(AZprensa)
En los meses de verano también pueden aparecer reacciones alérgicas al frío,
por ejemplo como consecuencia de baños en agua fría, el contacto con objetos
congelados o la ingestión de alimentos o bebidas frías. “Se caracteriza por
picor, ronchas e hinchazón en la zona al entrar en contacto con temperaturas
bajas. Aparece de forma inmediata y desaparece entre 30 minutos y dos horas
siguientes a la reacción, cuando la piel se calienta de nuevo”, explica la
doctora Mercedes Escarrer, miembro del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y
Alergia Cutánea de la SEICAP.
Este
tipo de reacciones alérgicas representan el 3% de las urticarias crónicas,
según datos de SEICAP y, según un estudio de la Sociedad Española de
Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) la urticaria a frigore se produce con más frecuencia
durante o después de la inmersión en el agua e incluso puede suponer una
amenaza para la vida.
En
estos casos se aconseja evitar los cambios bruscos de temperatura y llevar la
medicación adecuada. “Deben evitarse situaciones de riesgo como zambullirse de
golpe en agua fría, lanzándose a la piscina o al mar, y no tomar bebidas frías,
cubitos de hielo o helados”, aconseja la doctora Escarrer.
Para su
diagnóstico, la prueba más utilizada es el test del cubito de hielo que
consiste en aplicar hielo, de manera controlada y envuelto, en el antebrazo del
niño durante 5 minutos y pasados 10 observar si se produce reacción. “La prueba
es sencilla, pero debe realizarse de manera controlada y en la consulta del
especialista, ya que es él quien debe interpretar de manera correcta la
reacción y evitar que se produzcan quemaduras con el hielo”, advierte. Para el
tratamiento se utilizan antihistamínicos como hidroxicina o cetirizina.
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