jueves, 31 de marzo de 2022

Las únicas empresas que se callan cuando las pisotean

(AZprensa) El mundo de la política se ha enrarecido y hemos entrado en eso que se ha dado en llamar “judicialización de la política”, es decir, buscar irregularidades cometidas por el partido contrario para demandarlo; y como el que demanda también es a su vez demandado, entramos en una espiral de “y tú más”. De esta forma, todo se queda en que si yo he hecho algo mal, tú has hecho también mal esto otro, y como a los votantes los toman por tontos, se creen que con eso es suficiente para que les sigan votando. (Un momento… parece que van a tener razón… los votantes debemos ser tontos, porque a pesar de esto les seguimos votando… ¿o es que no hay otra alternativa?).
 
Pero no nos desviemos, la judicialización ha llegado también al mundo de las empresas, por ejemplo, al mundo de los laboratorios farmacéuticos. Hace unas décadas, los laboratorios contrataban de vez en cuando un abogado para resolver algún caso puntual… hoy en día, los abogados ya forman parte de la plantilla y cada vez adquiere más poder su departamento.
 
Decía uno de los grandes directivos de la industria farmacéutica, Sir Tom McKillop, que “el interés actual se centra mucho en encontrar a alguien a quien echar la culpa y, siempre que sea posible, demandarle si algo va mal”. Y resulta que esto lo decía hace 20 años, así que ya te puedes hacer una idea de la visión preclara que tenía acerca del futuro que aguardaba a la industria farmacéutica. Porque esa es otra, la industria farmacéutica es el tonto al que todos echan las culpas.
 
Si el presupuesto de Sanidad es muy alto, la culpa es por el precio desorbitado de las medicinas (sin reconocer que un paquete de chicle cuesta más que un fármaco para la hipertensión) y sin reconocer lo que ya gritaba hace años a los cuatro vientos este directivo: “La mayor parte del dinero que se gasta actualmente es en visitas y hospitalizaciones, no en medicación. El uno por ciento del producto nacional bruto se destina a medicinas. No creo que sea mucho. La gente gasta más en alcohol”.
 
Esto es una verdad como un templo: el gasto en medicinas es una ínfima parte de lo que se gasta en sanidad, pero se le echa la culpa como si fuera el único y principal responsable de la incompetencia en la gestión de los responsables políticos. ¿Y por qué se hace esto? Pues por eso, porque la industria farmacéutica es “el tonto del pueblo”, es la única empresa que se calla cuando la pisotean y que acepta sin rechistar todas las trabas que les ponen para el ejercicio de su labor.
 
¿Quieres detalles concretos? Pues aquí van unos cuantos:
1.- Cuando quieren que le aprueben la comercialización de un nuevo medicamento, todo son trabas e impedimentos que dan como resultado que dicho medicamento se lanzará antes en otros muchos países (los pacientes españoles serán de los últimos en beneficiarse de esos nuevos medicamentos).
2.- Cuando quieren que le aprueben el precio de ese medicamento que por fin le autorizan a comercializar, le regatean y regatean hasta que al final le conceden el precio más bajo de Europa.
3.- Cuando ya tiene el medicamento en el mercado, con el precio más bajo de Europa, se encuentran no sólo con que no pueden subir el precio conforme la inflación sino que le obligan a bajar el precio todos los años si es que quieren que se recete en la Sanidad pública que es la que controla el 90 por ciento del mercado. Y cada año se encontrará con una nueva rebaja.
4.- Cuando expira la patente (*) y salen los genéricos, la Sanidad pública da siempre prioridad a los genéricos, aunque el laboratorio original baje otra vez más el precio hasta dejarlo igual que el de los genéricos.
5.- La forma que tienen los laboratorios de promocionar sus medicamentos es a través de sus Visitadores Médicos, y estos se encuentran cada día con más impedimentos para hacer su trabajo: les limitan el número de visitadores que pueden atender los médicos, las horas de vista, las veces en que pueden hacerlo a lo largo del año, e incluso les obligan a hacerlo no de forma individualizada sino a modo de presentaciones a todo el servicio perdiéndose así la intimidad del trato personal y cercano.
6.- Está fiscalizada y autorregulada la promoción a los médicos, controlándose qué tipo de regalos se pueden hacer (siempre de muy bajo coste y relacionados con el ejercicio de la medicina), así como las ayudas que los laboratorios dan a los médicos para su formación, asistencia a congresos, etc.
7.- Como son los “tontos del pueblo”, los médicos, las sociedades científicas, los colegios de médicos, las asociaciones de pacientes… todos, les piden constantemente que les editen libros, que patrocinen sus actividades, etc. ¿Y qué obtiene el laboratorio a cambio del dinero que eso le cuesta? Pues sólo que aparezca su logotipo en un lugar no demasiado visible, porque los laureles de tal acción no recaerán nunca en el laboratorio que sólo está ahí para “pagar”.
8.- Los laboratorios tienen prohibido dirigir información de sus medicamentos directamente al público; pero cualquier periodista puede hablar y escribir lo que le parezca sobre esos  medicamentos.
9.- Cuando surge algún problema con un medicamento, nunca se da voz a los responsables del laboratorio, sino que serán los tertulianos de televisión quienes se conviertan en expertos médicos para aleccionar al público. Y si se invita a algún médico, será uno ajeno al laboratorio, de tal forma que nunca conoceremos la versión de la parte interesada.
10.- Siempre oiréis hablar de “todo lo que ganan los laboratorios”, pero nunca oiréis hablar de: Todo el dinero que año tras año dedican a investigación; de lo que cuesta sacar un nuevo medicamento al mercado; de que sacar un nuevo medicamento al mercado no garantiza su éxito comercial y por tanto que sea suficiente para recuperar la inversión realizada; de los miles de vidas que salvan y de cómo mejoran la calidad de vida de las personas; de cómo su precio es el más bajo de Europa; etc.
 
