viernes, 26 de septiembre de 2025

El Síndrome de Diógenes: Más allá del desorden

(AZprensa) Imagina una casa repleta de objetos acumulados, desde periódicos viejos hasta ropa inservible, envases vacíos y restos de comida, todo apilado sin orden ni lógica aparente. Las ventanas apenas dejan pasar la luz, y el olor es abrumador. Esta es la imagen que suele venir a la mente cuando se habla del Síndrome de Diógenes, un trastorno psicológico complejo que va mucho más allá de la acumulación de cosas.
 
¿Qué es el Síndrome de Diógenes?
 
El Síndrome de Diógenes es un trastorno del comportamiento que se caracteriza por la acumulación compulsiva de objetos (a menudo inservibles), el descuidado extremo de la higiene personal y del hogar, y un aislamiento social voluntario. Lleva el nombre del filósofo griego Diógenes de Sinope, conocido por su vida minimalista, aunque irónicamente las personas con este síndrome acumulan en exceso. Afecta principalmente a personas mayores (sobre todo mayores de 65 años), aunque puede presentarse en cualquier edad, y no distingue entre géneros ni clases sociales.
 
No se trata simplemente de ser "desordenado" o "descuidado". Quienes lo padecen suelen vivir en condiciones insalubres, rodeados de basura, y muestran una falta de conciencia sobre su situación. Por ejemplo, pueden no percibir el mal olor o el peligro de vivir entre acumulación de desperdicios. Además, tienden a rechazar ayuda externa, incluso de familiares o servicios sociales, lo que complica su tratamiento.
 
Características principales
 
El síndrome se manifiesta a través de varios signos, que pueden variar en intensidad:
Acumulación patológica: Las personas recolectan objetos sin valor práctico (periódicos, ropa vieja, envases) y se resisten a deshacerse de ellos, incluso cuando ocupan todo el espacio habitable.
Descuidado de la higiene: Tanto la personal (no bañarse, no cambiarse de ropa) como la del hogar (cocinas inutilizables, baños obstruidos).
Aislamiento social: Evitan el contacto con otros, rechazan visitas y pueden mostrarse desconfiados o hostiles ante intentos de ayuda.
Negación del problema: No reconocen que su estilo de vida es insalubre o peligroso, lo que dificulta cualquier intervención.
Deterioro cognitivo o emocional: Aunque no siempre está presente, puede haber signos de demencia, depresión u otros trastornos asociados.
 
Por ejemplo, un caso típico podría ser el de una persona mayor que vive sola, acumula basura por miedo a "necesitar algo después" y evita salir de casa o recibir visitas, convencida de que todo está bajo control.
 
¿Por qué ocurre? Las posibles causas
 
El Síndrome de Diógenes no tiene una causa única, sino que suele ser el resultado de una combinación de factores psicológicos, sociales y biológicos:
Trastornos psicológicos subyacentes: Puede estar asociado a trastornos como la depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o incluso esquizofrenia. En algunos casos, la acumulación es una forma de "llenar un vacío" emocional.
Traumas o pérdidas: La muerte de un ser querido, la jubilación o la pérdida de un rol social pueden desencadenar el síndrome, especialmente en personas mayores que se sienten solas o abandonadas.
Deterioro cognitivo: Enfermedades como la demencia frontotemporal o el Alzheimer pueden afectar el juicio y la capacidad de organización, contribuyendo al descuidado.
Factores sociales: La soledad, el aislamiento y la falta de redes de apoyo (familia, amigos) son un caldo de cultivo. En una sociedad que a veces margina a los mayores, el síndrome puede ser una respuesta extrema al abandono percibido.
Personalidad previa: Algunas personas con rasgos obsesivos o tendencia al aislamiento tienen mayor riesgo.
 
Un dato curioso: aunque se asocia a personas mayores, también se han documentado casos en adultos jóvenes, especialmente en contextos de estrés extremo o trastornos psiquiátricos no tratados.
 
Impacto y complicaciones
 
Vivir con el Síndrome de Diógenes no solo afecta a la persona, sino también a su entorno. Las condiciones insalubres pueden provocar problemas de salud (infecciones, enfermedades respiratorias, caídas por desorden) y riesgos de seguridad (incendios, plagas). Los vecinos pueden quejarse por olores o acumulación de basura, lo que lleva a conflictos o intervenciones de servicios sociales. Además, el aislamiento emocional refuerza el ciclo: cuanto más se aíslan, menos probable es que acepten ayuda.
 
¿Cómo se aborda? Un desafío delicado
 
Tratar el Síndrome de Diógenes requiere paciencia, empatía y un enfoque multidisciplinario, ya que la persona afectada suele resistirse al cambio. Algunas estrategias incluyen:
Evaluación médica y psicológica: Es clave descartar demencia, depresión u otros trastornos. Un psiquiatra o geriatra puede determinar si hay una causa subyacente tratable.
Intervención social: Los servicios sociales suelen involucrarse, limpiando el hogar (con permiso) y ofreciendo apoyo continuo. Forzar la limpieza sin consentimiento puede ser contraproducente.
Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudar a abordar la acumulación compulsiva o el aislamiento, aunque la adherencia es difícil.
Apoyo comunitario: Conectar a la persona con actividades sociales o redes de apoyo puede reducir la soledad. Por ejemplo, un centro de día para mayores puede ser un gran paso.
Sensibilidad y respeto: Las personas con este síndrome no son "vagas" ni "locas". Tratarlas con dignidad, sin juzgarlas, es esencial para ganar su confianza.
 
El Síndrome de Diógenes no es solo acumular basura; es una manifestación de soledad, dolor o deterioro mental. Lejos de ser un tema de burla, merece comprensión y acción. Si conoces a alguien en esta situación, recuerda que detrás del desorden hay una persona que, aunque no lo admita, puede estar pidiendo ayuda a su manera. Con un enfoque humano y profesional, es posible mejorar su calidad de vida y devolverles un poco de luz a sus hogares y corazones.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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