viernes, 31 de diciembre de 2021

Reflexión

 

Cuanto más actuamos como grupo, 
menos actuamos como individuo.


¡ Feliz Año Usado !

Ojalá que 2022 no se parezca a ninguno de los últimos años porque los de antes eran mucho mejores.

Feliz 1949, 1950, 1951, 1952, 1953, 1954, 1955, 1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1961, 1962, 1963, 1964, 1965, 1966, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973, 1974, 1975, 1976, 1977, 1978, 1979, 1980, 1981, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002 y 2003

jueves, 30 de diciembre de 2021

Compromiso con la investigación

(AZprensa) 
Uno de los pilares fundamentales de la relación entre la industria farmacéutica y la sociedad es el compromiso. Un compromiso de crecimiento y desarrollo solidarios, puesto que el fin de toda compañía farmacéutica, además de generar beneficios a sus accionistas, es –en definitiva- contribuir a la mejora de la salud y de la calidad de vida del conjunto de la sociedad. El éxito comercial de los productos depende de su éxito terapéutico, y sin ambos no existirán ni beneficios ni inversión futura.
 
Este compromiso se canaliza a través de las políticas de Investigación y Desarrollo (I+D), que requieren notables inversiones. De hecho, se cifra en más de 800 millones de dólares el importe que supone la inversión necesaria para desarrollar cada nuevo fármaco, siendo esta además, una inversión de riesgo, toda vez que sólo una pequeña parte de los productos incluidos en los procesos de desarrollo (menos del 10 por ciento) llega finalmente al mercado, y cuando llegan, sólo uno de cada tres consigue alcanzar el éxito comercial capaz de amortizar todo el proceso de investigación y generar a su vez nuevos recursos para que la compañía pueda seguir investigando.
 
Sin embargo, y a pesar de este esfuerzo investigador y compromiso social, las compañías farmacéuticas continúan enfrentándose a problemas de imagen ante la opinión pública. La sociedad percibe a la industria farmacéutica con cierta desconfianza por motivos que van desde la errónea percepción de unos desproporcionados márgenes de beneficios (imprescindibles para su sostenibilidad) a la desconfianza ante ciertas prácticas promocionales. Las empresas farmacéuticas deberían dedicar más esfuerzo a la comunicación, dejándolo en la mano de los expertos, para conseguir transmitir la idea de que los resultados económicos obtenidos son necesarios para asegurar las inversiones en investigación y hacer ver que éstas se materializan en esos fármacos innovadores que la sociedad reclama.
 
Si además una parte de esos beneficios se revierten en acciones de marcado acento social (antes se hacía de una forma desorganizada y ahora se agrupa todo en eso que ha dado en llamarse “responsabilidad social corporativa”) podrá mejorarse la percepción que los ciudadanos tienen de esta industria; eso sí, no basta con hacer esas acciones filantrópicas, además hay que difundirlas suficientemente y de manera acertada.
 
 
 
El compromiso de responsabilidad corporativa se pone de manifiesto con aportaciones como la realizada para los damnificados por las grandes catástrofes sean estas naturales (maremotos, terremotos, etc.) o provocadas (guerras, con sus correspondientes efectos colaterales) que ocupan durante muchos días el centro de la actualidad nacional e internacional. Pero sin casos tan llamativos como esos, la responsabilidad corporativa está presente en muchas y continuas acciones (reforestación de espacios naturales, campañas a favor de los afectados por alguna enfermedad o por los colectivos más débiles de una sociedad, fomento de la investigación, premio a las buenas prácticas, etc.).
 
Por todo ello está claro que el futuro de la industria farmacéutica pasa por fomentar la investigación y ahondar en las prácticas socialmente responsables. Hace ya más de una década que algunos directivos de grandes compañías farmacéuticas internacionales hicieron un llamamiento a las autoridades europeas para establecer una estrategia de investigación biomédica integrada en Europa que incentivase la innovación, contrarrestando así el declive que se observaba en Europa respecto a otros países como Estados Unidos, o frente al despertar de nuevas potencias –como China- que han optado por el apoyo a las compañías investigadoras. No ha sucedido así, y la situación económica de los últimos años no ha venido a ayudar tampoco. En consecuencia, la inversión de las grandes compañías ha buscado nuevos horizontes en donde encuentran más facilidades para montar sus procesos productivos.
 
La industria farmacéutica necesita un marco estable y predecible que permita garantizar la capacidad de inversión en I+D y el crecimiento orgánico de las compañías del sector. Cuando no se opera en este escenario y por el contrario las medidas de la Administración son cortoplacistas (sólo implantan medidas de recorte), se están cercenando las posibilidades de inversión y crecimiento de uno de los sectores industriales que más empleo genera.
 
