(AZprensa) La llegada de dos virus a España (el Covid-19
y Podemos) ha infectado no sólo el 1 por ciento de la población (en el caso del
Covid-19) sino el 100 % de la sociedad (por culpa del virus Podemos).
Una de las consecuencias de esto se ha hecho notar en la
Sanidad pública, sobre todo en la “atención” que se presta a los pacientes en
los Centros de Salud. Pongamos dos ejemplos de los que ha sido testigo
AZprensa:
1.- Madre con un niño de 4 años que pide hora para
ponerle las vacunas que corresponden a esa edad. Se le responde que no se
atiende a los niños y no se ponen vacunas, que sólo las están poniendo a los
recién nacidos como excepción pero ninguna a los demás. Evidentemente esta
madre acude a la Sanidad privada para salvaguardar la salud de su hijo, en
donde es atendida perfectamente.
2.- Paciente con una fuerte urticaria por todo el cuerpo.
Se le atiende a más de dos metros de distancia, no se realiza exploración y se
le manda 1 comprimido de Polaramine al día. Tampoco se le deriva al
especialista y cuando pregunta si con un comprimido de Polaramine al día será
suficiente, le responden que eso es lo único que hay para tratar esa
enfermedad, que no hay nada más. Finalmente se le hace gesto con la mano para
echarlo de la consulta y que se vaya cuanto antes. Evidentemente ese paciente
acude a la Sanidad privada en donde un dermatólogo se lleva las manos a la
cabeza por tal falta de profesionalidad, humanidad y conocimientos médicos, y
le pone un tratamiento con el que comienza a mejorar.
Son dos casos reales, de los que ha sido testigo
presencial AZprensa. Que el lector juzgue por sí mismo, aunque eso –el pensar
por sí mismos- es algo en vías de extinción mientras se impone en toda la
sociedad el “pensamiento único”.
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