Morante de la Puebla, vandalizado

(AZprensa) El pasado domingo, tras cortar dos orejas a su segundo toro, Morante de la Puebla se dirigió al centro del ruedo y escenificó su retirada. De su faena y de su trayectoria como uno de los grandes toreros de la historia no vamos a hablar porque ya lo han hecho, y con merecimiento, otros muchos medios de comunicación. De lo que vamos a hablar aquí es de lo que no ha dicho nadie… el ataque de unos vándalos, gentuza sin educación, que deslució su retirada e incluso pudo causarle graves daños físicos.
 
Yo no sé qué vería la gente en la plaza y en sus alrededores, o qué vería en televisión, pero yo voy a dar fe de lo que vi, y las fotos y vídeos lo corroboran:
 
Con el cuerpo dolorido tras la brutal cogida, continuó con pundonor la faena y la culminó con éxito. No pudo resistirse a esa clásica forma de homenajear a los triunfadores que es sacarlo de la plaza a hombros lo cual, en su estado físico (pudo haber tenido lesiones internas), era una temeridad; tendría que haber ido directamente a la enfermería para someterse a un reconocimiento médico. Aun así dejó que lo llevasen y lo zarandeasen miles de seguidores que lo llevaron en hombros, y con continuos zarandeos, hasta su hotel.
 
Pero el espectáculo más bochornoso que se vivió y se pudo ver (aunque sorprende que ningún medio de comunicación haya dicho nada al respecto) fue contemplar cómo cientos de manos de energúmenos, sin ninguna educación ni respeto, comenzaron a arrancarle colgantes y bordados del traje (un traje de torero suele costar de media unos 3.500 euros, con precios que oscilan entre los 1.800 euros y los 6.000 euros). Por televisión pudieron verse los tirones que pegaban para arrancarle trozos al traje y cuando llegó a las afueras de la plaza ya le habían arrancado todos los colgantes e incluso una hombrera completa (ver foto).
 
He visto salir a muchos toreros por la puerta grande, izados a hombros por sus seguidores, pero nunca había visto semejante horda de salvajes destrozar el traje del que se suponía que era su ídolo. ¿Es esta la juventud que tenemos? ¿Son estos los que van a heredar nuestro planeta? ¿Qué clase de educación han recibido?
 
Morante de la Puebla no se merecía esa despedida. Por su bien, espero que sólo recuerde todo lo que sucedió hasta que culminó su última faena, no el calvario y la ignominia que tuvo que padecer después.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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