¿Quieres que siga? Yo creo que ya hay bastante. Y ante todos estos ataques, prohibiciones, etc. ¿qué hace la industria farmacéutica? Pues se calla y ya sabemos ese refrán castellano que dice “el que calla otorga” con lo cual, aunque no sea cierto en este caso, al callarse la industria transmite a la sociedad el mensaje que ellos son los culpables.
 
Ya lo dijo hace muchos años Sir Tom McKillop: “Políticamente, la industria farmacéutica es un blanco fácil”.

(*) Las patentes para los medicamentos se introdujeron para defender a las compañías que invertían dinero en investigación y descubrían un nuevo producto. Esto les suponía un plazo de 20 años durante el cual ningún otro laboratorio competidor podría copiar su medicamento y sacarlo al mercado a un precio más bajo puesto que al ser una copia se ahorraba todo el dinero y riesgo de la inversión en I+D. Pero resulta que ese plazo de “exclusividad” empieza a contar desde el mismo instante en que se descubre el nuevo fármaco; como a partir de ahí viene todo el proceso de desarrollo para comprobar que es eficaz y seguro, lo cual lleva varios años. Esto se traduce en que cuando ese nuevo fármaco sale al mercado (suponiendo que haya llegado hasta el final superando con éxito todas las fases) sólo le quedan ocho años de media de exclusividad real antes de que empiecen a copiárselo otros laboratorios. En esos ocho años tendrá que vender lo suficiente como para amortizar todo el dinero invertido y conseguir unas ganancias adicionales que le permitan seguir invirtiendo en la investigación de otros nuevos productos.
 

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miércoles, 30 de marzo de 2022

La muerte de Rosetta aún dará mucho que hablar

(AZprensa) Fue un 30 de septiembre de 2016 cuando finalizó la aventura de la nave Rosetta, la primera que ha logró llegar hasta un cometa, orbitar alrededor de él, enviar datos, posar con éxito un módulo en su superficie y, finalmente, morir estrellándose contra el cometa para obtener las últimas informaciones antes de que su alejamiento del Sol la dejase inutilizada. Aquello nos permitió contemplar –como nunca antes habíamos tenido oportunidad de hacerlo- imágenes de la superficie de un cometa, en este caso concreto, el cometa llamado 67P/Churyumov-Gerasimenko.
 
En su viaje de casi 8.000 kilómetros, la sonda sobrevoló tres veces la Tierra y una vez Marte, se cruzó con dos asteroides, resistió 31 meses de hibernación en el espacio profundo y fue capaz de enviar el módulo de aterrizaje Phileas y transmitir numerosa información. Sin embargo, como el cometa seguía alejándose del Sol (el cual era necesario para alimentar las baterías de la nave) Rosetta estaba condenada irremediablemente a una muerte segura, por lo que decidieron que tuviese una muerte heroica. Una vez cumplida su misión, la nave fue programada para estrellarse contra la superficie del cometa y obtener nuevos datos del entorno de gas, polvo y plasma más cercano a la superficie del cometa, y ese último acto aportaría datos adicionales para conocer mejor la estructura y componentes internos del cometa.
 
Han pasado ya varios años de aquel hito histórico en el campo de la exploración espacial pero los datos enviados por Rosetta fueron tantos, que aún llevará más años estudiarlos todos para conocer un poco mejor cómo es el universo que nos rodea.
 
En la imagen: Fotografía de la superficie del cometa tomada por el módulo de aterrizaje de la sonda Rosetta. La primera vez que el ser humano consiguió tomar fotografías desde la superficie de un cometa.
 


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martes, 29 de marzo de 2022

De poco valen las predicciones

(AZprensa) Lo vemos cada día en las predicciones del tiempo; por mucho que traten de afinar es muy difícil que acierten y por ello se ven obligados a informar hasta tres veces al día, y cada vez con una predicción distinta. Lo mismo sucede en el mundo empresarial; todos los departamentos de estudios de mercado hacen sus predicciones de ventas para evaluar cómo y dónde deben posicionar sus productos… y estos estudios hay que repetirlos una y otra vez, actualizarlos constantemente porque en cuestión de meses quedan desfasados por acontecimientos imprevistos.
 
