(AZprensa)
Una colaboración entre el Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) y la
Universidad de Harvard ha revelado que la vocación, los lazos familiares, la
espiritualidad y la religión, se asocian positivamente con el florecimiento
humano —una evaluación multidimensional del bienestar— en médicos que empiezan
su residencia (MIR).
El
estudio, basado en una encuesta a 743 nuevos médicos residentes, pone de manifiesto
una prevalencia preocupante de depresión (21%) e ideación suicida (3%). Los
autores instan a incorporar factores personales y emocionales en los programas
de formación para proteger la salud mental de los futuros facultativos.
La
investigación, liderada por el Dr. Manuel Martínez-Sellés, catedrático de
medicina y presidente del ICOMEM y el profesor Tyler J. VanderWeele de la
Universidad de Harvard, se acaba de publicar en el Journal of Clinical
Medicine.
Para
medir el bienestar, los autores emplearon un cuestionario diseñado por el
ICOMEM y el “Índice de Florecimiento Seguro”, que abarca seis dimensiones:
salud física y mental, felicidad, sentido de propósito, relaciones personales,
virtud y estabilidad económica.
Los
resultados evidencian que los MIR se auto asignan valores medios muy elevados
para vocación e importancia de la familia (>9,2/10), mientras que
espiritualidad y religión presentan valores intermedios (5,2-6,5).
Los
médicos con depresión o ideación suicida obtuvieron puntuaciones más bajas en
estos cuatro dominios, aunque las diferencias solo fueron significativas en la
relación depresión-menor identificación religiosa.
El
“Índice de Florecimiento Seguro” promedio fue de 8,2/10, con valores más bajos
en varones y en aquellos con depresión o ideación suicida. El florecimiento se
asoció de forma moderada con vocación/familia y de forma débil con
espiritualidad/religión.
El
Dr. Martínez-Sellés subraya que “el bienestar de los médicos residentes no solo
repercute en su salud personal, sino también en la calidad asistencial que
ofrecen a sus pacientes” Añade que la
espiritualidad y la religión pueden desempeñar un papel protector,
fortaleciendo la resiliencia frente a la presión emocional y profesional
inherente a la práctica médica. También fomentar los lazos familiares o
intentar seleccionar estudiantes con vocación podrían tener un efecto positivo.
El
estudio propone que el florecimiento humano se promueva de manera explícita
durante la formación médica, a través de iniciativas orientadas a reforzar el
sentido de propósito, el equilibrio emocional, las relaciones interpersonales y
la conexión con los valores personales de los futuros médicos.
Link
del estudio: https://www.mdpi.com/2077-0383/14/20/7147
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