Con un acuerdo marco en el que estuviesen incluidos todos los agentes políticos, sociales y profesionales del sector, y en el que se recogiesen soluciones a medio-largo plazo, se podría asegurar el futuro de la industria farmacéutica y, por tanto, unos mejores recursos terapéuticos para todos los ciudadanos en el campo de la salud y un aumento del número de puestos de trabajo con la consiguiente estabilidad en los mismos, en el campo económico. Pero lograr ese marco estable requiere un consenso de todas las formaciones políticas, algo que hasta ahora no se ha producido ni siquiera en temas de tanta trascendencia como un Pacto (aunque sea de mínimos) por la Sanidad, que garantice la sostenibilidad del sistema y la equidad en el acceso a las prestaciones, con una misma cartera de productos para todos los ciudadanos independientemente de la Comunidad Autónoma en la que residan.


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miércoles, 29 de diciembre de 2021

El estado catastrófico de Miranda

(AZprensa) Este satélite de Urano parece que ha sido el cuerpo más activo (geológicamente hablando) de todo nuestro sistema solar. Tiene un diámetro de 472 Km. y es casi esférico; sin embargo su superficie está completamente remendada, como si  hubieran cogido distintos trozos de superficie rocosa y los hubieran remedado de forma burda. Se observan, pues, distintos “parches” en su superficie, con cañones de hasta 10 Km. de profundidad, otras regiones de terreno completamente resquebrajadas, y un sinfín de accidentes geográficos que varían de una zona a otra del satélite; una de sus fallas llega hasta los 10 Km. de altura, lo que la convierte en el acantilado más alto del sistema solar. Su aspecto se ha definido también como de “catástrofe” por la enorme cantidad de precipicios, terraplenes, bloques de hielo… uno de sus precipicios mide 20 Km. de altura, el doble que el Everest. Se cree que muchos de estos accidentes han podido formarse por la eyección de surtidores de hielo desde su interior.
 
De los cinco satélites más grandes de Urano, Miranda es el más cercano (orbita a 129.872 Km. de Urano) y sin duda este hecho ha influido, a través del efecto marea, a su intensa actividad geológica que ha conducido a su catastrófico estado actual. En cuanto a su composición, la superficie tiene hielo de agua y en su interior rocas silíceas y compuestos ricos en metano. Tanto su periodo de rotación como de traslación alrededor de su planeta es de 1,4 días.
 
La inclinación de su órbita (4,3º) se considera muy alta para lo cerca que está del planeta y se sospecha que en algún momento de su historia estuvo en resonancia orbital (3:1) con Umbriel y la fricción provocada por las mareas habrían causado el calentamiento interior del satélite y su actividad geológica. Como todos los satélites de Urano es un cuerpo muy oscuro, con un albedo de sólo 0,3.
 
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martes, 28 de diciembre de 2021

Estas son las “razones científicas” que nos obligan a llevar mascarilla al aire libre

(AZprensa) El Gobierno de España ha vuelto a obligar a llevar mascarilla en espacios abiertos, pero ¿cuáles son los argumentos científicos en que se ha apoyado el Gobierno para tomar tal decisión? Hace unos días, el periodista Vicente Vallés se lo preguntó directamente a la ministra de Sanidad y esta respondió que se basaban en un estudio del Instituto de Salud Carlos III, pero ¿qué dice ese estudio?
 
Vamos a tener que explicar un poco este “estudio científico”:
 
1.- En primer lugar hay que aclarar que no es ningún estudio ni mucho menos “científico”; se trata simplemente de una encuesta de opinión que viene realizando periódicamente este centro de investigación dependiente del Gobierno.
 
2.- La encuesta recoge la opinión de 1.000 personas, pero no expertos en salud, sino gente normal y corriente de la calle.
 
3.- En la encuesta se les pedía que valorasen de 1 a 5 si consideraban conveniente usar mascarillas al aire libre (siendo 5 “totalmente de acuerdo en que se lleven” y 1 “no las veo necesarias”).
 
4.- La puntuación media de esta encuesta fue de 2,9 lo que significa que sólo hay unas pocas personas más a favor que en contra.
 
5.- Pero esta encuesta se había realizado anteriormente y en septiembre arrojó un resultado de 2,6 que subió a 3,2 en octubre y ahora ha vuelto a bajar a 2,9.
 
Conclusión: Las 1.000 personas encuestadas no ven el uso de mascarilla al aire libre muy necesario y para colmo la puntuación es inferior a la de la encuesta anterior.
 
Resultado: Al Gobierno no le ha gustado ni el resultado de la encuesta ni que la puntuación haya bajado, así que ha decidido castigar a la población haciendo obligatorio su uso.
 
Inmediatamente todos los medios de “manipulación” han redoblado sus esfuerzos para apoyar esa medida tan “científica” y que la gente deje de pensar por sí misma y se centre solo en seguir obedientemente lo que le diga el Gobierno. 

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En “AZprensa” no publicamos inocentadas

(AZprensa) Desde hace muchos años, los españoles gastan bromas (a las que llamamos “inocentadas”) en este día en que se celebra la festividad de los Santos Inocentes. Desde hace muchos años también, los medios de comunicación se han sumado a esta costumbre e incluyen una de esas “noticias falsas” en sus portadas, lo cual desata una ola de risas, sorpresas, desmentidos, etc… sin poder evitar que muchas personas se las acaben creyendo.
 