Uno de los grandes directivos de la industria farmacéutica, Sir Tom McKillop, recordaba una vez que “en 1978, en un simposio (“Medicamentos para el año 2000”), se hicieron algunas fantásticas predicciones, pero no se tuvo en absoluto en cuenta la aparición de nuevas enfermedades, tales como el Sida” y añadía que “incluso cuando su línea es correcta, es fácil sobreestimar la rapidez del cambio”.
 
Todo cambia tan deprisa que las predicciones no tienen validez, salvo que se estén haciendo predicciones casi a diario.
 

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lunes, 28 de marzo de 2022

Los pediatras han pasado de ver sólo niños a ver “adultescentes”

(AZprensa) Cada vez hay menos pediatras y sin embargo cada vez les amplían más el número de pacientes que atender, llegando –como en la actualidad- hasta los 18 años. Por eso el pediatra Germán Castellano comentan que su atención sanitaria llega hasta la “adultescencia”: “Yo suelo decir que la adolescencia es un misterio envuelto en un enigma dentro de una incógnita, y en los últimos tiempos ha ocurrido algo muy curioso:  Hay tres adolescencias, de 12 a 14, de 14 a 16 y de 16 a 18 años. Ahora el pediatra tiene que actuar hasta los 18 años, hay cada vez más trabajo, y hay un grupo que yo llamo ‘los adultescentes’, adolescentes prolongados que no se van de las casas de sus familias”.
 
Con relación a este grupo de pacientes adolescentes o casi, el Dr. Castellano cita un estudio muy explicativo del cambio que se está produciendo en la juventud:
“En relación con la salud, la Universidad de Harvard realizó durante 75 años un estudio continuo del desarrollo humano con 268 estudiantes sanos, graduados entre 1939 y 1944, y 456 hombres nacidos en barriadas de Boston y sin antecedentes penales. Se les sometió a múltiples pruebas y estudios médicos y psicológicos a ellos y a sus descendientes, llegando a la conclusión de que los que más años vivían y con menos enfermedades eran los que tenían estos hábitos: seguían aprendiendo, no abusaban del alcohol, no fumaban, no estaban gordos, aprendieron a superar las adversidades de la vida y amaron y fueron amados. Así de simple en apariencia. Se han escrito docenas de libros de ese trabajo. A los adolescentes solo hay que enseñarles esto. Sin embargo, la Encuesta del Ministerio de Sanidad de este año sobre el uso de drogas entre los alumnos de Enseñanza Secundaria indica que el 71,9% de los jóvenes cántabros de entre 14 y 18 años reconoce haber tomado alcohol alguna vez (en 2019 eran el 77%); que el consumo de alcohol entre las menores cántabras supera al de los chicos y llega hoy al 79%; y que el 51% de las chicas se ha emborrachado en el último año frente al 39% de los chicos”.
 
A lo largo de más de medio siglo ejerciendo como pediatra, el Dr. Castellano ha visto a más de 20.000 niños y ha realizado cientos de miles de consultas, por eso habla con conocimiento  de causa: “Yo creo que tanta tecnología no es buena, hay una verdadera adicción, están enganchados a los teléfonos, me han llamado ayer –porque aún lo hacen-, porque una niña no duerme porque se va con la tablet a la cama”. 
 
Y en cuanto a las enfermedades a las que se enfrentan a diario los pediatras, señala que “la relación de los pediatras con niños y familias no ha cambiado, lo que ha cambiado son las patologías.  Hay mucha patología mental y psicológica, pero no por la pandemia, es anterior, desde hace unos 15 años. También ha aumentado la obesidad y el sobrepeso, en la actualidad hay un 18 por ciento de niños obesos y un 40 por ciento con sobrepeso debido a la mala alimentación y a la vida sedentaria. Y quiero destacar que la obesidad es una pandemia y la principal causa de mala salud evitable en el mundo. Por el contrario, han disminuido las enfermedades infecciosas”.
 
Lo que sí hay –añade- es “una sobreprotección enorme por parte de los padres” e incluso muchos “padres invasivos que no permiten a sus hijos que fracasen”, y por supuesto, una enorme carga asistencial.
 
Estas declaraciones han sido realizadas al Colegio de Médicos de Cantabria y, aunque el Dr. Castellano quiere mantener el optimismo, finaliza con la siguiente frase pronunciada por Séneca en el siglo IV antes de Cristo: “Nuestros jóvenes tienen pésimos modales, aman el lujo, muestran poco respeto por los superiores, prefieren la conversación insulsa al ejercicio,  son los tiranos y no los siervos de los hogares,  no se levantan cuando alguien entra en su morada, no respetan a los padres, conversan entre si cuando están en compañía de los mayores, devoran la comida y tiranizan a sus maestros”.
 
