(AZprensa) En esta entrevista con el Dr. Javier Gómez
Román, profesor titular de la Universidad de Cantabria y, en la actualidad,
jefe de Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander), nos
explica qué es exactamente la anatomía patológica y cómo se ha convertido en
una herramienta imprescindible
¿Qué es lo que se hace en un servicio de anatomía
patológica?
Simplificando mucho es una fábrica de diagnósticos. Nos
dedicamos a analizar cualquier tipo de muestra biológica, observar las
características morfológicas de las células y los tejidos enfermos mediante el
microscopio, integrar otras técnicas, como las moleculares, analizar la clínica
y emitir un diagnóstico.
Nuestro trabajo ha cambiado mucho, hasta hace muy poco
tiempo sólo teníamos a nuestro alcance herramientas básicas como las
preparaciones histológicas y los microscopios, pero en la actualidad
incorporamos técnicas moleculares e inmunohistoquímicas que nos permiten
analizar en profundidad aspectos como el estado de los ácidos nucleicos y las
proteínas que definen las enfermedades con mayor detalle. Sin embargo, no hemos
dejado de lado las técnicas básicas, seguimos observando la estructura de los
tejidos al microscopio y a partir de las lesiones encontradas construimos
diagnósticos mucho más complejos gracias a las nuevas tecnologías.
¿Cómo se relaciona este trabajo con el tratamiento de los
pacientes?
Podríamos decir que está en la base de la elección del
tratamiento. Sin un buen diagnóstico no se puede aplicar un buen tratamiento,
sobre todo en el campo de la Oncología. Si nosotros somos capaces de
identificar además del nombre, diez apellidos de un tumor, le estamos
facilitando al oncólogo la elección del tratamiento, su efectividad y su
especificidad.
Esta misma forma de trabajar se aplica también cada vez
más en patologías no oncológicas, como las del trasplante o las enfermedades
autoinmunes. Las características morfológicas y moleculares permiten diagnósticos
en las biopsias cada vez más precisos que son la base de la elección del mejor
tratamiento para el paciente.
¿Eso es entonces lo que se conoce como “Medicina de Precisión”?
El diagnóstico del cáncer, hasta hace muy pocos años era
una labor rudimentaria que clasificábamos únicamente utilizando el microscopio
óptico y describiendo la forma de las células. A pesar de esto, éramos capaces
de identificar más de 250 enfermedades diferentes en lo que conocemos como
cáncer. En ese momento las terapias se basaban en métodos poco específicos como
la quimioterapia o la radioterapia en el caso de los tumores en estadio
avanzado. Estos tratamientos genéricos estaban dirigidos fundamentalmente a
destruir las células que se multiplicaban, sin discernir si éstas eran tumorales
o no, de ahí la alta toxicidad.
Ahora las nuevas técnicas moleculares permiten ver qué
características concretas tienen las células tumorales, qué mutaciones
presentan, qué proteínas expresan, y a partir de ahí poder diseñar tratamientos
dirigidos solo a ellas, mucho más específicos.
La Medicina de Precisión consiste en esto, en encontrar
características intimas de las células que sean únicas de ese tumor y de ese
paciente y que permita aplicar el tratamiento más específico dirigido
únicamente para ellas, eliminando efectos secundarios e ingresos de una manera
más eficiente.
En un servicio como el suyo ¿qué volumen de trabajo suele
haber?
Procesamos más de 35.000 biopsias al año y un número
similar de citologías. En el campo del diagnóstico molecular realizamos unas
1500 NGS al año. Su utilidad en algunos campos, como el cáncer de pulmón, viene
dada porque de unos 300 análisis cada año de este tipo de tumor un 35 por
ciento se benefician de este diagnóstico tan preciso, les cambia el
tratamiento.
¿Y qué se hace con los miles de muestras después de su
análisis?
Está todo almacenado. Hace unos años tuvimos que analizar
una muestra del 69 para una paciente con una enfermedad relacionada que se
presentó muchos años después. Incluso
hemos evitado exhumaciones de cadáveres por tener muestras almacenadas para
estudios de patología legal, porque con ellas se puede determinar el ADN, por
ejemplo, o analizar patologías de cáncer hereditario.
¿Por qué no hay muchos estudiantes que quieran hacer esta
especialidad?
Creo que los estudiantes de las universidades todavía no
tienen la idea de lo que es realmente nuestra especialidad, y esta dimensión
nueva que conlleva implicarse con el enfermo y trabajar en equipos
multidisciplinares. Hay déficit de patólogos en todo el mundo quizá porque no
sabemos transmitir la belleza de esta disciplina.
Nuestro trabajo es emocionante, la presión que siente el oncólogo con los pacientes es fuerte y el teléfono aquí está sonando continuamente porque no podemos permitir que el paciente espere por un tratamiento más de lo necesario.
Fuente: Entrevista realizada por el Colegio de Médicos de
Cantabria.
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