Aquél laboratorio farmacéutico en el que comencé mi vida
laboral era la unión del “Instituto Farmacológico Latino”, un laboratorio
español que mantenía estrechas relaciones con otros laboratorios entre ellos el
italiano Angelini Francesco, y el laboratorio investigador radicado en Palo
Alto (California), Syntex.
Era uno de los laboratorios farmacéuticos más importantes de
España; ocupaba el puesto número 10 del ranking aunque a nivel de marketing era
de los más avanzados, de hecho, ya se hablaba en aquella época (1972) de
segmentación de mercados, mercados de prueba, individualización de la visita, Product
Manager, etc. Y, precisamente como Jefe de Producto y un sueldo bruto de 6.000
pesetas mensuales, empecé. Después, Syntex y Latino se separaron, marchando los
primeros a Barcelona. Entonces yo me quedé como Jefe de Promoción en Madrid, en
el Instituto Farmacológico Latino. Y finalmente, Syntex tomó las riendas y
trasladó todo a Barcelona y yo me busqué otro laboratorio. Pero sigamos con la
historia...
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