Sin embargo, en el momento actual que estamos viviendo (es decir: padeciendo) en España, no nos parece bien sumarnos a esa costumbre, porque para engañar a los ciudadanos se sobra y se basta este Gobierno.
 
Así, pues, en “AZprensa”, mientras sigamos bajo la actual dictadura, no publicaremos ninguna inocentada. ¡Bastantes tenemos ya con las que nos sorprende cada día este Gobierno!

PD.- Si quieres un ejemplo reciente de cómo nos toman el pelo, aquí tienes este: https://azpressnews.blogspot.com/2021/12/estas-son-las-razones-cientificas-que.html
 
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lunes, 27 de diciembre de 2021

El único pueblo del mundo que tiene 3 aeropuertos

(AZprensa) 
¿Conocéis algún pueblo pequeño (pongamos que de unos 18.000 habitantes) que tenga tres aeropuertos? Pues esta es la historia de cómo descubrí que un pequeño pueblo de 18.000 habitantes, situado en el interior de la provincia de Pontevedra (Galicia, España), tenía tres aeropuertos, además de tener un gran puerto marítimo, una estación de tren y unas magníficas comunicaciones por carretera que lo convertían en el centro neurálgico de toda Europa.
 
Cuando en el año 1998 se anunció la fusión entre los laboratorios farmacéuticos Astra y Zéneca, era evidente que la nueva compañía debería desprenderse de aquellas instalaciones que estuviesen repetidas. Así sucedió, por ejemplo, en el caso de España: Zéneca tenía una fábrica en Porriño, un pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra situado a 20 kilómetros de Vigo, y Astra tenía una fábrica en Hospitalet, muy próxima a Barcelona. La central pidió a los responsables de cada fábrica que hiciesen un documento explicando por qué su fábrica debía ser la elegida para seguir funcionando además de ser capaz de fabricar lo de las dos.
 
La fábrica de Astra era moderna, disponía de terrenos suficientes para ser ampliada, estaba muy cerca del aeropuerto de Barcelona (ciudad que además tiene un magnífico puerto marítimo) y perfectamente comunicada tanto con cualquier lugar de España (avión, tren y carretera) como de Europa.
 
La fábrica de Zéneca estaba en el pueblo de Porriño en donde hacía una parada el tren que iba de Madrid a Vigo y otras ciudades importantes de Galicia, tenía buenas comunicaciones por carretera y suficiente espacio adyacente para hacer ampliación de sus instalaciones. Pero como aquello era poco, decidieron adornarlo un poco. De esta forma dijeron que: estaban perfectamente comunicadas con toda Europa gracias al ferrocarril (evidentemente gracias al tren que la unía con Madrid le permitía hacer luego cualquier trasbordo para llegar a cualquier otro lugar); tenían uno de los puertos marítimos más importantes de España (se referían al de Vigo que sólo estaba a 20 kilómetros de distancia); tenían buenas carreteras que la unían con toda España e incluso con Portugal (recalcando que Portugal estaba a muy pocos kilómetros de distancia); y que tenían ¡tres aeropuertos! Sí, has oído bien, ni uno, ni dos, sino tres aeropuertos... y es que daban como propios el aeropuerto de Vigo que era el más cercano, pero también daban como propio el aeropuerto de Santiago de Compostela (total ¿qué son 60 kilómetros de distancia?) e incluso daban como propio el aeropuerto de Oporto, en el norte de Portugal (total ¿qué son 136 kilómetros de distancia y qué importa que uno de esos aeropuertos esté en otro país?).
 
Y llegó el día de la gran decisión en que debían elegir con cuál de las dos fábricas se quedaban. ¿Sabéis cuál fue la decisión final que tomó la  central? Pues eligió como fábrica para España la de Porriño. Sin embargo, creo que más que todos los argumentos que el director de la fábrica gallega esgrimió (incluyendo lo de los 3 aeropuertos) lo que de verdad inclinó la balanza a su favor fue un hecho eminentemente práctico: vender la fábrica de Galicia iba a ser mucho más difícil que vender la fábrica de Hospitalet, no sólo por sus características y ubicación sino porque la de Porriño compartía terrenos con una fábrica de agroquímicos de la misma compañía y además se tenía constancia que un informe medioambiental sería desfavorable a la hora de encontrar compradores ya que aquellos terrenos contenían residuos tóxicos de los agroquímicos que a lo largo de la historia se habían ido fabricando allí y que, si bien ahora se habían extremado al máximo las medidas de seguridad medioambiental, esto no fue siempre así y si un nuevo propietario metía las excavadoras y removía la tierra comenzarían a salir a la luz los residuos tóxicos de lindano, DDT, etc.


