(El Inefable) El químico e investigador del CSIC, Avelino Corma, premio
Príncipe de Asturias 2014, no se cansa de divulgar todo lo que la química puede
hacer en beneficio de la sociedad, una “química verde” que según expone “tiene,
entre otros objetivos, conseguir el máximo aprovechamiento de las materias
primas de partida , llevar a cabo los procesos utilizando la mínima cantidad de
energía, minimizar los residuos obtenidos en la reacción y, cuando se obtienen
residuos, lograr reciclarlos y convertirlos en compuestos útiles o
descomponerlos en moléculas no contaminantes”.
Sobre el papel descontaminador de la química pone como ejemplo cómo
“hace años, con los motores de gasolina se emitían a la atmósfera óxidos de nitrógeno
e hidrocarburos volátiles que causaron graves problemas de contaminación en el
aire de las grandes ciudades. Estamos hablando de los años 70. Por ejemplo,
Londres y Los Ángeles eran el prototipo; la atmósfera en estas ciudades era
casi irrespirable. La química aportó la solución al problema, que provino desde
dos direcciones: por un lado, desarrolló catalizadores para disminuir la
cantidad de azufre y nitrógeno en los combustibles, especialmente en la
gasolina. Por otro, desarrolló los catalizadores para tratar las emisiones en
automóviles que convertían los óxidos de nitrógeno en nitrógeno y agua, y
llevaban a cabo la combustión de los hidrocarburos convirtiéndolos en CO2 y
agua. La química y la catálisis tuvieron un impacto directo en la mejora de la
calidad del aire en nuestras ciudades”.
Con relación a las energías renovables se objeta que aún son muy
costosas y por eso se utilizan poco. Sobre este punto, no obstante, se muestra
optimista y confiesa que “creo que de manera continua irá aumentando el
porcentaje de participación de las renovables en la energía total que
consumimos” y continúa explicando que “si vamos a utilizar energías renovables,
por ejemplo la solar, podremos obtener toda la energía que queramos a partir
del sol, pero solo la obtendremos cuando haya sol. Por la noche no podremos y
cuando esté nublado tampoco. La solución es el almacenamiento de la energía. Si
eres capaz de almacenarla, después podrás utilizarla cuando quieras. Por tanto,
al hablar de energía, hay que tener en cuenta estos dos aspectos”.
De cómo afronta la química los grandes desafíos del cambio climático,
expone que: “La química está desarrollando materiales para obtener células
fotovoltaicas mejores, cada vez con mayor rendimiento. En definitiva, distintos
materiales que nos permitan utilizar la luz para producir energía por distintos
medios. La química está obteniendo polímeros para poder hacer esto, materiales
semiconductores inorgánicos, materiales semiconductores híbridos (orgánicos e
inorgánicos), para transformar la energía lumínica en energía eléctrica. Y
también materiales para directamente, a partir de la energía lumínica, romper
el agua (disociarla) en hidrógeno y oxígeno. Además, la energía eólica se
utiliza para producir electricidad y a partir de esta obtener hidrogeno del
agua. Este hidrogeno se podría quemar con oxígeno para producir energía y agua,
o se podría hacer reaccionar con CO2 en presencia de un catalizador
para obtener hidrocarburos o alcoholes, por ejemplo”.
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