Por eso surge la pregunta inevitable: “¿Ha cambiado algo el ser humano en los últimos 2.400 años o seguimos exactamente igual?”
 

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domingo, 27 de marzo de 2022

Si quieres un empleo o mantenerlo… utiliza un nombre falso

(AZprensa) Si estás buscando trabajo o ya tienes uno y quieres conservarlo, ten mucho cuidado con las Redes Sociales y con todo lo que escribes en ellas o en cualquier otro lugar de Internet, porque aunque parezca inofensivo se puede volver en tu contra.
 
Hoy en día, todos los departamentos de Recursos Humanos revisan el historial de los candidatos e incluso el de sus propios empleados a través del rastro que dejan en Internet y, en especial, en las redes sociales. Esos comentarios que haces, tus opiniones, los detalles de tu vida que tan alegremente expones a todo el mundo, e incluso hasta el más inocente de los chistes, pueden arruinar tu futuro laboral.
 
Vivimos bajo la dictadura de lo “políticamente correcto” y cualquier cosa, por inocente que parezca, si va contra el orden establecido, es decir, contra el pensamiento único que nos imponen, hará que tu currículum se descarte en ese proceso de selección al que con tanta ilusión te habías apuntado, o que llame la atención de tus jefes y te llamen al orden e incluso tomen cualquier tipo de represalia.
 
Lo mejor que puedes hacer, si tantas ganas tienes de escribir y compartir todo lo que se te antoje en las redes sociales, en tus blogs, o en cualquier sitio de Internet, es que te abras una cuenta de correo con un nombre y perfil falso, y a partir de ahí podrás sentirte un poco libre sin temor a cargarte tu futuro profesional. En realidad es muy fácil: abres una cuenta de correo con nombre falso, luego abres cuenta en tus redes sociales con nombre igualmente falso e incluso con fecha de nacimiento inventada, y desde ese perfil falso podrás desahogarte y exponer todo lo que piensas.
 
Lo que tampoco conviene hacer es publicar tus fotos personales, porque por ahí también podrían localizarte. Publica fotos en donde tú no aparezcas y si tantas ganas tienes de que alguien te vea, envíaselas sólo a tus amigos de más confianza por cualquier otro medio, pero nunca las dejes al libre acceso del ojo de Gran Hermano que nos vigila.
 
PD 1.- Cuando ya tengas muchos años y estés jubilado como yo, podrás escribir y publicar con tu nombre y hasta con tu cara todo lo que te dé la gana, porque al llegar a la jubilación ya no hay futuro “profesional” que nadie pueda arruinar.
PD 2.- Si cuando lees esto ya es tarde y has publicado muchas cosas con tu cara y con tu nombre, dedícate a borrarlas para que quede la menor huella posible de lo que has hecho.
PD 3.- Pero si quieres convertir los inconvenientes en ventajas, borra todo lo que hayas hecho y abre dos tipos de nuevas cuentas: Unas con nombre falso para decir todo lo que quieras, y otras con tu nombre y cara para decir aquello que se espera de ti profesionalmente, es decir, todo aquello que pueda redundar en mejorar tu perfil profesional.
 

“El legado farmacéutico de Alfred Nobel”, esta es la historia de AstraZéneca y de los empleados que la hicieron posible. Que te sirva de ejemplo.
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sábado, 26 de marzo de 2022

El nuevo nombre de la publicidad “Corporativa” ó “Institucional”

(AZprensa) Hay una batalla interminable dentro de las empresas farmacéuticas entre los que defienden (que son mayoría) dedicar recursos a la red comercial para que los médicos receten sus productos; y los que defienden (que son minoría) que todo eso está muy bien pero también hay que dedicar recursos a la imagen corporativa.
 
Una acción de promoción tiene resultado directo en ventas, es algo que se puede medir; en cambio, una acción de imagen corporativa no tiene ningún efecto inmediato y medible en ventas. Sin embargo la imagen corporativa transmite y hace que vaya calando en el destinatario algo tan esencial como la “confianza”, y sin este valor añadido, la confianza, nadie comprará ningún producto o como es en este caso, ningún médico recetará un producto.
 
La imagen corporativa hace que nos familiaricemos con una empresa y sus productos a través de su logotipo, de sus colores, de su estilo gráfico, de sus mensajes… y todo ello hace que nos vayamos familiarizando con la misma de una forma agradable y positiva. Todos nosotros, cuando vamos a comprar algo y podemos elegir entre varias marcas, nos decantaremos la mayor parte de las veces por aquella marca que nos resulta familiar, que la hemos visto muchas veces, de la que hemos oído hablar… de esa marca que –en definitiva y por todo lo apuntado- nos da confianza. Es algo tan sencillo como esto: lo conocido da confianza, lo desconocido no.
 
