(AZprensa) Según acaba de comprobar por primera vez la sonda espacial Dawn, el planeta enano Ceres (situado en el cinturón de asteroides entre marte y
Júpiter) está geológicamente vivo. En concreto se ha detectado
un aumento de hielo superficial en la pared del cráter Juling (de 20 kilómetros
de diámetro) en el corto espacio de un año.
Las
observaciones obtenidas por el espectrómetro de mapeo visible e infrarrojo
(VIR) de la nave espacial Dawn encontraron previamente hielo de agua en una
docena de sitios en Ceres. El nuevo estudio reveló la abundancia de hielo en la
pared norte de Juling Crater, un cráter de 20 kilómetros de diámetro. Las
nuevas observaciones, realizadas desde abril hasta octubre de 2016, muestran un
aumento en la cantidad de hielo en la pared del cráter. El hielo de agua no es
estable en la superficie de Ceres durante largos períodos de tiempo a menos que
esté oculto en las sombras, tal como sucede en este caso.
Se
sabe que Ceres tiene una corteza de aproximadamente 40 kilómetros de espesor y
es rica en agua, sales y, posiblemente, compuestos orgánicos. La sonda Dawn
encontró previamente carbonatos, comunes en la superficie del planeta, que se
formaron dentro de un océano. Los carbonatos de sodio, por ejemplo, dominan las
regiones brillantes en el cráter Occator, y se ha encontrado material de
composición similar en el cráter Oxo y Ahuna Mons. Como estos carbonatos
necesitarían millones de años para deshidratarse, esto significa que son recientes.
La
gran diversidad de materiales, hielo y carbonatos, expuestos a través de
impactos, desprendimientos de tierra y criovulcanismo sugiere que la corteza de
Ceres no es uniforme en su composición. Estas heterogeneidades se produjeron
durante la congelación del océano original de Ceres, que formó la corteza, o
más tarde como consecuencia de grandes impactos o intrusiones criovolcánicas.
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