(AZprensa) No sabéis
cuánto lamento no haber conservado la página de aquél periódico de Galicia al
que me voy a referir. Aquél error del periodista fue uno de los que más me hizo
reír. La historia fue así:
Ya he dicho
que el presidente de la compañía era Carlos Trias, por el que sentía una gran
admiración y cariño. También trabajaba en la compañía, como director comercial,
su hermano, Enrique Trias. En una ocasión se organizó un acto científico en
Galicia y, como era costumbre, yo le saqué partido mediático, convocando a los
medios de comunicación. Como todos los medios que acudieron eran de prensa
general, les interesaban más los aspectos empresariales de la compañía (que
tenía una fábrica en Galicia) que los puramente científicos de aquél acto, así
que atendí personalmente a los periodistas facilitándoles toda la información
sobre lo que se hacía en la fábrica, los próximos proyectos, etc.
Al día
siguiente compré todos los periódicos para ver lo que habían publicado y, en
efecto, en todos los periódicos salían fotos y textos relativos a dicha
presentación, pero hubo un periódico (no recuerdo ahora cuál era) que llamó mi
atención. Daba la noticia ocupando una página entera y en ella incluía una foto
mía. Hasta ahí, nada anormal, puesto que ese medio me había entrevistado, y en
cuanto al texto de la amplia noticia, nada anormal, sino todo lo contrario
puesto que hablaba muy bien de la empresa. ¿Qué llamó mi atención entonces? Ni
más ni menos que el titular recogiendo una de las frases que le había dicho.
Pero lo sorprendente no era la frase (correcta, por otra parte) sino mi nombre:
¡me lo había cambiado! Según aquél periodista (se le cruzaron los cables) yo me
llamaba “Vicente Trias”.
Recuerdo que
en el vuelo de regreso, me acerqué a los dos hermanos Trias mostrándoles el
periódico y les dije: “Ya soy de la familia”. Y las risas de todos aún siguen
resonando en mi memoria.
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