Son muy pocos los laboratorios que dedican presupuesto a la publicidad corporativa, y los que dedican algo de presupuesto, ese algo que dedican es muy poco. Pero afortunadamente hace años se abrió una nueva vía para hacer “publicidad corporativa” aunque con otro nombre: Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Con ese nombre tan rimbombante las agencias de publicidad y de comunicación sí que han sabido vender a los laboratorios la necesidad de proyectar una imagen positiva y socialmente responsable ante la sociedad. Y los laboratorios han entrado por el aro, cegados por el resplandor de tan exuberantes palabras.
 
Pero bueno, más vale eso que nada. A fin de cuentas, toda acción de RSC es una acción de publicidad corporativa y contribuye a mejorar la imagen de la empresa y a generar confianza en el público.
 
Por eso me vienen a la memoria las palabras de Sir Tom McKillop, uno de los máximos dirigentes de la industria farmacéutica, cuando dijo: “La reputación del grupo y la seguridad y confianza de aquellos con quienes se relaciona, son de gran importancia para el negocio”.
 
Como ha dicho muchas veces este directivo, las empresas deben ser además “un buen vecino” y contribuir en la medida de sus posibilidades a la mejora de la comunidad en donde desarrollan su actividad.
 

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viernes, 25 de marzo de 2022

Periodismo: un gran poder que entraña una gran responsabilidad

(AZprensa) Es una auténtica paradoja que cualquier periodista pueda escribir lo que quiera sobre cualquier medicamento y que ese texto llegue al público general así sin más, porque sí. En cambio, a los laboratorios farmacéuticos que son quienes han investigado, descubierto, desarrollado y comercializado esos medicamentos, no les dejan informar directamente al público general.
 
Estamos hablando de “información” no de “publicidad”. Es comprensible que las Autoridades sanitarias no quieran que se haga publicidad de medicamentos de prescripción, porque la publicidad incita al consumo y los medicamentos de prescripción no son ningún producto de consumo, sino unas herramientas para curar enfermedades o paliar síntomas y sólo se deben tomar bajo supervisión médica. Pero no estamos hablando de “publicidad” sino de “información”, y esto último es algo a lo que debería acceder el paciente. Porque los pacientes deberían conocer, deberían estar informados acerca de su salud, de sus enfermedades, de los medicamentos que les recetan. ¿Por qué no va a poder informarles de esos medicamentos quien más sabe de ellos? Porque los laboratorios que los han investigado, descubierto, desarrollado y comercializado saben más de esos medicamentos que los médicos. Y aun así no les dejan dar “información” y prefieren que se la den los periodistas.
 
Me vienen a la memoria unas palabras de Sir Tom McKillop, uno de los máximos dirigentes de la industria farmacéutica, cuando dijo –dirigiéndose a los periodistas- que “en la comunicación con los pacientes, los periodistas desempeñan un papel clave, así que esa es vuestra parte del trabajo”.
 
Sólo queda, pues, esperar de los periodistas que asuman esa responsabilidad, que acudan a las fuentes que más saben de los medicamentos (los laboratorios farmacéuticos) y que transmitan de la mejor manera posible todas aquellas informaciones que no les dejan hacer directamente a los laboratorios.

 

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jueves, 24 de marzo de 2022

Lo que más vale en una empresa son sus empleados

(AZprensa) Es muy raro oír hablar a un alto dirigente en estos términos: “El principal activo de una compañía son sus empleados”. O en estos otros: “Casi el 90 por ciento del valor de las compañías está en sus empleados. Es el capital intelectual que tienen los empleados lo que las hace tan valiosas”.
 
Sí, has leído bien. Esas son frases de Sir Tom McKillop, uno de los grandes directivos de la industria farmacéutica (antes en AstraZéneca y ahora en el laboratorio farmacéutico español Almirall). Para él, los empleados eran importantes y por eso decía (y luego lo demostraba con hechos) cosas como esta: “Tenemos que hacer que nuestra compañía sea el tipo de compañía en la que todo el mundo quiere trabajar”.
 
Y trasladó a todas las filiales de la multinacional que dirigía unas directrices muy claras y muy pocas veces (yo diría que ninguna) vistas: delegar; motivar a los empleados para aporten su creatividad e iniciativas; animarles a que tomen decisiones sin temor a equivocarse por temor a represalias; reducir el papeleo, los trámites burocráticos y el tener que pedir siempre autorización al jefe.
 
¿Cuándo has visto algo así? Bueno, pues una vez sí lo hubo, sí existió este tipo de dirección  Y lo decía bien claro: “Necesitamos ser más productivos, menos burocráticos, más rápidos, y asegurarnos de que capacitamos a nuestros empleados para que tomen decisiones sin que tengan que consultarnos demasiado”.



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miércoles, 23 de marzo de 2022

¿De qué va la industria farmacéutica?

(AZprensa) Para responder a esta pregunta podría escribirse mucho, pero hay una frase muy sencilla que lo resume todo perfectamente:
 
“Cuando escuchas anécdotas de pacientes o conoces a pacientes que dicen ‘gracias’, entiendes de qué trata nuestra industria; esto es lo que la hace mágica”.
 
