viernes, 8 de diciembre de 2017

La dieta mediterránea reduce el riesgo de cáncer gástrico

(AZprensa) La dieta mediterránea podría reducir el riesgo de padecer cáncer gástrico, el tercer tumor con mayor mortalidad en el mundo por su baja tasa de supervivencia tras el diagnóstico, según ha evidenciado una investigación llevada a cabo por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.

En esta investigación se ha explorado la relación entre el riesgo de tener un adenocarcinoma gástrico y tres patrones de dieta que caracterizan los hábitos alimentarios de la población española. Por un lado, el patrón Occidental (alto consumo de  productos lácteos grasos, granos refinados, carne procesada, bebidas azucaradas, dulces, comida preparada y salsas); por otro lado, el patrón Prudente, característico de personas que parecen estar preocupadas por su peso y consumen productos lácteos bajos en grasas, granos integrales, frutas, verduras y zumos; y finalmente, el de los individuos que siguen un patrón Mediterráneo, que presentan también un elevado consumo de frutas y verduras, pero añaden a su dieta pescado, patatas hervidas, legumbres y aceite de oliva y prefieren consumir las frutas enteras en lugar de ingerirlas en zumos.

Los participantes del estudio MCC-Spain con una alta adherencia al patrón de dieta Occidental mostraron el doble de riesgo de desarrollar un adenocarcinoma de estómago que los individuos con una baja adherencia a esta dieta. Por otro lado, una alta adherencia al patrón de dieta Prudente, no se asoció con el riesgo de este tumor; mientras que los participantes con adherencias altas al patrón Mediterráneo presentaron la mitad de riesgo de desarrollar un tumor maligno de estómago que aquellos con adherencias bajas.

Según apunta Adela Castelló, “Este último resultado es especialmente importante puesto que indica que para prevenir el cáncer gástrico no es suficiente con consumir una gran cantidad de frutas y verduras sino que además hay que añadir a la dieta productos ricos en grasas saludables como el pescado o el aceite de oliva y otros productos típicos de la dieta mediterránea como las legumbres”.

Los resultados de este estudio confirman la necesidad de transmitir a la población que se debe reducir el consumo de los alimentos propios de patrón Occidental y aumentar la ingesta de alimentos característicos del patrón Mediterráneo. Según la Dra. Castelló, “moderar el consumo de lácteos grasos, granos refinados (pan, pasta y arroz blancos), carnes procesadas (embutidos, hamburguesas, salchichas, etc.), refrescos azucarados, zumos, dulces, comida preparada y salsas, en favor de una dieta con una alta presencia de frutas enteras, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, podría reducir el riesgo de padecer cáncer de estómago a la mitad”.

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