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domingo, 26 de diciembre de 2021

Dirigir un periódico crea adicción

(AZprensa) No lo he dicho yo pero estoy de acuerdo: dirigir un periódico crea adicción. Y yo he tenido la suerte de dirigir diversos medios de comunicación a lo largo de mi trayectoria profesional. El primero, y del que más grato recuerdo tengo, fue el diario digital “AZprensa”, un caso único e irrepetible en la historia del periodismo. Se trataba de un diario de información general sanitaria editado por un laboratorio farmacéutico, con la particularidad de que daba noticias de todos los laboratorios y de todo aquello que tuviera interés en el sector sanitario, no sólo de lo relacionado con el laboratorio editor. Esto le dio credibilidad y difusión, llegando a situarse como el segundo diario digital sanitario más leído de España, sólo por detrás de “Diario Médico”. 

A él dediqué muchas horas, mucha imaginación y mucho esfuerzo, pero debo reconocer que más que trabajo fue una fuente constante de satisfacción; porque además contaba con la confianza y el respaldo del presidente de la compañía y me dejaba total libertad para publicar lo que quisiese y como quisiese; y este proyecto duró más de seis años. Jamás ningún otro laboratorio ha hecho algo semejante; los pocos que alguna vez han editado una revista de empresa (que no diario, que viene de edición diaria) se centraban en ensalzarse a sí mismos y a sus productos. 

En “AZprensa”, por el contrario, se daba información periodística, fuese del propio laboratorio editor (lógicamente también se incluían sus noticias) o de cualquier otro laboratorio o institución pública o privada, o líderes de opinión, o simplemente cualquier acontecimiento noticiable que fuese de interés para el lector. Después de dejar la compañía, no fueron capaces de mantenerlo vivo y un año después murió. Ahora, yo he vuelto a publicar con aquella misma cabecera, noticias e informaciones con aquél mismo espíritu más agrandado aún, porque ahora no tengo que ser políticamente correcto como entonces, ya que estoy jubilado y esto lo hago por puro entretenimiento. Si quieres comprobarlo, sólo tienes que echar un vistazo a “AZprensa” (poniéndolo así en Google ya te dirigen a él) y leer la forma en que se cuentan las noticias.
 
El segundo proyecto editorial fue la revista mensual “Información al Día”, una revista impresa que se hizo llegar durante siete años a empleados, clientes, amigos, colaboradores, periodistas, etc. En ella, con formato similar al de cualquier periódico pero impresa a todo color, se incluían noticias de la compañía, de sus productos y de las áreas terapéuticas en que desarrollaba su actividad; pero dicha información se exponía de la forma más imparcial posible, realmente tal como se transmitía a los medios de comunicación en las notas de prensa que regularmente se les enviaban.
 
El tercer proyecto fue el diario digital “Médicos y pacientes”, creado también a partir de cero. Sin embargo en esta ocasión debía centrarme no en lo que yo considerase de interés para el lector (exigencias de trabajar para otros) sino en lo que fuese de interés para la corporación para la que trabajaba (la Organización Médica Colegial). Hoy día sigue existiendo, aunque siguen sin entender lo que es un titular (algo que debe captar la atención del lector para incitarlo a leer) y cometen la aberración de convertir sus titulares en “resúmenes de la noticia”, de tal forma que si lo lees ya no te entran ganas de seguir leyendo la noticia.
 
Ahora, pues, sigo disfrutando y haciendo disfrutar a mis lectores, con el más claro ejemplo de periodismo personal e independiente: el espacio informativo digital "AZprensa".
 

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sábado, 25 de diciembre de 2021

jueves, 23 de diciembre de 2021

La inexistente atención de la Atención Primaria

(AZprensa) Este caso real resulta muy ilustrativo de cuál es la situación de la atención sanitaria en Atención Primaria en España, en donde parece ser que sólo existe una enfermedad, el COVID-19.
 
Para empezar no se puede acudir al Ambulatorio ni para pedir cita ya que esta ha de solicitarse por teléfono.
 
La máquina con la que se habla por teléfono te pregunta si tienes síntomas de COVID-19, en cuyo caso se supone que te dan prioridad; si no, si lo que solicitas es atención médica para cualquier otra enfermedad te dan a elegir entre cita presencial o consulta telefónica, siendo esta última más rápida que la primera.
 
Un paciente con dolor en las lumbares por haber realizado un esfuerzo, llama y pide esa atención telefónica para que le manden un tratamiento que le calme el dolor y le mejore la movilidad. La máquina le contesta que la cita telefónica disponible más inmediata es dentro de 19 días.
 
Otro paciente, con un resfriado nasal y la nariz completamente congestionada, llama y pide atención telefónica para que le manden un tratamiento que le alivie la congestión y moqueo. La máquina le responde que la cita telefónica disponible más cercana será dentro también de 19 días.
 
Cuando dentro de 19 días el médico de Atención Primaria llame a esos dos pacientes se producirá la siguiente conversación:
 
Médico: ¿Qué es lo que le pasa?

