(AZprensa) Quizás nos hayamos preguntado alguna vez por qué no se descubren nuevos antibióticos, mientras que en otras áreas terapéuticas (cardiología, oncología, digestivo, etc.) sí que se producen avances terapéuticos relevantes. La razón es muy sencilla, pero también compleja: En primer lugar porque se investiga muy poco en antibioterapia y por eso sólo muy de tarde en tarde se descubre algún nuevo antibiótico.
¿Y por qué se investiga poco? Los laboratorios
farmacéuticos no son ONGs (como muchos políticos y mucha gente cree) sino
empresas comerciales en las que los inversores arriesgan su dinero esperando
obtener beneficios. Por consiguiente, los accionistas quieren que se investigue
en aquellas áreas terapéuticas en donde se pueda obtener beneficio y esas son casi
todas, excepto antibioterapia.
¿Y por qué no es rentable invertir en la investigación de
antibióticos? Pues aquí viene la verdadera razón (aunque luego señalaremos a
los culpables): Porque cuando se descubre un nuevo antibiótico y se consigue su
aprobación, los médicos dicen “¡qué bueno es este nuevo antibiótico! ¡Vamos a
guardarlo en un cajón y a utilizarlo sólo cuando fallen los otros antibióticos!”.
Es decir, en vez de utilizarlo en las indicaciones para las que estaría recomendado,
deciden guardarlo como un tesoro y usarlo solo en casos excepcionales, cuando
todo lo demás haya fracasado.
¿Y por qué hacen esto? Porque si empezasen a utilizarlo
de forma general (lo que sí daría beneficio al laboratorio descubridor, como
sucede con otras clases de medicamentos) comenzarían a aparecer resistencias
bacterianas al mismo y poco a poco iría perdiendo su eficacia. Por eso,
prefieren utilizarlo sólo en casos excepcionales para que no pierda eficacia y
pueda realmente salvar vidas (aunque esas pocas ventas, por muchas vidas que
salven, nunca serán suficientes para amortizar todo el dinero que el
laboratorio se gastó en descubrirlo y comercializarlo).
¿Y por qué pierden eficacia los antibióticos? Pues aquí
es donde aparecen los culpables. Aparecen resistencias cuando el médico lo
receta de forma masiva, para muchas afecciones que se resolverían con otro antibiótico
o con ninguno. Y aparecen resistencias cuando el paciente empieza a saltarse
tomas, o no lo toma en los intervalos de tiempo que le ha dicho el médico, o
interrumpe el tratamiento antes de lo que le dijo el médico. Al hacer esto, las
bacterias encuentran resquicios para sobrevivir, aprenden la lección y se hacen
resistentes.
En definitiva: el mal uso que médicos y pacientes han
venido haciendo de los antibióticos ha conducido a la proliferación de resistencias
a los mismos, y por eso, cuando se descubre un nuevo antibiótico, los médicos
no quieren que pase lo mismo y lo recetan muy poco, y como lo recetan muy poco
(con todo lo que ha costado llegar a descubrirlo), los laboratorios prefieren
investigar en otras áreas terapéuticas.
Por lo tanto, si queremos que la industria farmacéutica
vuelva a invertir grandes sumas de dinero en la investigación de antibióticos,
lo primero que se necesitaría sería educación y responsabilidad por parte de los
pacientes, y también por parte de los médicos.
Vista así la cosa, está claro que –tal como es el ser
humano- no hay solución y todo seguirá como hasta ahora. Y si no… mañana
hablaremos más sobre el tema.
Información relacionada: https://azpressnews.blogspot.com/2022/03/por-que-hay-que-usar-con-cuentagotas.html
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