En principio no es necesario llegar a la medicación
farmacológica (que sería útil para tratar enfermedades asociadas como la
depresión, ansiedad, etc.) sino que suele ser suficiente con psicoterapia para descubrir por qué el
paciente acapara y cómo cambiar su comportamiento.
Como indica el Dr. Pertusa, “las personas que
lo sufren parecen normales y fuera de sus hogares no parece que tengan ningún
problema; sólo cuando se va a sus casas se descubre que están abarrotadas de
objetos inservibles o sin valor. Todos podemos sentir la necesidad de guardar
objetos con un determinado valor sentimental para nosotros. El problema se
produce cuando esta necesidad dificulta nuestro día a día, cuando la acumulación
de objetos hace impracticable nuestra casa y cuando nos sentimos avergonzados
de recibir visitas en casa porque entendemos que la situación no es normal”.
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