Paciente 1: Pues resulta que hace 19 días tenía un dolor muy fuerte, bla, bla, bla, y como al día siguiente ya no podía más con el dolor un amigo mío me recomendó un analgésico y fui a la farmacia a comprarlo y gracias a eso se me pasó en un par de días.
 
Paciente 2: Pues resulta que tenía una congestión nasal, bla, bla, bla, y un amigo me recomendó un descongestionante nasal que compré en la farmacia y me ha ido muy bien, en dos días ya estaba resuelto mi problema.
 
Pregunta final: ¿Para qué sirven los médicos de Atención Primaria?
Respuesta: Para fomentar la autoprescripción.
 
PD.- La información aquí reflejada es real, en Madrid, a 22 de diciembre de 2021.
 

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miércoles, 22 de diciembre de 2021

Los covidianos siempre tienen razón

(AZprensa) Los covidianos (1) tienen respuesta para todo. Estos días está circulando por las redes sociales un meme que recoge sus respuestas ante cada pregunta, demostrando con ello que siempre tienen razón, incluso cuando se contradicen (2):
 
Según ellos, si te contagias de COVID-19:
 
No te has vacunado: Por eso lo has pillado, por no vacunarte.
 
Si has recibido sólo la primera dosis: Es que sólo te has puesto una dosis.
 
Si ya has recibido la pauta completa: Es que no ha pasado el tiempo suficiente para que haga su efecto.
 
Si tienes la pauta completa y ha pasado el tiempo necesario: La vacuna lo que hace es impedir que la enfermedad sea muy grave.
 
Si te has puesto enfermo: Es para que no te mueras.
 
Si te mueres: Es que ninguna vacuna protege al cien por cien.
 
(1) Información relacionada: https://azpressnews.blogspot.com/2021/09/llega-una-nueva-raza-los-covidianos.html
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martes, 21 de diciembre de 2021

Mariano Ozores, el Picasso del cine español

(AZprensa) Cualquier lector de esta columna que conozca la filmografía de Mariano Ozores (a Picasso lo conoce todo el mundo) se llevará las manos a la cabeza tachando este titular de auténtico disparate.
 
“¿Cómo comparar a Picasso, un genio de la pintura, con un director de cine que hace películas como churros? Y nunca mejor dicho porque Mariano Ozores ha sido el único director de cine español capaz de hacer hasta 6 películas en un mismo año”. Esta frase entrecomillada, amigo lector, podría haberla dicho cualquier persona o tú mismo.
 
Y debo reconocer que en un principio yo también estaría de acuerdo con esa frase. Yo mismo he visto muchas películas de este director y, aunque suelen ser divertidas, hay que reconocer que son de mala calidad. 
 
Bueno, así era hasta que el otro día vi en la televisión una película de 1963 (estrenada en diciembre de 1964) titulada “La hora incógnita” cuyo guión y dirección eran de Mariano Ozores, pero en la programación de esa cadena no aparecía catalogada como “comedia” sino como cine de “suspense”. “Será un error”, pensé, e inmediatamente me dispuse a salir de dudas y vi la película, quedando asombrado. Era, en efecto, una película de suspense, plagada de los más variados personajes todos ellos perfectamente reflejados, y con unas historias –en torno al nudo central- que se iban entrelazando con habilidad.
 
Era, en definitiva, no una obra maestra pero sí una buena película que echaba por tierra esa imagen de Mariano Ozores que todos tenemos: el director de comedias españolas “a granel”.
 
Me pregunté entonces que si Mariano Ozores sabía hacer buenas películas ¿por qué optó por hacer cine de mala calidad? Me acordé entonces de Picasso y mi visita al museo que tiene en Málaga, en donde sus cuadros se ofrecen al visitante en orden cronológico. Cuando vi sus primeros cuadros descubrí un magnífico pintor… que en aquella época no era nadie… hasta que el invento del cubismo dio un giro radical a su carrera y se hizo famoso y rico pintando esas cosas raras que todos conocemos.
 
Algo así debió sucederle a Mariano Ozores porque “La hora incógnita” era su quinta película y su productora, “La Hispánica”, se fue a la quiebra tras su estrepitoso fracaso comercial. Quizás por eso, este director decidió cambiar de rumbo y creó un tipo de cine -divertido pero de mala calidad- que recibió los despectivos nombres de “españolada” y “landismo” (por la frecuente aparición de Alfredo Landa en sus películas) y cuando la censura se relajó le añadió el aliciente del “destape”. Y en efecto, muchas de estas películas se convirtieron en grandes éxitos comerciales y Mariano Ozores no paraba de hacer películas (92 películas entre 1959 y 1993) llegando a filmar cuatro cada año e incluso seis en un año.
 
A Mariano Ozores, el cine de calidad le llevó a la ruina y el cine malo lo convirtió en un director de éxito. A Picasso la buena pintura no le daba fama ni dinero, pero a partir del cubismo se convirtió en un icono de la pintura mundial.
 