Esta frase la pronunció Sir Tom McKillop, uno de los grandes dirigentes d ela industria farmacéutica, quien comenzó desde abajo en la antigua Imperial Chemical Industries (ICI), que luego sería Zéneca y más tarde AstraZéneca. Después de aquello ocupó otros cargos relevantes en el mundo económico y empresarial para regresar de nuevo al mundo de los laboratorios farmacéuticos, esta vez en una industria española: Almirall.

 

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martes, 22 de marzo de 2022

¿Por qué hay que usar con cuentagotas los nuevos antibióticos?

(AZprensa) Tenía razón en lo que escribía ayer, al menos en la conclusión cuando decía que todo iba a seguir igual: los médicos reservando los nuevos antibióticos para casos extremos, y los laboratorios invirtiendo su dinero en otras áreas terapéuticas más rentables que la antibioterapia. Y la razón me la acaba de dar la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
 
La EMA acaba de presentar  un informe sobre la reserva de determinados antimicrobianos para el tratamiento en humanos, a fin de luchar contra el problema de las resistencias a los antibióticos.
 
Resumiendo, propone hacer una lista de antibióticos de reserva exclusiva para tratamiento en seres humanos basado en estas tres condiciones:
1.- Dejar esos antibióticos sólo para el tratamiento de infecciones que hagan peligrar la vida de las personas, y para aquellas situaciones en que no existan tratamientos alternativos o estos sean muy escasos.
2.- Que no se presente un riesgo de transmisión de la enfermedad de animales a humanos.
3.- Que no tengan un impacto negativo en la salud pública o en la salud animal.
 
Y en este club no sólo entrarán a formar parte del mismo los antibióticos que cumplan los tres puntos anteriores, sino también los antivirales, antifúngicos y antiprotozoarios que reúnan los citados tres requisitos indispensables.
 
Se pone freno, igualmente, a la costumbre generalizada de utilizar determinados antibióticos tanto para las personas como para los animales, y dejan bien claro que los antibióticos que entren en esa lista se excluirán completamente del contexto veterinario; es decir: cualquier antimicrobiano de la lista jamás se podrá usar en ningún animal.
 
Se impondrán igualmente restricciones a las importaciones y la esta lista será una base para ello. Aunque haya productos que dejen de utilizarse en la UE, si se usan en otros lugares, la lista será un instrumento básico para restringir las importaciones.
 
Pero que nadie crea que esto es un capricho. El problema de las resistencias a los antibióticos es muy grave. Según el informe “Investigación Global sobre la Resistencia a los Antimicrobianos” (GRAM) más de 1,2 millones de personas murieron en 2019 como resultado directo de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. Y si esto sigue así, se estima que para el año 2050 morirán 10 millones de personas cada año por culpa  de las resistencias a los antibióticos.
 
Un análisis publicado en la revista “The Lancet” señala que la resistencia a los antibióticos es ahora una de las principales causas de muerte en todo el mundo, por encima del sida o la malaria.
 
La resistencia a dos clases de antibióticos que se utilizan como primera línea de tratamiento en infecciones graves, como son las fluoroquinolonas y los antibióticos betalactámicos, representan más del 70 por ciento de las muertes causadas por resistencias.
 
Y si hablamos de las principales bacterias causantes, tenemos en la lista al E. coli, S. aureus, K. pneumoniae, S. pneumoniae, A. baumannii y P. aeruginosa, como responsables de 929.000 muertes directas. A estos se unirían otras bacterias resistentes a la meticilina, entre las que destaca el Staphylococcus aureus (S. aureus) responsable de más de 100.000 muertes directas.
 
Ojalá hubiese otra forma de evitar este problema; que fuésemos todos capaces (médicos y pacientes) de ser responsables y utilizar correctamente los antibióticos; y así los laboratorios invertirían grandes sumas de dinero para descubrir nuevos y mejores antibióticos. Pero como la experiencia nos demuestra que esto no es posible, sólo nos quedan medidas restrictivas y cortoplacistas como estas, para que lo poco bueno que hay disponible (antibióticos sin o con muy pocas resistencias) se utilicen con cuentagotas para que mantengan su eficacia; aunque esto signifique que los laboratorios sigan huyendo de investigar en este campo. Es un círculo sin salida.
 



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lunes, 21 de marzo de 2022

¿Por qué no se descubren nuevos antibióticos?

(AZprensa) Quizás nos hayamos preguntado alguna vez por qué no se descubren nuevos antibióticos, mientras que en otras áreas terapéuticas (cardiología, oncología, digestivo, etc.) sí que se producen avances terapéuticos relevantes. La razón es muy sencilla, pero también compleja: En primer lugar porque se investiga muy poco en antibioterapia y por eso sólo muy de tarde en tarde se descubre algún nuevo antibiótico. 

