(AZprensa) El polvo del desierto ha cubierto hoy España
de una capa de polvo rojizo y ha dado al aire un color y opacidad más propia de
las tormentas de polvo que se levantan en Marte que del cielo azul a que
estamos acostumbrados en nuestro planeta. Estas situaciones de calima (polvo en
suspensión en el aire) ya se han dado en otras ocasiones pero esta vez ha sido
con mayor intensidad, dando al ambiente una sensación de irrealidad, como de
estar viviendo algo diferente a lo habitual.
En cualquier caso, y hasta que la lluvia limpie el aire y
el suelo, y hasta que nosotros limpiemos nuestras terrazas y ventanas de todo
el polvo acumulado, disfrutemos y –quizás, también ¿por qué no?- de este poema
titulado “Mujeres en la tormenta”:
Se levanta un remolino
de polvo rojo y arena,
todo vuela sin sentido
con el viento del desierto.
El desierto de la vida
las deja solas... sin ellos.
Se han marchado los maridos,
los hijos ya ni se acuerdan,
sólo se oyen sus gritos:
Mujeres en la tormenta.
El paisaje no es el mismo
enturbiado por las penas,
los árboles están desnudos,
ya no quedan ni hojas secas,
todas volaron muy lejos
de ese círculo que ahora
ellas forman con su fuerza.
Ellas son lo que ha quedado
en medio de la tormenta.
Fuente: (“Arquitecto de emociones”, Vicente Fisac. Amazon)
Ilustración: Pintura al óleo de Raquel Godoy
de polvo rojo y arena,
todo vuela sin sentido
con el viento del desierto.
El desierto de la vida
las deja solas... sin ellos.
los hijos ya ni se acuerdan,
sólo se oyen sus gritos:
Mujeres en la tormenta.
enturbiado por las penas,
los árboles están desnudos,
ya no quedan ni hojas secas,
todas volaron muy lejos
de ese círculo que ahora
ellas forman con su fuerza.
en medio de la tormenta.
Ilustración: Pintura al óleo de Raquel Godoy
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