Por eso yo me quedo con el Mariano Ozores de “La hora incógnita” y con el Picasso de sus años jóvenes, porque ni el cubismo ni las “españoladas” despiertan la más mínima admiración en mí, sólo sonrisas y unas cuantas carcajadas.
 
PD.- Ahora sí, los que vayáis de “intelectuales” por la vida, ya os podéis rasgar las vestiduras.
 

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lunes, 20 de diciembre de 2021

La hipocresía de los ataques a los laboratorios

(AZprensa) 
Antes, durante y después de mi larga trayectoria profesional (más de cuatro décadas) en la industria farmacéutica, he denunciado el oscurantismo de los laboratorios farmacéuticos, su miedo a dar la cara y mantener una política de transparencia informativa. Como –salvo escasas excepciones- los laboratorios farmacéuticos no han estado por la labor, y han preferido contratar abogados (para defenderse de los ataques) en vez de buenos periodistas y comunicadores (para explicar todo lo que hacen), la consecuencia es lógica: los laboratorios son los malos de la película.
 
Ante la opinión pública, década tras década, los laboratorios son empresas que sólo se dedican a ganar dinero sin importarles lo más mínimo la salud de la gente; sólo buscan enfermedades (y si no las encuentran se las inventan) en donde poder vender sus medicamentos. Y si estos tienen efectos secundarios, entonces redactan con sus abogados unos prospectos que les eximan de cualquier responsabilidad (“ya se indicaba en el prospecto”, suelen argüir cuando llegan a juicio).
 
Pero, claro, como los laboratorios son mudos, como no hablan con la gente ni les cuentan todo lo que hacen (que también hacen cosas buenas) esa imagen negativa, de auténticos “apestados” no se la quita nadie, y no sólo eso, sino que además otros “agentes” que hay por ahí, se van de rositas y parecen los buenos de la película: me refiero a los médicos.
 
Todos los críticos que alzan sus voces contra los laboratorios y tildan los medicamentos de auténticos venenos, se olvidan de un detalle muy importante: los médicos son quienes recetan esos medicamentos (o sea, esos venenos). Por eso se da la paradoja que los críticos critican los “venenos” pero no critican a quienes recetan esos “venenos”. Y digo yo, ¿alguna responsabilidad tendrán los médicos? ¿o no?
 
Resulta que uno va  la consulta, el médico apenas si te escucha, y antes que quieras darte cuenta, ya te ha despachado con una receta de “veneno” bajo el brazo. ¿No sería más lógico que hiciera una buena exploración, que preguntara para tratar de averiguar las causas de ese mal que te lleva a la consulta y –lo más importante- que escuchara tu respuesta? (Esa es otra: muchos médicos preguntan, de forma rutinaria, como por obligación, y luego no atienden a lo que se les contesta: según algunas encuestas el médico sólo escucha al paciente durante 17 segundos, por término medio, y así ¿cómo va a poder averiguar las causas de la dolencia?).
 
A lo que iba, los medicamentos no son productos milagrosos que todo lo curan y nunca hacen daño. Los medicamentos tienen efectos beneficiosos sobre el organismo y otros perjudiciales; no hay ningún medicamento que no tenga efectos secundarios. La labor del médico consiste –entre otras cosas- en establecer si los posibles beneficios que se pueden obtener con ese medicamento en ese paciente en concreto, superan a los posibles riesgos, informar de esto al paciente, y que sea este último el que una vez comprendido (esta palabra es importante: “comprendido”) lo que le ha explicado el médico, tome la decisión de seguir ese tratamiento, o bien otro, o bien ninguno. Sin embargo la situación actual, y la de todos estos años, es que el paciente acude al médico creyendo que el medicamento que le receten obrará milagros. El médico se lo quita de encima lo antes posible (tiene más pacientes de los que puede atender) con una receta de medicamentos sin apenas explicaciones sobre los mismos. Y luego pasa lo que pasa, el medicamento le sienta mal al paciente y demanda al laboratorio. ¿Qué sigue después? Pues que los medios de comunicación se hacen eco de la noticia, ponen a parir al laboratorio, los médicos tratan de escurrir el bulto, y los abogados de una y otra parte tratan de ponerse de acuerdo para pagar una indemnización más o menos aceptable.
 

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domingo, 19 de diciembre de 2021

Ya soy de la familia

(AZprensa) No sabéis cuánto lamento no haber conservado la página de aquél periódico de Galicia al que me voy a referir. Aquél error del periodista fue uno de los que más me hizo reír. La historia fue así:
 
Ya he dicho que el presidente de la compañía era Carlos Trias, por el que sentía una gran admiración y cariño. También trabajaba en la compañía, como director comercial, su hermano, Enrique Trias. En una ocasión se organizó un acto científico en Galicia y, como era costumbre, yo le saqué partido mediático, convocando a los medios de comunicación. Como todos los medios que acudieron eran de prensa general, les interesaban más los aspectos empresariales de la compañía (que tenía una fábrica en Galicia) que los puramente científicos de aquél acto, así que atendí personalmente a los periodistas facilitándoles toda la información sobre lo que se hacía en la fábrica, los próximos proyectos, etc.
 