¿Y por qué se investiga poco? Los laboratorios farmacéuticos no son ONGs (como muchos políticos y mucha gente cree) sino empresas comerciales en las que los inversores arriesgan su dinero esperando obtener beneficios. Por consiguiente, los accionistas quieren que se investigue en aquellas áreas terapéuticas en donde se pueda obtener beneficio y esas son casi todas, excepto antibioterapia.
 
¿Y por qué no es rentable invertir en la investigación de antibióticos? Pues aquí viene la verdadera razón (aunque luego señalaremos a los culpables): Porque cuando se descubre un nuevo antibiótico y se consigue su aprobación, los médicos dicen “¡qué bueno es este nuevo antibiótico! ¡Vamos a guardarlo en un cajón y a utilizarlo sólo cuando fallen los otros antibióticos!”. Es decir, en vez de utilizarlo en las indicaciones para las que estaría recomendado, deciden guardarlo como un tesoro y usarlo solo en casos excepcionales, cuando todo lo demás haya fracasado.
 
¿Y por qué hacen esto? Porque si empezasen a utilizarlo de forma general (lo que sí daría beneficio al laboratorio descubridor, como sucede con otras clases de medicamentos) comenzarían a aparecer resistencias bacterianas al mismo y poco a poco iría perdiendo su eficacia. Por eso, prefieren utilizarlo sólo en casos excepcionales para que no pierda eficacia y pueda realmente salvar vidas (aunque esas pocas ventas, por muchas vidas que salven, nunca serán suficientes para amortizar todo el dinero que el laboratorio se gastó en descubrirlo y comercializarlo).
 
¿Y por qué pierden eficacia los antibióticos? Pues aquí es donde aparecen los culpables. Aparecen resistencias cuando el médico lo receta de forma masiva, para muchas afecciones que se resolverían con otro antibiótico o con ninguno. Y aparecen resistencias cuando el paciente empieza a saltarse tomas, o no lo toma en los intervalos de tiempo que le ha dicho el médico, o interrumpe el tratamiento antes de lo que le dijo el médico. Al hacer esto, las bacterias encuentran resquicios para sobrevivir, aprenden la lección y se hacen resistentes.
 
En definitiva: el mal uso que médicos y pacientes han venido haciendo de los antibióticos ha conducido a la proliferación de resistencias a los mismos, y por eso, cuando se descubre un nuevo antibiótico, los médicos no quieren que pase lo mismo y lo recetan muy poco, y como lo recetan muy poco (con todo lo que ha costado llegar a descubrirlo), los laboratorios prefieren investigar en otras áreas terapéuticas.
 
Por lo tanto, si queremos que la industria farmacéutica vuelva a invertir grandes sumas de dinero en la investigación de antibióticos, lo primero que se necesitaría sería educación y responsabilidad por parte de los pacientes, y también por parte de los médicos.
 
Vista así la cosa, está claro que –tal como es el ser humano- no hay solución y todo seguirá como hasta ahora. Y si no… mañana hablaremos más sobre el tema.


 

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domingo, 20 de marzo de 2022

El hombre es el nuevo sexo débil

(AZprensa) Las feminazis lo han conseguido: el hombre es el nuevo sexo débil. Las políticas de “igualdad” y todos los miles de millones que llevan gastados en las mismas están dando sus frutos. Entramos en una nueva era en donde las mujeres tendrán supremacía sobre el hombre en todos los terrenos.
 
Uno de los ejemplos más recientes lo tuvimos ayer: 19 de marzo. En esa fecha se celebraba siempre el “Día del Padre” y era un día festivo. Este año, no ha habido “Día del Padre” sólo ha habido “19 de marzo”, un día laborable como otro cualquiera. En los colegios, los niños siempre preparaban un dibujo para felicitar a su padre; este año no.
 
Me comentaba una persona que preguntó en el colegio la razón, y le dijeron simplemente que se celebraba el “Día de la familia” y el “Día de la Madre”, pero que el “Día del Padre” no se celebraba. Personalmente yo también pude comprobar cómo el 19 de marzo ningún niño salía del colegio con un dibujo para felicitar a su padre, y en el colmo de los absurdos contemplé como el día anterior habían salido del colegio con un dibujo para celebrar “San Patricio”, que es el patrón de Irlanda. Así que resulta que estamos erradicando nuestras fiestas, nuestras raíces, nuestra cultura, y la sustituimos por las de otros países. Todo muy lógico.
 

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Un ejemplo más de egocentrismo

(AZprensa) ¿Sabes qué es una Unidad Astronómica (UA)? Pues es un claro ejemplo de egocentrismo: tomarnos a nosotros mismos como centro del universo y como modelo único. Por eso la UA es una medida inventada por la Unión Astrofísica Internacional y que consiste en medir el universo en base a la distancia que separa la Tierra del Sol. Una UA mide 149 millones de kilómetros, o más exactamente 149.597.870.000 metros. 

