(AZprensa) La sal influye en las cifras de presión arterial y su evolución y su evolución en el tiempo, ya que un mayor consumo supone una tendencia a una mayor elevación de la presión con la edad y en una mayor repercusión sobre los órganos: daño renal, cardiaco o vascular.
La reducción del consumo de sal proporciona una disminución de las cifras de tensión, facilita el menor consumo de fármacos, promueve la protección de los órganos diana y modera la progresiva elevación de la presión con la edad.
La mejor manera de reducir la sal es tan sencilla como no utilizarla para la preparación de las comidas y sustituirla por diversos condimentos y especias.
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