Al día siguiente compré todos los periódicos para ver lo que habían publicado y, en efecto, en todos los periódicos salían fotos y textos relativos a dicha presentación, pero hubo un periódico (no recuerdo ahora cuál era) que llamó mi atención. Daba la noticia ocupando una página entera y en ella incluía una foto mía. Hasta ahí, nada anormal, puesto que ese medio me había entrevistado, y en cuanto al texto de la amplia noticia, nada anormal, sino todo lo contrario puesto que hablaba muy bien de la empresa. ¿Qué llamó mi atención entonces? Ni más ni menos que el titular recogiendo una de las frases que le había dicho. Pero lo sorprendente no era la frase (correcta, por otra parte) sino mi nombre: ¡me lo había cambiado! Según aquél periodista (se le cruzaron los cables) yo me llamaba “Vicente Trias”.
 
Recuerdo que en el vuelo de regreso, me acerqué a los dos hermanos Trias mostrándoles el periódico y les dije: “Ya soy de la familia”. Y las risas de todos aún siguen resonando en mi memoria.

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sábado, 18 de diciembre de 2021

Por el hilo se saca no sólo el ovillo

(AZprensa) Dice un refrán popular que “Por el hilo se saca el ovillo” dando a entender que por una pequeña muestra o unos pequeños datos de algo se puede deducir el todo, de ahí que viendo un simple hilo se puede deducir que detrás de él hay un ovillo. Pero no siempre es así. Como muestra, esta historia real que tuvo lugar en una farmacia en los años sesenta…
 
La figura de la farmacia y el farmacéutico siempre han sido muy bien valoradas por los pacientes, tanto que es normal acudir al farmacéutico en busca de consejos de salud, aunque el farmacéutico en muchos casos debe ser prudente  y decirle al paciente que vaya al médico. Con todo, antes y ahora, los pacientes siguen acudiendo al farmacéutico ante cualquier dolencia para que les aconseje.
 
La historia que voy a contar sucedió en la farmacia que tenía mi padre en un barrio del extrarradio de Madrid. Un día acudió allí un hombre de mediana edad aquejado de dolor en el pecho, pidiendo al farmacéutico que le mandase algo para quitarle ese dolor. Mi padre le pidió que le describiese ese dolor y el paciente lo definió como un dolor agudo y punzante en un punto concreto en el pecho.
 
Movido, no sabemos si por la intuición o lo que sea (se admiten hipótesis paranormales) mi padre le pidió que se desabrochara la camisa para hacerle una pequeña exploración. Se fijó que en el pecho, además de vello, sobresalía algo que no parecía un pelo. Lo cogió con delicadeza y empezó a tirar muy despacio, muy despacio… hasta que salió una aguja. ¡Ese era el mal que tenía! Cómo pudo clavarse allí esa aguja nunca lo supimos, y cómo mi padre fue capaz de averiguarlo y solucionarlo, tampoco. Pero así sucedió. Cosas que pasan, aunque sean inverosímiles.
 

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viernes, 17 de diciembre de 2021

El éxito del sobrero

(AZprensa) Muchas veces se ha visto en las corridas de toros cómo hay que devolver a los corrales a un toro que no embestía o estaba cojo, siendo sustituido por el sobrero (el toro de reserva) y este último resultaba ser un excelente toro que propiciaba una faena memorable. Algo así me sucedió cuando organicé una rueda de prensa para presentar el primer estudio que se hizo sobre la situación de la urología en España.
 
Ese estudio había sido realizado por la Asociación Española de Urología y pagado, claro está, por un laboratorios farmacéutico, en este caso AstraZéneca. Organicé la rueda de prensa para su presentación en un hotel céntrico (como siempre, para facilitar la asistencia de los periodistas) y teníamos pensado que hiciese la presentación un eminente urólogo. Sin embargo este no pudo asistir y ocupó su puesto el Dr. Antonio Allona, del Hospital Ramón y Cajal y secretario de dicha Asociación. Es decir, a última hora, y ya fuera de cartel, tuvimos que echar mano no de la figura anunciada sino de un sustituto.
 
Pero para sorpresa agradable de todos, lo que en principio parecía un contratiempo se convirtió a la hora de la verdad en una gran ventaja: el Dr. Allona era un gran comunicador que se ganó de inmediato el interés de la audiencia. En consecuencia, los periodistas se dieron cuenta que hablaban el mismo lenguaje, entendieron todo perfectamente, y como consecuencia publicaron amplios reportajes en sus respectivos medios de comunicación. Eso nos demostró que el mejor ponente para una rueda de prensa no es el que más sabe o el que más prestigio tiene, sino aquél que mejor comunica y mejor sabe conectar con los periodistas.

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Público general, medicamentos, publicidad e información

(AZprensa) 
Los consumidores continúan extendiendo su papel protagonista y alzan su voz en un área (la salud) en la que hasta hace poco tiempo sólo jugaban un papel secundario, a pesar de ser ellos los principales protagonistas. 
 
