viernes, 4 de marzo de 2022

La anatomía patológica es una fábrica de diagnósticos

(AZprensa) En esta entrevista con el Dr. Javier Gómez Román, profesor titular de la Universidad de Cantabria y, en la actualidad, jefe de Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander), nos explica qué es exactamente la anatomía patológica y cómo se ha convertido en una herramienta imprescindible
 
¿Qué es lo que se hace en un servicio de anatomía patológica?
 
Simplificando mucho es una fábrica de diagnósticos. Nos dedicamos a analizar cualquier tipo de muestra biológica, observar las características morfológicas de las células y los tejidos enfermos mediante el microscopio, integrar otras técnicas, como las moleculares, analizar la clínica y emitir un diagnóstico.
 
Nuestro trabajo ha cambiado mucho, hasta hace muy poco tiempo sólo teníamos a nuestro alcance herramientas básicas como las preparaciones histológicas y los microscopios, pero en la actualidad incorporamos técnicas moleculares e inmunohistoquímicas que nos permiten analizar en profundidad aspectos como el estado de los ácidos nucleicos y las proteínas que definen las enfermedades con mayor detalle. Sin embargo, no hemos dejado de lado las técnicas básicas, seguimos observando la estructura de los tejidos al microscopio y a partir de las lesiones encontradas construimos diagnósticos mucho más complejos gracias a las nuevas tecnologías.
 
¿Cómo se relaciona este trabajo con el tratamiento de los pacientes?
 
Podríamos decir que está en la base de la elección del tratamiento. Sin un buen diagnóstico no se puede aplicar un buen tratamiento, sobre todo en el campo de la Oncología. Si nosotros somos capaces de identificar además del nombre, diez apellidos de un tumor, le estamos facilitando al oncólogo la elección del tratamiento, su efectividad y su especificidad.
 
Esta misma forma de trabajar se aplica también cada vez más en patologías no oncológicas, como las del trasplante o las enfermedades autoinmunes. Las características morfológicas y moleculares permiten diagnósticos en las biopsias cada vez más precisos que son la base de la elección del mejor tratamiento para el paciente.
 
¿Eso es entonces lo que se conoce como “Medicina de Precisión”?
 
El diagnóstico del cáncer, hasta hace muy pocos años era una labor rudimentaria que clasificábamos únicamente utilizando el microscopio óptico y describiendo la forma de las células. A pesar de esto, éramos capaces de identificar más de 250 enfermedades diferentes en lo que conocemos como cáncer. En ese momento las terapias se basaban en métodos poco específicos como la quimioterapia o la radioterapia en el caso de los tumores en estadio avanzado. Estos tratamientos genéricos estaban dirigidos fundamentalmente a destruir las células que se multiplicaban, sin discernir si éstas eran tumorales o no, de ahí la alta toxicidad.
 
Ahora las nuevas técnicas moleculares permiten ver qué características concretas tienen las células tumorales, qué mutaciones presentan, qué proteínas expresan, y a partir de ahí poder diseñar tratamientos dirigidos solo a ellas, mucho más específicos.
 
La Medicina de Precisión consiste en esto, en encontrar características intimas de las células que sean únicas de ese tumor y de ese paciente y que permita aplicar el tratamiento más específico dirigido únicamente para ellas, eliminando efectos secundarios e ingresos de una manera más eficiente.  
 
En un servicio como el suyo ¿qué volumen de trabajo suele haber?
 
Procesamos más de 35.000 biopsias al año y un número similar de citologías. En el campo del diagnóstico molecular realizamos unas 1500 NGS al año. Su utilidad en algunos campos, como el cáncer de pulmón, viene dada porque de unos 300 análisis cada año de este tipo de tumor un 35 por ciento se benefician de este diagnóstico tan preciso, les cambia el tratamiento. 
 
¿Y qué se hace con los miles de muestras después de su análisis?
 
Está todo almacenado. Hace unos años tuvimos que analizar una muestra del 69 para una paciente con una enfermedad relacionada que se presentó muchos años después.  Incluso hemos evitado exhumaciones de cadáveres por tener muestras almacenadas para estudios de patología legal, porque con ellas se puede determinar el ADN, por ejemplo, o analizar patologías de cáncer hereditario.
 
¿Por qué no hay muchos estudiantes que quieran hacer esta especialidad?
 
Creo que los estudiantes de las universidades todavía no tienen la idea de lo que es realmente nuestra especialidad, y esta dimensión nueva que conlleva implicarse con el enfermo y trabajar en equipos multidisciplinares. Hay déficit de patólogos en todo el mundo quizá porque no sabemos transmitir la belleza de esta disciplina.
Nuestro trabajo es emocionante, la presión que siente el oncólogo con los pacientes es fuerte y el teléfono aquí está sonando continuamente porque no podemos permitir que el paciente espere por un tratamiento más de lo necesario. 
 
Fuente: Entrevista realizada por el Colegio de Médicos de Cantabria.
 

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