Pero este no es el único ejemplo de egocentrismo; también lo es -por ejemplo- llamar "soles" a las estrellas, olvidando que "Sol" es simplemente el nombre de la estrella que da luz y vida a nuestro planeta ya que todos los cuerpos similares al Sol son "estrellas". Y lo mismo puede decirse de esa manía de llamar "lunas" a los satélites que orbitan alrededor de muchos planetas; eso no son "lunas" porque "Luna" es el nombre de nuestro satélite y cada satélite descubierto tiene su propio nombre, aunque sólo se trate al principio de unas simples siglas. Por consiguiente no hay "soles" porque sólo hay un Sol que es el nuestro, el cual es una simple estrella; y no hay "lunas" porque Luna es el nombre de nuestro satélite y existen miles de millones de satélites en el universo y a cada uno que se descubre se le da su propio nombre.
 

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El mundo iría mejor si…


(AZprensa) Hay muchas cosas de este mundo que no nos gustan, pero ¿podría ir mejor el mundo? Veamos una sencilla reflexión… El mundo iría mejor:
 
1.- Si los políticos entendiesen que la palabra “oposición” no significa decir siempre que no, aunque en el fondo se esté de acuerdo.
 
2.- Si cada vez que competimos en algo no miramos el resultado final sino sólo si nos hemos superado a nosotros mismos.
 
3.- Si tratásemos a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros (Nota.- Este punto no aplica a los masoquistas).
 
4.- Si fuésemos capaces de respetar las opiniones de los demás, y dejásemos que cada cual tuviese sus opiniones aunque fuesen diferentes e incluso opuestas a las nuestras.
 
5.- Si no tratásemos de imponer a los demás nuestra forma de actuar y de pensar.
 
6.- Si cada día nos lo planteásemos como un reto para adquirir nuevos conocimientos (vía, estudio, lectura, trabajo, etc.) y compartiésemos con los demás nuestros progresos (sólo para informarles, no para imponerles nada).
 
7.- Si en vez de tanta palabrería, dejásemos que fuesen nuestros actos quienes hablasen por nosotros.
 
8.- Si fomentásemos la iniciativa privada y la creatividad, y dejásemos libertad de acción con responsabilidad.
 
9.- Si en vez de decir “voy a hacer” dijésemos “he hecho”.
 
10.- Y en definitiva, si entendiésemos que hay dos palabras mágicas para cambiar el mundo: educación y respeto.
 
Visto todo lo anterior, cabe concluir que el mundo irá mejor cuando la raza humana se haya extinguido.
 
Información relacionada: https://palabrasinefables.blogspot.com/2020/09/yo-no-soy-como-tu.html
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sábado, 19 de marzo de 2022

Las pandemias no duran eternamente, pero hay que seguir vigilando

(AZprensa) El doctor Jorge Calvo Montes, del servicio de Microbiología del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander) es optimista respecto al fin de la pandemia, pero advierte que es necesario seguir vigilando y no desmontar las estructuras por un afán mal entendido de “ahorrar”. Estos son algunos de los comentarios y mensajes lanzados a través de una entrevista con el Colegio de Médicos de Cantabria:
 
“La pandemia ha tenido un impacto brutal en la organización del Servicio de Microbiología, tanto en la adecuación de unos espacios físicos insuficientes, como en la necesidad de nuevos recursos humanos, y el continuo aprendizaje y evaluación de nuevas técnicas de diagnóstico de COVID”.
 
“Para darnos una idea del incremento explosivo de la actividad del Servicio de Microbiología, en el año 2019 el número de pruebas diagnósticas eran poco más de 400.000 anuales, y el año pasado supusieron más de 1.100.000 pruebas, lo que resulta en un incremento de casi un 175% en sólo 2 años. Pero más allá de esos números, la carga de trabajo ha sido muy superior debido a la especial complejidad de las pruebas de diagnóstico molecular, como las pruebas de PCR”.
 
“La aparición de la actual variante Omicron está configurando un nuevo grupo de cepas bastante divergente de las anteriores variantes, y aunque no se debe descartar nuevas variantes, parece que se mantendrá su predominio en los próximos meses. Es importante mantener la estructura actual de vigilancia de nuevas variantes de SARS-CoV-2, que puede ser extensible a otros virus respiratorios como la gripe”.
 
“El riesgo de selección y diseminación de nuevas variantes se mantendrá si no se avanza en la vacunación de las poblaciones de países menos desarrollados, y también es importante la vigilancia del virus en pacientes inmunodeprimidos, porque en éstos pacientes la multiplicación del virus es más prolongada, y por tanto son mayores las oportunidades de aparición de mayor numero de mutaciones en el virus y que podrían emerger como nuevas variantes”.
 
“Las pandemias nunca han durado indefinidamente pero el virus ha llegado para quedarse, no obstante, quiero ser optimista en el sentido que no volverá a tensionar tanto a los sistemas de salud como hasta ahora, pero sería dramático que no aprendamos de las lecciones que nos ha dejado el COVID, y se empiecen a desmontar las estructuras de vigilancia de nuevos microorganismos transmisibles por un criterio economicista mal entendido”.
 

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