Cada día es mayor la demanda de información sobre todo aquello que pueda repercutir en una mejoría de la salud y de la calidad de vida de los pacientes y así, estos exigen su derecho a estar informados sobre los avances científicos que se producen en este terreno y en un mejor conocimiento de su enfermedad. 
 
Mientras hablemos de “información” (no confundirla con la “publicidad”) no debe alarmarse nadie. Otra cosa diferente es, en efecto, la publicidad dirigida al consumidor tal como lleva años realizándose en Estados Unidos, y que exige debates más amplios. Tanto Estados Unidos como Nueva Zelanda, fueron los pioneros en admitir la publicidad de medicamentos de prescripción en los medios generales dirigidos al público (radio, televisión, prensa, etc.). En Estados Unidos, por ejemplo, la comunicación directa al consumidor (DTC o direct to consumer) se inició en 1985 y en 1989 comenzó a incluir el nombre comercial de los productos es esos mensajes publicitarios. Un salto cualitativo importante se dio en 1992 cuando se incorporó la televisión a esos medios admitidos para la difusión de los mensajes, dando lugar no obstante a una regulación de esas actividades por parte de la Federal Drug Administration (FDA) en 1997. 
 
Pero no debe confundirse nunca la publicidad con la información. Respecto a esta última conviene recordar que un paciente bien informado sobre su medicamento y sobre su enfermedad acudirá al médico cuando lo necesite, en vez de recurrir a la automedicación (con sus consiguientes riesgos para la salud); sabrá exponer mejor sus dolencias (con lo que al médico le resultará más fácil establecer el diagnóstico apropiado); entenderá mejor las explicaciones del médico (con lo que optimizará el siempre corto tiempo de duración de la visita); aceptará mejor las recomendaciones del médico (incrementándose el nivel de confianza médico-paciente); y finalmente seguirá fielmente el tratamiento (reduciéndose así esa auténtica lacra sanitaria y económica que supone el incumplimiento terapéutico). 
 
La información al paciente reporta indudables beneficios sanitarios, sociales y económicos, por lo que desde todas las instancias debe favorecerse esta demanda, como ya lo están haciendo los medios de comunicación, las organizaciones médicas, las asociaciones de pacientes... Sin embargo apenas si se escucha la voz de los auténticos protagonistas, de los que más saben de medicamentos: los laboratorios farmacéuticos responsables de la investigación, el descubrimiento, el desarrollo y la aplicación clínica de sus propios medicamentos. 
 
Con demasiada frecuencia se confunden publicidad e información, sobre todo cuando el emisor de la información es el laboratorio propietario del medicamento. A los laboratorios les da miedo infringir la ley sin darse cuenta que la mayor parte de las veces sus mensajes “informativos” están generados desde marketing y por consiguiente tienen un claro cariz publicitario. Por ello, la labor de los departamentos de comunicación de los laboratorios, a cuya cabeza deben estar periodistas y comunicadores especializados, resulta esencial. Cuando la voz de los laboratorios no llega directamente al consumidor, se está privando al consumidor de una fuente de información; precisamente de aquella fuente de información que más sabe del producto. Porque ¿quién va a saber más de un medicamento que quien lo ha descubierto, desarrollado, fabricado y comercializado? 
 
Una constante de los laboratorios farmacéuticos debería ser la transparencia informativa y esta no es otra que comunicarse con la sociedad de forma directa y bidireccional, es decir, en ambos sentidos: tanto desde el laboratorio a los ciudadanos como de estos al creador de los medicamentos que están utilizando o pueden utilizar. Además, no se debe olvidar que cualquier ciudadano tiene derecho a saber qué actividades realiza, qué productos tiene, cómo los fabrica, qué repercusión pueden tener dichos productos sobre la persona y sobre el medio ambiente, qué contribución social realizan, qué beneficios obtienen, cómo desarrollan su trabajo, etc. Los ciudadanos tienen derecho a conocer todos estos extremos de cualquier empresa implantada en su país; y, al mismo tiempo, no se debe privar a dichas empresas del derecho a contar por propia iniciativa todas estas cosas a los ciudadanos, bien sea a través de intermediarios como los medios de comunicación o directamente a través de medios digitales o impresos puestos en marcha por dichas empresas. 
 
La única condición que debe exigirse (y para ello existen no sólo las medidas de autocontrol sino también medidas externas de control) es que dicha información sea sólo eso: información. 
 
No olvidemos que la publicidad es algo que incita al consumo (esa es su razón de ser) y en el ámbito de la salud no se debe incitar al consumo sino sólo a la utilización que sea necesaria y que es el médico quien mejor puede determinarla. Por el contrario, la información incita a la responsabilidad a través del conocimiento, y si esto es beneficioso en todos los ámbitos más aún lo es en el ámbito de la salud.


"La Comunicación en la industria farmacéutica", así es el ideal de transparencia informativa que deberían tener los laboratorios farmacéuticos.
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